Por Stakeholders

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Una crónica de Marco Minaya
mminaya@stakeholders.com.pe

¿Te imaginas afrontar una pandemia como la que vivimos hoy sin la disponibilidad y acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene? Mucho peor aún, sin contar con una alimentación diaria y un techo adecuado donde vivir. Esta es la cruda realidad de muchas familias en el Perú que viven en condiciones altamente vulnerables. Por si fuera poco, la pandemia ha hecho que esta difícil situación se agrave por completo. Sí, tal vez no sea una noticia que los medios de comunicación a nivel local y nacional cubran generalmente, ya que muchos de estos solo abordan, en su mayoría, temas sensacionalistas o políticos. Sin embargo, no por ello deja de ser importante para evidenciar la falta de interés por visibilizar la enorme brecha de desigualdad en la que vivimos actualmente en el país.

Frente a este escenario, Techo, organización presente en 19 países de America Latina, incluyendo al Perú, busca superar la situación de pobreza que viven millones de personas en asentamientos, a través de la acción conjunta de sus habitantes, y especialmente de aquellos llamados guardianes azules: jóvenes voluntarios y vecinos que con mucha convicción y pasión trabajan con determinación en los asentamientos informales para superar la pobreza. Realmente, el soporte y corazón de esta historia.

Una lucha contra la pobreza en el Perú – (contexto)

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia por COVID-19, debido al elevado número de casos en 112 países fuera de China. En el Perú, el 05 de marzo del 2020 se confirmó el primer caso importado por COVID-19, en una persona con historial de viajes a España, Francia y República Checa, desde esa fecha hasta el 12 de enero de 2022 se han procesado muestras para 22 674 737 personas con la COVID-19, obteniéndose 2 440 349 casos confirmados, 20 234 388 casos negativos y 203 193 defunciones[1]. Sin duda alguna, unas cifras que impulsan a no bajar la guardia en ningún momento, menos aún para las familias más vulnerables.

Y es que la pandemia ha afectado a todos, siendo uno de los grupos sociales más perjudicados aquellos considerados como población vulnerable. Para empezar, definamos a qué se le puede considerar como grupos vulnerables. Para la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), considera grupos socialmente vulnerables, cuando se da algún factor contextual que los hace más propensos a enfrentar circunstancias adversas para su inserción social y desarrollo personal […] el ejercicio de conductas que entrañan mayor exposición a eventos dañinos, o la presencia de un atributo básico compartido (edad, sexo, condición étnica) que se supone les confiere riesgos o problemas comunes”[2].

Sumado a ello, con un estado de emergencia latente, y una situación de vulnerabilidad delicada para las familias afectadas, se suma el paro a las diversas actividades económicas, perjudicando, por consecuencia, a las personas que poseen menos recursos para salir adelante. Todo ello forma parte del gran porcentaje de personas que viven en pobreza. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el año 2020, la pobreza monetaria afectó al 30, 1 % de la población del país. Considerando que, en 2019, 6,6 millones de peruanos estaba en esta condición (20,2 %), el INEI resalta que el indicador creció 9,9 % en un año marcado por la paralización de actividades económicas y el confinamiento: es decir, 3,3 millones cayeron en la pobreza, sumando ahora 9,9 millones de personas.

En base a la data proporcionado por INEI, en cuanto a la pobreza extrema, antes de la pandemia 2,9 % de los peruanos se encontraba en este grupo (957 mil personas), y con el Covid-19 subió 2,2 % (732 mil personas), por lo tanto, actualmente 1 millón 664 mil peruanos son pobres extremos. En los últimos cinco años la población en situación de pobreza aumentó en 8,3 puntos porcentuales. Es importante señalar que, el aumento de la pobreza estaría asociado a la paralización de la mayoría de las actividades económicas, ante el Estado de Emergencia Nacional y el aislamiento social obligatorio por la presencia del COVID-19 en el país, establecido mediante el Decreto Supremo N° 044-2020-PCM, publicado el 16 de marzo del año 2020 en el diario oficial El Peruano y que fuera ampliado a través de diversos Decretos Supremos[3].

