Derechos humanos - Desarrollo económico

¿Por qué es importante la educación financiera en tiempos de pandemia?

Por Stakeholders

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POR MARCO MINAYA
mminaya@stakeholders.com.pe

Los efectos devastadores de la pandemia han ocasionado que el ciudadano de a pie se vea forzado a realizar diversos esfuerzos por su bienestar de su persona y de sus seres queridos.

Walter Neyra, Profesor de posgrado de ESAN y especialista en emprendimiento, innovación y microfinanzas

A pesar de las diversas restricciones que existen en la actualidad, muchos tienen la necesidad imperiosa de trabajar; centros de labores han tenido que adaptarse a la nueva normalidad, pequeños emprendimientos han cerrado por falta de capital y miles de peruanos tratan de sobrevivir día a día a un contexto sanitario crítico que no tiene fecha de caducidad.

En un escenario donde la incertidumbre económica prima como el factor de mayor riesgo sobre los negocios y las economías familiares, ¿cuán importante puede ser la educación financiera en nuestras vidas?

Para Walter Neyra, profesor de posgrado de ESAN y especialista en emprendimiento, innovación y microfinanzas, es de fundamental importancia que las personas conozcan las herramientas financieras que pueden atenuar el impacto en su economía.

La educación financiera permite alcanzar ese conocimiento sobre las opciones que diversificar sus ahorros, mantener un nivel de deuda manejable, elegir las opciones financieras más recomendable para cada caso en particular, manejar la tecnología y los accesos con cierto nivel de seguridad; y sobre todo conocer sus derechos y oportunidades como usuario del sistema financiero.

El especialista de ESAN considera que la educación financiera es muy importante básicamente por cuatro factores:

  • El principio de universalidad, es decir que afecta todos los niveles socioeconómicos y segmentos de banca minorista (personas, micro y pequeñas empresas).
  • Calidad de vida, ya que el dinero es la mayor causa de estrés en las personas y permite alcanzar un mayor desarrollo de sus estándares de vida si puede manejar con mayor efectividad las habilidades financieras.
  • Estabilidad del sistema financiero, el mayor conocimiento de las oportunidades financieras y la interrelación con las entidades bancarias tiene impacto en la estabilidad y equilibrio del sistema financiero.
  • Motor del desarrollo económico y social, ya que tomar decisiones financieras acertadas mejora la dinámica de la microeconomía familiar, evitando el sobre endeudamiento y permitiendo el aprovechamiento de oportunidades que permiten generar beneficios para todos en todas las etapas del ciclo de vida de las personas y familias.
Pedro Grados Smith, Director de la Carrera de Economía de la Universidad de Lima

En esa misma línea, Pedro Grados Smith, director de la Carrera de Economía de la Universidad de Lima, agregó que la educación financiera permite a las personas administrar correctamente sus ingresos entre necesidades alternativas y entre distintas posibilidades de ahorro e inversión. En lo básico, educar a las personas sobre la importancia de tener un plan de gastos y ahorros.

“En un momento como el actual, de tiempos de pandemia, nos muestra la necesidad de ser conservadores y de disminuir nuestros gastos para incrementar los ahorros que permitan enfrentar la incertidumbre de los próximos meses”, enfatizó.

¿Tenemos una cultura de ahorro?

Ambos especialistas destacan que el ahorro es una acción tan importante ante un contexto lleno de incertidumbre, sobre todo si tenemos en consideración que la situación económica de nuestro país va tomar mucho tiempo en recuperase. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿padecemos de una paupérrima cultura de ahorro?

En nuestro país, de acuerdo con un estudio de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), menos del 5 % de la población peruana tiene conocimientos financieros.

En el 2017, los resultados de la prueba PISA de Educación Financiera revelaron que los estudiantes peruanos tienen un nivel muy básico en el desarrollo de competencias financieras: el Perú se sitúa en el penúltimo puesto de 14 países, con 403 puntos.

A pesar de lo anterior, según la segunda encuesta de capacidades financieras en el Perú que llevó a cabo el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la SBS, reveló que el 37 % de los peruanos adultos tienen un conocimiento financiero adecuado. Este resultado muestra una mejora —de ocho puntos porcentuales — en comparación con el 2013. En aquel año apenas el 29 % de los peruanos adultos tenían un conocimiento financiero adecuado. ¿Podemos afirmar que existe un avance lento?

Enrique Castellanos, Profesor de Economía de la Universidad del Pacífico

Al respecto, para Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, considera que, si bien los consumidores han mejorado, todavía falta más. Sin embargo, a su criterio, el hecho de que las personas no usen los servicios financieros se debe principalmente a que tenemos una economía informal en 70 % que no les interesa que sus flujos “sean vistos” por la SUNAT. Adicionalmente, la banca para ciertos sectores económicos sigue siendo cara. Los bancos, si realmente quieren ganar volumen de negocio, deberían revisar sus tarifarios.

