Por Gianina Jiménez - Líder de Comunicaciones, Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de AJE Perú

Lectura de:

Machu Picchu, una joya del patrimonio mundial, es un símbolo de la historia y la cultura del Perú. Sin embargo, su popularidad turística también presenta desafíos ambientales significativos. La gestión de residuos y la huella de carbono son temas cruciales que deben abordarse para preservar este tesoro para las futuras generaciones. En ese contexto, el trabajo realizado en Machu Picchu por Grupo AJE, a través de su marca Cielo, en alianza con Inkaterra, el municipio de Machu Picchu, Tetra Pak y Green Innitiative, se erige como un ejemplo brillante de cómo la economía circular puede transformar un destino turístico en un modelo de sostenibilidad.

El reconocimiento de Machu Picchu como Destino Carbono Neutral es un logro que merece reconocimiento. Desde 2016, esta iniciativa ha implementado una serie de medidas innovadoras para reducir y gestionar los residuos generados en la ciudadela inca. La instalación de compactadoras de residuos plásticos, una planta de biodiesel, una pirolizadora y una trituradora de vidrio, son solo algunas de las acciones que han permitido un manejo más eficiente de los desechos.

Este enfoque no solo ha disminuido la huella de carbono de Machu Picchu, sino que también ha tenido un impacto positivo en las comunidades locales. La creación de empleos y la mejora de la calidad de vida a través de prácticas sostenibles son beneficios tangibles de esta iniciativa. Además, la educación ambiental y la sensibilización sobre la importancia del reciclaje y la economía circular son aspectos clave promovidos por Grupo AJE.

«Desde 2016, esta iniciativa ha implementado una serie de medidas innovadoras para reducir y gestionar los residuos generados en la ciudadela inca».

La economía circular, como modelo, busca mantener los materiales en circulación por el mayor tiempo posible, reduciendo la extracción de recursos naturales y minimizando la generación de residuos. En Machu Picchu, este enfoque se ha traducido en la transformación de desechos en recursos valiosos. El aceite usado se convierte en biodiesel, los residuos orgánicos en biocarbón, y el vidrio y el plástico se reciclan, cerrando el ciclo y evitando que terminen en vertederos.

El éxito de esta iniciativa demuestra que la sostenibilidad y el turismo pueden ir de la mano. No solo es posible proteger el medio ambiente, sino que también se puede mejorar la experiencia turística y beneficiar a las comunidades locales. Los visitantes de Machu Picchu ahora pueden disfrutar de un destino que se preocupa por su impacto ambiental y que está comprometido con un futuro más sostenible.

Este modelo de Ciudades Sostenibles y Economía Circular busca inspirar a que más empresas puedan liderar el camino hacia la sostenibilidad. El compromiso de todos los actores que forman parte de esta alianza, que busca la gestión eficiente de residuos, ha contribuido a que Machu Picchu sea un modelo a seguir para otros destinos turísticos. Esta iniciativa no solo protege un sitio icónico, sino que también promueve un cambio de paradigma en la forma en que concebimos el turismo y la gestión de recursos.

La economía circular no es solo una estrategia ambiental, sino también una oportunidad para construir un futuro más próspero y sostenible. Machu Picchu, gracias a estas acciones, sigue siendo un legado para el mundo, ahora también como un ejemplo de que cuando se trabaja en alianzas se logra un mayor impacto y sostenibilidad.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.