Una pandemia que afectó a todos, más aún a los más vulnerables

En este contexto, ¿cuán difícil debe ser para una persona vivir bajo estas condiciones en pandemia? Para Carlos, joven que habita en el distrito de San Juan de Lurigancho de 21 años que tiene más de 1 año siendo voluntario de Techo, lo define como una situación de emergencia en un estado de emergencia al cual ya están acostumbrados a vivir ante la ausencia de un Estado como el nuestro que no tiene claro la implementación de políticas públicas que contrarresten esta situación.

Carlos no solo es un voluntario que acude a las actividades organizadas por la organización, sino que es un joven al cual Techo, mediante mucho esfuerzo y trabajo de los guardianes azules, le construyeron una vivienda de emergencia, construcción de un módulo habitacional de 18 metros cuadrados para las familias que se encuentran en situación de emergencia habitacional en diferentes asentamientos populares. Este tipo de construcción se realiza junto a la familia asignada y con los voluntarios de Techo.

A pesar de ser un joven que tiene muchas ambiciones de salir adelante en compañía de su familia, el no deja de ser voluntario de la organización. “Siento una motivación muy grande al contribuir con mi comunidad. Me gusta porque la organización me ha ayudado en los momentos más difíciles. Son una familia”, describió con vehemencia.

No obstante, un número grande de familias como la de Carlos no tienen agua potable. En pleno inicio de pandemia, ¿de qué forma se puede concebir la idea de que el Estado haya impulsado una campaña de comunicación para el lavado de las manos durante 20 segundos si muchas de estas no cuentan con los servicios básicos de agua y saneamiento. Esto es solo un claro ejemplo de lo que padecen muchas comunidades en situación de vulnerabilidad y pobreza en nuestro país. Lamentablemente, el Perú esconde unas profundas desigualdades multidimensionales que comprometen el logro de la Agenda 2030.

Situación actual de la vulnerabilidad habitacional y pobreza de las comunidades / ODS 10 Reducción de las desigualdades

La historia de Clara, una joven guardiana azul de 19 años, es similar a la Carlos. ¿Qué motiva a un voluntario de Techo a seguir contribuyendo con su comunidad? Registra su participación días previos a una actividad. Se levanta probablemente 6:00 A.M para recorrer distancias lejanas, por ejemplo, de San Juan de Lurigancho a Ventanilla un domingo en donde muchos jóvenes probablemente se encuentren compartiendo con sus familias un agradable almuerzo. “Son las ganas de contribuir con la comunidad, y la felicidad y agradecimiento de cada vecino y vecina que ve cómo los voluntarios de Techo construyen su vivienda de emergencia”, expresa con júbilo Clara.

Ya sea por la construcción de una vivienda de emergencia, una entrega de víveres a familias que lo necesitan o apoyo a una olla común, los guardianes azules representan ese fervor social por querer cambiar la situación de muchas familias que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y pobreza. Sin embargo, no se trata de una simple ayuda como tal vez alguno piense cuando ve actuar a los guardianes azules. Detrás de cada actividad existe un plan de desarrollo social y comunitario de por medio. Sin embargo, nada de esto sería posible si no se contase con el adecuado levantamiento de información al respecto, que permita conocer a profundidad la realidad de las familias en situación de vulnerabilidad habitacional y pobreza.

En este contexto, a raíz del impacto ocasionado por el COVID-19, ¿cómo trabaja Techo Perú el levantamiento de información para conocer más a fondo la realidad de las familias? Se realizó un estudio basado en una encuesta a todas las dirigencias de las comunidades donde trabaja Techo en relación a las familias que habitan los asentamientos que lideran para poder entender la realidad habitacional de los territorios respecto a infraestructura, accesibilidad e impacto del COVID-19.

Para la selección de los indicadores de evaluación, se determinó cuáles son las dimensiones factibles de ser medidas dentro de cada necesidad básica, y qué variables serán utilizadas para dar cuenta de dichas dimensiones. Para ello se tomó como referencia las dimensiones determinadas por la CEPAL / PNUD en 1989, de las cuales, por los fines de nuestra encuesta, solo tomamos las dos primeras: Acceso a vivienda y acceso a servicios sanitarios.