Por su parte, el especialista en emprendimiento, innovación y microfinanzas de ESAN, determinó que es un avance progresivo, que va de la mano con el nivel de bancarización en nuestro país que también se ve correlacionada con el indicador de intermediación financiera expresada por la Superintendencia de Banca y Seguros a diciembre de 2019 que indica que los créditos del sistema financiero como porcentaje del PBI alcanzaron el 42 %; y si analizamos los depósitos en el mismo comparativo solo alcanza el 40 %.

Para Neyra, la pandemia de COVID-19 nos ha dado ese empujón para que los servicios financieros lleguen a más personas. Las restricciones sanitarias y de desplazamiento originaron que las personas deban recurrir a las opciones tecnológicas que brindan los canales de atención (app móvil, homebanking, agentes corresponsales, cajeros automáticos, etc.). En ese sentido, agrega el especialista, esta situación pone en primera plana la necesidad de incrementar la educación financiera.

Muchos de estos clientes están utilizando nuevas opciones y accesos para los servicios bancarios, esta situación los pone en una situación de mayor vulnerabilidad si no conocen su uso correcto y la forma de utilizarlos con mayor eficacia y seguridad.

“Con la educación financiera se puede ayudar a las personas a adquirir los conocimientos y habilidades para el mejor manejo de sus finanzas personales y con ello conseguir un mayor bienestar”, concluyó.
Sector público y privado: aliados estratégicos para promover la educación financiera

Si bien existe un Plan de Inclusión Financiera que es administrado por el Ministerio de Economía y Finanzas y por la SBS, que debería ser presentado y trabajado con las asociaciones gremiales privadas vinculadas con la actividad financiera, especialmente con la Asociación de Bancos y los gremios de microfinanzas, es necesario destacar que es sumamente importante el trabajo que realiza tanto el sector público como el privado, ya que la suma de esfuerzos multiplica los objetivos que buscan ambos sectores.

Para Grados, director de la Carrera de Economía de la Universidad de Lima, este plan generará la demanda de profesionales calificados, con una sólida formación que los haga competitivos en los mercados laborales nacional e internacional, que puedan desempeñarse en bancos, en mercados de valores del Perú y del extranjero, capaces de dirigir organismos multilaterales y también entidades públicas, y más.

Caso Prima AFP

Gwendolyne Medina, gerenta de Marketing de Prima AFP, explicó que durante la pandemia les ha tocado afrontar dos procesos de retiro de fondos de pensiones (S/ 2.000 y 25 %) en el que recibieron millones de consultas a través de nuestros canales de atención.

Eso sumado a que han realizado una escucha permanente en redes sociales, habiendo realizado estudios de mercado a sus clientes y a la opinión pública, lo cual les ha servido para conocer los conceptos que deben reforzar.

Gwendolyne Medina, Gerenta de Marketing de Prima AFP

“En medio de la pandemia, como país, hemos sufrido un duro golpe al mercado laboral producto de la paralización de las actividades económicas. En ese contexto se vuelve aún más relevante una adecuada educación financiera para ordenar las finanzas en el hogar si es que se han visto afectados los ingresos o si se tienen muchas deudas”, explicó.

En la misma línea que los demás especialistas, Medina enfatizó que lamentablemente la educación financiera en el Perú se aprende ya en los últimos años de colegios, durante la educación superior o incluso recién al momento de obtener su primer empleo.

El esfuerzo por incluir este tipo de capacidades en los colegios es aún reciente y sus frutos se medirán en el mediano y largo plazo. “La paralización económica que hemos vivido producto de la pandemia ha hecho evidente que muchos peruanos desconocían o tenían información errónea sobre procesos como reprogramación de deudas, congelamiento, rentabilidad de los fondos y otros. Hoy muchos hemos aprendido a la fuerza estos conceptos”, mencionó.

¿Qué estrategias han implementado en materia de educación financiera?

En palabras de Medina, aseguró que, desde hace 15 años en el mercado, han trabajado por mantener informados a sus afiliados. La vocera es consciente que entender el funcionamiento del Sistema Privado de Pensiones (SPP) es complejo y, además, cambia en cada etapa la vida laboral del afiliado, desde el inicio de los aportes hasta el momento de la jubilación.

Como la jubilación es un tema de muy largo plazo, el tema se vuelve aún más complejo ya que las personas tienen que pagar hoy la casa, comida, educación de los hijos, entre otros.
Por ello, agrega, siempre han trabajado de la mano con formatos y medios cercanos al ciudadano.

“Nuestro trabajo en fortalecer la educación financiera va más allá de que sea uno de nuestros pilares de responsabilidad social, porque estamos convencidos de que, si fortalecemos la educación financiera, tendremos afiliados no solo más informados, sino más exigentes con que la información que les demos sea de su utilidad”, concluyó.

El reto que persiguen las empresas de este sector es de suma relevancia para el bienestar económico del ciudadano de a pie, ya que de este va depender su proyección financiera no solo para verse beneficiado sino también se beneficie con quienes vive, haciendo que una buena educación financiera le lleve a mejorar su calidad de vida en el mediano y largo plazo.




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