Cada minuto, la Amazonía peruana pierde el equivalente a seis canchas de fútbol, advierte WWF basándose en datos de MapBiomas. Esta pérdida amenaza la biodiversidad, el clima y los territorios de más de 400 pueblos indígenas.
Entre 1985 y 2023 se destruyeron más de 88 millones de hectáreas de selva amazónica, y el Perú ya ha perdido más de 3 millones solo en las últimas dos décadas. Expertos como Kurt Holle, director de WWF Perú, alertan que el país arrasa unas 150 mil hectáreas por año debido a la agricultura, la tala y la minería, y advierten que si la deforestación alcanza el 25 %, el ecosistema podría colapsar de forma irreversible.
Las causas de la deforestación en la Amazonía peruana
El especialista agrega que la deforestación “ocurre a nivel de toda la Amazonía sudamericana” y que aún hay potencial para revertirla con estrategias efectivas como las áreas protegidas, la titulación de territorios indígenas y la promoción de prácticas productivas sostenibles.
WWF impulsa programas de restauración ecológica y productiva que buscan devolverle vida al bosque. Estas iniciativas incluyen plantaciones de alta densidad, enriquecimiento de bosques secundarios y ganadería regenerativa. “No se busca que el pastizal vuelva a ser bosque, sino recuperar la productividad del suelo”, explica Holle.
La organización proyecta que para 2030 se habrán restaurado más de 6.000 hectáreas de áreas degradadas, con la capacidad de capturar hasta 150 mil toneladas de CO₂ y fortalecer los medios de vida de las comunidades locales. “La restauración es una de las soluciones más efectivas para revertir la pérdida de bosques amazónicos”, subraya Holle.
En Madre de Dios, Ubaldina Quispe, ganadera regenerativa y lideresa local, ha convertido su parcela en un modelo de sostenibilidad. “Antes quemaba el bosque y usaba químicos. Ahora fertilizo con abono natural y divido mis potreros para que el pasto se recupere”, cuenta. Gracias al acompañamiento de WWF Perú, Ubaldina ha triplicado la capacidad de su terreno: “Antes era una hectárea por una cabeza de ganado; ahora puedo tener tres en la misma área”, asegura.
Sin embargo, advierte que “el esfuerzo no basta si no se capacita al 100% de los agricultores y ganaderos del país”.
Una campaña global por la Amazonía y el marco legal en disputa
El panorama legal tampoco favorece la conservación. José Capella, director del Programa Bosques y Servicios Ecosistémicos de la SPDA, advierte que “existen normas que incentivan la deforestación”, como la denominada ‘Ley antiforestal’, que elimina la evaluación técnica estatal para clasificar tierras.
“Eso permite que cualquier zona con actividad agrícola pueda actualizarse, incluso si está dentro de ecosistemas frágiles o comunidades indígenas”, alerta.
A ello se suman proyectos legislativos que buscan ampliar el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) hasta 2027, medida que —según Capella— agravaría la pérdida forestal.
“El Estado tiene las herramientas para frenar la expansión desordenada de la agricultura y la minería, pero necesita aplicarlas de manera firme”, enfatiza.
Ante este panorama, la campaña global Amazon League busca movilizar a la sociedad civil para exigir acciones concretas que detengan la pérdida del bosque tropical más grande del planeta. La iniciativa será presentada durante la COP30 de Cambio Climático en Brasil y resalta el papel de los pueblos indígenas como guardianes del ecosistema.
“Cada acción cuenta para asegurar el futuro de la selva y del planeta”, señala la organización, que invita a sumarse firmando la petición en www.amazonleague.org