Tal como lo muestra el cuadro anterior, para medir el acceso a una vivienda apropiada se utilizan normalmente dos variables: los materiales de construcción de la misma y el grado de hacinamiento de los miembros del hogar y, para la evaluación de las condiciones sanitarias en las que vive un hogar también se realiza a través de dos variables: el acceso a agua potable y la disponibilidad de un sistema de eliminación de excretas.[4] En ese sentido, se consideró las dos primeras básicas, además se agregó una más respecto al acceso en servicios de luz e internet.

Respecto a las dimensiones, se especifica lo siguiente:

  1. a) Calidad de la vivienda

Para que una vivienda cumpla con un nivel mínimo de habitabilidad, debe ofrecer a las personas protección contra diversos factores ambientales —aislamiento del medio natural—, privacidad y comodidad para llevar a cabo ciertas actividades biológicas y sociales —aislamiento del medio social—, y no generar sentimientos de privación relativa en sus habitantes[5] .

  1. b) Condiciones sanitarias

El análisis de las condiciones sanitarias de una vivienda suele llevarse a cabo a través de dos indicadores, la disponibilidad de agua potable y el acceso a servicios sanitarios para el desecho de excretas.

  1. c) Acceso a servicios básicos

Dentro de esta última dimensión, el estudio realizado por Techo Perú seleccionó categorías como el acceso al servicio de luz, sin especificar si este lo obtenían de forma regular o no; acceso a servicios de internet, entendiendo que en este contexto de pandemia quien no tiene acceso a internet, simplemente no puede acceder a la educación y/o a un trabajo, en algunos casos.

Presentación de resultados

Del análisis de la encuesta realizada a todas las comunidades de los distritos de San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Ventanilla y Mi Perú con las que Techo Perú realiza una labor continua, arrojó los siguientes resultados:

A nivel de la vivienda, el 100 % de las dirigencias indicó que todas las personas en los territorios tienen vivienda propia, es decir que cuentan con constancia de posesión y/o títulos de propiedad, pero no alquilan actualmente algún espacio dentro de los asentamientos. Dentro de cada una de ellas, el 63.6 % indica que en una vivienda pueda habitar desde 4 a 6 personas aproximadamente, 21.7 % de 7 a 9 personas aproximadamente y el 8.7 % de 10 a más personas. En efecto, muchas veces esto se debe a que están conformadas por más de un hogar o más. Según la encuesta referida, el 60.9 % de estas viviendas están conformadas por 2 hogares, el 21.7 % por 3 hogares y el 17.4 % solo por un hogar.

Así mismo, para evaluar el nivel de hacinamiento dentro de una vivienda, se consideró los niveles apropiados de densidad habitacional y privacidad que debe proporcionar la vivienda. Partiendo que el hacinamiento se puede medir a través de una relación entre la cantidad de personas en el hogar (vivienda) y alguna aproximación al espacio en la vivienda (dormitorios, habitaciones, metros cuadrados); es decir, entendiendo la relación entre el número de personas y el número de cuartos disponibles (o potencialmente utilizables) para dormir en una vivienda. Se cuentan como dormitorios todas las piezas destinadas a dormir en la vivienda, aunque sean de uso múltiple (estar/comer/dormir o estar, comer, cocinar/dormir)[6].

Se hizo la consulta respecto al número de dormitorios en el hogar, resultando que el 73.8 % de las viviendas cuenta con 2 habitaciones destinadas para dormitorio, el 13 % indica que destina 3 habitaciones para dormitorio y el 13.2 %, 4 habitaciones para dormitorio. Cabe precisar que concebimos aproximadamente que de 2 a 3 personas ocupan un mismo espacio, entendiéndose como un nivel de hacinamiento moderado[7].

Respecto a los gastos que realizan para poder acceder a servicios básicos, el 82.6 % indica que los gastos totales de las viviendas, incluyendo alquiler, electricidad, impuestos municipales y otros gastos que tenga la vivienda suponen para el hogar resultan ser una pesada carga, mientras que el 17.4 indica que es una carga razonable.

En relación al acceso a los servicios, el 39.1 % de las familias entrevistadas comenta que cuenta con el servicio de luz, el 30.4 % indica tener agua y luz y 4.3% agua y saneamiento. Solo el 13 % indica tener los 3 servicios: agua, luz y saneamiento y 13 %, ninguno de los servicios mencionados. Respecto a cuál de los servicios representa el gasto principal, se menciona que el 26.6 % indicó que el mayor gasto es en el servicio de luz, el 21.7 % indicó que el segundo gasto fuerte es a nivel de gas u otros combustibles, el 17.4 % indica que el tercer gasto fuerte es en internet.

A nivel de infraestructura, el 65.2 % informó que las viviendas se encuentran en mal estado; es decir que al menos el techo, piso o paredes es precario y el 13 % indica que las viviendas están en muy mal estado, es decir con techos, pisos y paredes inestables.

Cuando se les consultó a las comunidades respecto a qué percepción tienen de la importancia de las viviendas, dentro del contexto de la pandemia, las familias respondieron que, a pesar de que las consideran muy importantes porque es el lugar en el que pasan la cuarentena, “hay preocupación por las viviendas, ya que no se tiene título de propiedad y no pueden acceder a ningún préstamo. La crisis no ha dado oportunidad de mejorar, se han incrementado las deudas y las casas se encuentran en mal estado”, expresaron algunos vecinos. Además, “lamentablemente no contamos con todos los servicios, las viviendas tienen techo de calamina y hace calor, los niños se queman. Hay preocupación por los accesos; por ejemplo, la subida por la escalera, ya que estamos en un cerro, hace que suba el valor del gas, está muy caro”, detalló una de las vecinas.

Finalmente, también mencionan que “es importante tener una vivienda digna, tener una casa construid, ya que te ayuda a contrarrestar el contacto, pero nosotros no tenemos y estamos en riesgo. la situación no lo permite”[8].

La COVID-19 ha agravado la situación de miles de familias en el Perú, recordando que solo hasta antes del inicio de la Pandemia se auguraba que para el año 2020 habría un déficit habitacional de, aproximadamente, más de un millón y medio de viviendas[9]. Sin embargo, a raíz del virus y de las posteriores consecuencias económicas, y cambios en los escenarios políticos, se puede afirmar que la cifra descrita se verá incrementada a sobre manera, haciendo más difícil lograr cumplir con el Derecho Humano a la Vivienda adecuada, reconocida así por el Tribunal Constitucional.

Necesitamos una mayor celeridad en la aprobación de las políticas de vivienda social que incluye ordenamiento territorial, De otro modo, el Derecho a la Vivienda adecuada que se viene fortaleciendo, aunque de manera programática, terminará dejándose de lado; conllevando ello, a una situación aún más dificultosa de la que ya vivimos[10]. A este escenario, considerar que la Agenda 2030 resulta ser un excelente mecanismo a nivel de políticas públicas, cuya implementación y seguimiento en nuestro país supondría garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas, tal cual lo indica una de las metas del Objetivo 10 Reducción de las desigualdades[11].

La vivienda es solo el comienzo / #ViviendaDeEmergencia / ODS 1 Fin de la pobreza

Muchas personas que conocen a Techo se refieren a la misma como aquel grupo de jóvenes voluntarios que construyen casas para los más necesitados. Por lo general, es la primera idea que se les viene a la mente en torno a sí, una de las actividades más importantes de la organización; sin embargo, como diría Luis, joven guardián azul de 22 años, la vivienda es solo el comienzo. Cuando llego a preguntarle por dicha afirmación, él responde que Techo realiza una serie de actividades que tal vez el común de las personas no conoce de primera fuente si no pasa por la experiencia de ser un voluntario activo.

A raíz del virus y de las posteriores consecuencias, el déficit habitacional se ha incrementado a sobre manera, haciendo más difícil lograr cumplir con el Derecho Humano a la Vivienda adecuada. Esto se ve reflejado en que más del 65 % de las dirigencias de las comunidades donde trabaja TECHO, aseguran que las viviendas se encuentran en mal estado; es decir que al menos el techo, piso o paredes es precario. Esta propia urgencia es lo que mueve a voluntarios como Luis a desarrollar proyectos que mejoren las condiciones de hábitat y habitabilidad de las familias, en por a una mejor calidad de vida y fortalecimiento de las capacidades.

¿Cuál es el modelo de trabajo implementado por Techo? Luis comenta que desde un #Inicio se decide en qué asentamientos se trabajará teniendo en cuenta la evaluación de zonas o unidades territoriales, además del recorrido y diálogo con las poblaciones de los asentamientos. Luego, vienen las #Mesas de Trabajo, espacios constantes donde el voluntario de Techo y habitantes del asentamiento reflexionan y toman decisiones sobre los intereses de la comunidad con el objetivo de diseñar un plan de acción que potencie las capacidades comunitarias y ofrezca mejoras a las problemáticas de vivienda y hábitat.

“Esta forma de trabajar de Techo hace que todo inicie desde el análisis de los asentamientos en el que viven las familias. Importante la información que se levantará y que permita al voluntariado enfatizar esfuerzos y convertirlos en acciones concretas”, explica el joven guardián azul de 22 años. Esto mismo nos lleva al siguiente punto: #Acción. Aquí es donde se hacen realidad los salones comunitarios, las calles pavimentadas, los cursos en oficios, las viviendas de emergencia, ollas comunes y todos los programas que se hayan propuesto. Por último, la #Evaluación permite conocer los avances y resultados del trabajo en conjunto, para decidir sobre la renovación o finalización del trabajo con la comunidad.

Durante los más de 15 años de labor ininterrumpida que lleva Techo en nuestro país, ha logrado entregar más de 5,700 viviendas prefabricadas en beneficio de las comunidades vulnerables, gracias a la colaboración de más de 52,000 jóvenes voluntarios y voluntarias movilizados a través del vínculo y el trabajo en conjunto con pobladores de asentamientos. Se trata de 593 asentamientos en los que trabaja la organización, más de 131,437 familias con las que construyeron las viviendas de emergencia y más de 3.400 proyectos de infraestructura comunitaria ejecutados desde el 2018[12].

Dentro del marco del ODS 1 Fin de la pobreza, Techo ha actuado en línea con muchas de las metas del objetivo 1; entre ellas, el 1.1 que tiene como base que para el 2030, es necesario erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25 dólares al día. También el 1.3; siendo que para el 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los más vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías y los servicios económicos, incluida la micro financiación, entre otros[13].

Efectivamente, todo este impacto social significa mucho para el guardián azul (voluntarios y vecinos) de Techo, dado que sin ellos no sería posible el alcance de dichas cifras, lo cual representa una labor loable. Como en las diversas actividades, la organización busca reforzar el compromiso con la ciudadanía activa y resalta la importancia del espíritu voluntario de los guardianes azules que día a día buscan dar una mano a las familias más vulnerables por una sociedad sin pobreza.

El ínfimo acceso al agua potable en asentamientos populares/ #TorresDeAgua / ODS 6 Agua limpia y saneamiento

En una actividad de entrega de donación, una adolescente de aproximadamente 15 años de la comunidad de Mi Perú se acerca a Johana, guardiana azul de Techo de 25 años y le formula la siguiente pregunta: ¿podrías invitarme un poco de agua que llevas en tu mochila? Ésta, asistiendo con la cabeza, le brinda toda su botella sin ningún reparo alguno. Luego de ingerir un poco, la adolescente explica que regularmente el camión de la municipalidad que abastece de agua potable a las familias aledañas tiene retrasos en llegar a su zona, y muchas veces los tanques en donde se almacena dicho recurso no resguarda al agua lo suficiente para liberarlas de impurezas, generando un saneamiento inadecuado que influye negativamente en la salud y seguridad alimentaria de los asentamientos populares.

En Latinoamérica, el 53,5 % de los asentamientos populares no tienen acceso al servicio de agua potable[14]. A nivel nacional son casi 7 millones de peruanos los que no cuentan con un acceso a este servicio básico y en la capital son poco más de un millón y medio de personas[15]. Concretamente, en Lima cerca de 1.5 millones de ciudadanos no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado. En este contexto, Techo ha identificado que esta problemática afecta también a los comedores y ollas comunes que se encuentran en los asentamientos populares. Efectivamente, más de 1500 no cuentan con una conexión a red pública para el suministro de agua ni mucho menos con un punto de lavado para mantener desinfectado los alimentos y servicios usados para la preparación de la comida[16].

Frente a esta situación, Techo impulsa el programa Torres de Agua, proyecto que centra sus esfuerzos en instalar tanques de agua elevados, en comedores populares y ollas comunes, con el objetivo de garantizar el correcto almacenamiento del agua para las comunidades beneficiadas. La instalación estará acompañada de una capacitación dirigida a las familias sobre el correcto manejo de agua limpia y segura, así como de su uso eficiente, porque no solo se trata de abastecer a las comunidades del recurso hídrico, sino también reforzar el buen uso del mismo en beneficio de la salud de las poblaciones más vulnerables. Este tipo de proyectos basa su impacto en asegurar el almacenamiento de agua a través de la instalación de 88 torres de agua aproximadamente.

En el marco de las metas del ODS 6 Agua limpia y saneamiento, de aquí al 2030, Techo, mediante la implementación de dicho proyecto, busca contribuir a lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos, tal como lo indica la meta 6.1. De la misma forma, la organización integrada por los guardianes azules espera lograr al 2030 el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad en el cumplimento de la meta 6.2. Todo esto siempre en la compañía y apoyo para fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y saneamiento (meta 6.b)[17].

Ollas Comunes como respuesta a la emergencia alimentaria / #OllasSolidarias / ODS 2 Hambre cero

Tan crítico como no tener un techo donde vivir o no contar con agua potable es el hecho de no disponer de una alimentación básica, que ponga en riesgo la salud de las comunidades más vulnerables. Pese a que es elemental el mantener una alimentación adecuada, resulta aún un privilegio al que no todos pueden acceder. Según un reporte del INEI, presentado en el diario El País, al menos un tercio de los peruanos se encuentra en situación de pobreza que no les permite alimentarse 3 veces al día de una manera adecuada; de hecho, debido a la crisis sanitaria que enfrentamos, la pobreza ha aumentado un 10 % alcanzando al 30 % de los peruanos y peruanas, generando que muchas personas que no puedan cubrir sus necesidades básicas[18].

Rosa, vecina de la comunidad de Cerro Cachito (Pachacútec), es una de las muchas mujeres que sacan adelante a su comunidad mediante la implementación de ollas comunes. “Tratamos de brindar alimento al que menos tiene y más aún a los que perdieron su trabajo por culpa de esta pandemia” expresa con cierta congoja. Ella, al igual que muchas vecinas, representan la figura de la resistencia, lucha y soporte para las familias más afectadas.

“Las ollas comunes son una expresión solidaria y auto organizada de alimentación social y comunitaria surgidas para responder a la inseguridad alimentaria derivada de la emergencia sanitaria y económica debido al COVID-19. Sin Ollas comunes, más de 250.000 personas (peruanos y migrantes) no podrían garantizar, al menos, una comida caliente al día. Las ollas comunes han cubierto la ausencia del Estado que ha respondido tarde y en forma insuficiente la alimentación de los nuevos pobres urbanos. Su trabajo coloca al derecho humano a la alimentación en el centro del debate mostrando la fuerza que tienen las comunidades. Pero también, nos muestra la necesidad de declarar la emergencia alimentaria para garantizar presupuesto y ayuda alimentaria pública” mencionó Alain Santandreu, presidente ejecutivo de ECOSAD, investigador en Rikolto y Coordinador de la mesa de Trabajo de Seguridad Alimentaria de Lima Metropolitana[19].

Para contrarrestar tal situación, Techo Perú viene trabajando durante la pandemia el programa de “Ollas Solidarias”, proyecto que tiene como objetivo recaudar fondos para así asegurar la seguridad alimentaria de las familias en situación de pobreza y pobreza extrema, que habitan en asentamientos populares, mediante el abastecimiento de víveres no perecibles de primera necesidad a los liderazgos comunitarios para la elaboración de ollas comunes. Se busca abastecer con víveres no perecibles a asentamientos populares de Lima y Callao y capacitar en temas de nutrición y liderazgo a grupos de personas a cargo de la preparación de estas ollas comunes. Esto se logra gracias a las donaciones de la sociedad civil, organizaciones y empresas que deciden apoyar al proyecto en beneficio de todas las personas de mayor vulnerabilidad.

De acuerdo con los registros de la organización, 1 de cada 2 familias de los asentamientos de Lima, Callao y el norte del país, no cuenta con recursos económicos para abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad, debido a consecuencias de la pandemia como la pérdida de empleos. En ese sentido, cobran importancia las contribuciones con esta iniciativa que contribuye a alcanzar una sociedad justa, igualitaria, integrada y sin pobreza en la que todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y deberes, y tengan las oportunidades para desarrollar sus capacidades.

Con el apoyo de la empresa Positiva Seguros por su donación, permitió a Techo Perú la construcción de una sede comunitaria y la entrega de más de 9 mil raciones de almuerzo para la comunidad de Cerro Cachito. Con ello, se mejoró las condiciones de infraestructura para la atención de la olla común que atiende a más de 200 personas de lunes a sábado. Además, agradecer la entrega de alimentos no perecederos, artículos de higiene y protección personal a través del programa #OllasSolidarias.

Desde Techo Perú, buscan apoyar a más personas como a Rosa, que se ubican en diversas partes del país y necesitan un mayor apoyo en cuanto a la distribución y entrega de más alimentos. “Tenemos un firme compromiso con las comunidades urbanas más vulnerables del país, por lo que la pandemia no nos podía parar. Desde inicios de la emergencia sanitaria desplegamos nuestros equipos de trabajo para organizarnos junto a los líderes y lideresas vecinales, a fin de adaptarnos y superar este nuevo contexto. Gracias a la labor de nuestros voluntarios hemos podido entregar más de 38 toneladas de alimentos y 5 toneladas de agua a 67 comunidades”, destacó Karina Sánchez, gerente general de Techo Perú[20].

Durante los más de 15 años de trabajo, Techo Perú ha logrado impactar a más de 3 ‘580,000 ciudadanos a través de la implementación de diversos proyectos comunitarios y la ayuda humanitaria brindada. En plena emergencia sanitaria por la COVID-19, desde abril del 2020 a junio del 2021 han atendido a más de 500 ollas comunes. Sin duda alguna, estos logros no serían posibles sin la participación de los más de 200 aliados estratégicos, entre empresas, organismos internacionales, instituciones educativas, entre otros.

En línea con la meta del objetivo 2.1 de Hambre Cero que para el 2030 busca poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva, y suficiente durante todo el año, como sociedad civil debemos unirnos al llamado de atención al Estado para declarar el estado de emergencia alimentaria y el presupuesto para las ollas, para así poder lograr el acceso de estas en la distribución de recursos y víveres, así como también lograr aprobar la emergencia alimentaria en el país, para que los vecinos y vecinas de los diferentes asentamientos populares puedan continuar su lucha en estos momentos de crisis.

A construir una ciudad más inclusiva

Sí, toda ayuda suma. Desde levantarte temprano para ir a construir una vivienda en emergencia, donando de forma monetaria o con tu tiempo para la ejecución de la instalación de tanques de agua elevados hasta contribuir con la recolección de alimentos básicos para los que más lo necesitan. Como lo mencionó Karina Sánchez[21], directora general de Techo Perú, frente la adversidad siempre habrá las ganas y el compromiso de salir adelante por parte de la organización conformada por los voluntarios en ayuda conjunto con los vecinos que luchan contra la pobreza hacia la construcción de una ciudad más inclusiva, haciendo referencia a los guardianes azules, aquellos luchadores que buscan una sociedad más justa, igualitaria, integrada y sin pobreza en la que todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y deberes, y tengan las oportunidades para desarrollar sus capacidades.

Tal vez el COVID-19 no sea el virus que más nos haya afectado como sociedad civil, sino el virus de la indiferencia ante la pobreza…

 

 

[1] Cifras tomadas del portal de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), organización internacional especializada en salud pública de las Américas. Ver enlace en: https://www.paho.org/es/respuesta-emergencia-por-covid-19-peru

[2] Tomado del documento del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) llamado Perú: Condiciones de vida de la población de riesgo ante la pandemia del COVID-19. Encuesta Nacional de Hogares-ENAHO 2019. Ver documento en https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1745/libro.pdf

[3] Tomado del portal oficial de INEI. Ver enlace en: https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/pobreza-monetaria-alcanzo-al-301-de-la-poblacion-del-pais-durante-el-ano-2020-12875/

[4] «El método de las necesidades básicas insatisfechas (NBI) – CEPAL.» https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4784/S0102117_es.pdf?sequence=1. Se consultó el 10 enero. 2022.

[5] «Elementos de una vivienda adecuada – ONU-Habitat.» https://onuhabitat.org.mx/index.php/elementos-de-una-vivienda-adecuada. Se consultó el 10 de enero. 2022.

[6] «- Indicadores usados por los países de América Latina en … – CEPAL.» 16 may. 2017, https://www.cepal.org/sites/default/files/presentations/2017-05-pablo-villatoro.pdf. Se consultó el 10 de enero. 2022.

[7] «estudios estadísticos – CEPAL.» https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/43137/S1700989_es.pdf. Se consultó el 10 de enero. 2022.

[8] «Encuesta sobre vulnerabilidad habitacional y pobreza: Situación actual de las comunidades” TECHO PERÚ. Se consultó el 10 de enero. 2022.

[9] «vivienda | capeco: reducir déficit habitacional requiere 120 mil ….» 9 ene. 2020, https://larepublica.pe/economia/2020/01/09/vivienda-capeco-reducir-deficit-habitacional-requiere-de-120-mil-residencias-guido-valdivia-mvcs-mivivienda-techo-propio/. Se consultó el 10 enero. 2022.

[10] «La importancia de la vivienda social en el cumplimiento del Derecho ….» 7 ago. 2020, https://www.enfoquederecho.com/2020/08/07/la-importancia-de-la-vivienda-social-en-el-cumplimiento-del-derecho-humano-a-la-vivienda/. Se consultó el 10 de enero. 2022.

[11] Información tomada de la publicación Naciones Unidas (2018), La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe, Santiago. Ver documento en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/24/S1801141_es.pdf

[12] Cifras tomadas del portal oficial de Techo Perú. Ver en https://peru.techo.org/rendicion-de-cuentas/#Impacto

[13] Información tomada del portal de la ONU en torno al ODS 1 Fin de la pobreza. Ver enlace en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/poverty/

[14] Día Mundial de las Ciudades 2017 | TECHO. (2017, octubre 30). TECHO. Ver en: https://www.techo.org/informate/diamundialdelasciudades/

[15] Un crimen recurrente: la falta de agua potable – Municipalidad de Miraflores. (2021, febrero 20). Municipalidad de Miraflores. https://www.miraflores.gob.pe/un-crimen-recurrente-la-falta-de-agua-potable/

[16] Información tomada del portal de Techo Perú. Ver enlace en: https://www.donatechoperu.org.pe/

[17] Información tomada del portal de la ONU y ODS. Ver enlace en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/water-and-sanitation/

[18] Fowks, J. (2021, 14 de mayo). La pobreza alcanza al 30% de los peruanos debido a la pandemia. Recuperado el día 10 de enero del 2022, de https://elpais.com/economia/2021-05-15/la-pobreza-alcanza-al-30-de-los-peruanos-debido-a-la-pandemia.html

[19] Información y entrevista gestionada por el equipo de prensa de Techo Perú.

[20] Nota de prensa elaborada por Techo Perú y publicada en distintos medios locales. Ver enlace en: https://pressperu.com/techo-peru-realiza-colecta-digital-para-beneficiar-a-50000-personas-en-asentamientos/

[21] Entrevista realizada por el equipo de prensa de Techo Perú.

 







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