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Reforma universitaria (licenciamiento): ¿Cuestión de tiempo?
Por: Marco Minaya
mminaya@stakeholders.com.pe
Todas las universidades deben terminar sus procesos antes del plazo máximo establecido por la SUNEDU al 2018, ya que luego corren el riesgo de ser clausuradas. Sin embargo, son pocas las que hasta la fecha han cumplido el licenciamiento. Tocar el tema de la ley universitaria tiene una serie de implicancias que hasta la fecha ha originado un sinfín de críticas tanto por su viabilidad, implementación, licenciamiento, entre otros. Directivos y especialistas reconocen aspectos positivos de lo que implica dicha reforma, aunque también existen criticas relacionadas a la autonomía por parte de la superintendencia. Teniendo en consideración el contexto actual en torno a la reforma universitaria, ¿en qué situación nos encontramos?
La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) tiene el encargo de promover la calidad en el sistema educativo universitario. Para Lorena Masías, Superintendenta, hasta hace poco, existió un sistema desordenado que no garantizaba que los estudiantes reciban una formación correcta; por ello, SUNEDU supervisa que las universidades cumplan con condiciones básicas de calidad y otras exigencias de la Ley, para que los estudiantes y los padres de familia confíen en que estas instituciones les brindarán un servicio adecuado.
Licenciamiento
A partir de la promulgación de La Ley Universitaria se le otorga a la Sunedu la tarea de realizar un nuevo proceso de licenciamiento por el que todas las universidades deben pasar para operar, en el cual se verifique el cumplimiento de siete condiciones básicas (ver cuadro “Condiciones Básicas de Calidad”). Cada una de estas condiciones deben ser sustentadas a detalle por las universidades, con el fin de ser licenciadas.
A la fecha, comentó Masías, 10 universidades han sido licenciadas, de las cuales dos se encuentran fuera de la región Lima (Piura y Huancavelica). Todas las universidades programadas han cumplido en presentar su Solicitud de Licenciamiento Institucional (SLI), de acuerdo al cronograma de la SUNEDU. Además, 20 universidades han adelantado su SLI y en total 93 casas de estudios en proceso de licenciamiento hasta el momento, agregó la superintendenta.
En ese contexto, si nos referimos a la promoción de la calidad en el sistema educativo universitario, que existe mala calidad en las universidades al lado de otras que han gestionado de manera más eficiente sus procesos y exigencias académicas es evidente. Subsisten pésimas universidades públicas y privadas que hasta la fecha no han podido cumplir con los requisitos exigibles para lograr su licenciamiento.
Al respecto, para el Dr. Luis Chang Ching, Profesor del PAD de Piura, el marco legal ha sido un hito importante y la puesta en marca de la SUNEDU es una consecuencia que reviste principal importancia. Desde su perspectiva, hay avances ineludibles, como los que mencionó Masías, pero también se requiere institucionalizar la reforma y la mejor forma de hacerlo es que la población valore los cambios que se desean alcanzar y la dirección en la que vas dicho proceso. Por tanto, “es urgente una mayor difusión en relación a la reforma misma, a dónde se quiere llegar y cuánto hemos avanzando”, acotó Chang.
¿Cuestión de exigencias?
Para Paul Neira, Consejo Nacional de Educación y Especialista en Cambio y Reforma Educativa, lo complicado del asunto radica en la implementación, dado que el sistema de educación peruana está sintiendo las mayores exigencias, porque nos falta mayor experiencia. Es decir, “las universidades en general no están acostumbradas al proceso de supervisión, monitoreo y acompañamiento como plantea la ley universitaria y su respectiva implementación institucional por parte de la SUNEDU”, agregó.
Esta falta de experiencia que alega Neira podría ser considerada como una razón por la cual a las universidades les cuesta terminar sus procesos para obtener su licencia de funcionamiento. Hasta la fecha, solo 10 de las 142 universidades que hay en el Perú, entre públicas y privadas, tienen esta licencia. Ninguna pública. Todas deben terminar sus procesos antes del plazo máximo establecido por la SUNEDU (diciembre del 2018), ya que luego corren el riesgo de ser clausuradas.
Algunos cuestionamientos señalan que el avance en cuanto al número de universidades con licencia es ínfimo, sobre todo si se tiene en cuenta el plazo máximo a la fecha; por su parte, Luis Lescano, Gerente General y vocero autorizado de la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (FIPES), expresó que las reformas educativas no se hacen de un año a otro, que implica un proceso generacional. Por lo tanto, “los resultados que ya vienen dando, aun cuando para alguien pueda parecerle lentos, se vienen presentando progresivamente. En efecto, es un asunto que requiere de tiempo”, explicó Lescano.
Universidades públicas y privadas
Hasta la fecha, SUNEDU ha informado a la opinión pública cuáles son las universidades que ofertaban servicios educativos o programas no autorizados. “Este año realizaremos alrededor de 900 acciones de supervisión”, confirmó Masías. Definitivamente, el gran perjudicado en este asunto es el estudiante, quien debe evaluar la posibilidad de encontrar una solución al respecto. Por su parte, SUNEDU remarcó que alumnos perjudicados por cierre de carreras deben dar examen para pasar a otra universidad.
En dicho contexto, cabe resaltar que no todas las universidades tienen el estándar de calidad y los requisitos exigibles para lograr su licenciamiento. De esta manera, “pierden el valor oficial sin lograr ese nivel de calidad que les resulta exigible, por esto se da la resistencia al modelo generado por la nueva legislación y buscar evitar los efectos que este tipo de situación les puede acarrear”, sostuvo el Dr. Luis Chang.
Por otra parte, no es lo mismo hablar de una universidad pública que de una privada. “En el caso de las públicas la situación es más compleja”, aseguró Neira, ya que es el mismo Estado que otorga fondos y también es quien establece “las reglas del juego” con el fin de que cada universidad pueda ser evaluada para fines del propio proceso tanto de acreditación como de licenciamiento. “Allí existe una situación paradójica”, acotó el Consejero Nacional de Educación. De la misma línea es Lescano, quien afirmó que en el caso de las públicas requieren un presupuesto para cumplir con todas las condiciones que le exige la SUNEDU; sin embargo, muchas de estas casas de estudios no cuentan con el presupuesto necesario que les exigen.
Muy por el contrario, para las privadas, comenta el vocero autorizado de FIPES, la cuestión se centra en la decisión que tenga el promotor, el propietario o responsable de la institución educativa para mejorar aspectos como el de infraestructura, mejor paga a los docentes, entre otros aspectos, para que cuenten con las condiciones necesarias para su licenciamiento. Por su parte, el especialista del PAD de Piura precisó que todo lo vinculado al presupuesto con el que cuenten las universidades privadas que estén ligados al tema de la infraestructura y equipamiento es importante, pero no es lo sustancial de la reforma.
En ese sentido, para el especialista, el éxito del proceso radica en la calidad de la formación profesional que puedan ofrecer las universidades peruanas, que tengan nivel de competencia con las mejores del mundo. “No podemos esperar que una universidad local sea buena en todo; entonces, se tienen que tomar decisiones para desarrollar su ventaja competitiva”, puntualizó Chang.
Mejoras al alcance
En esa línea, Neira precisó que en las privadas, a diferencia de las públicas, cuentan con una independencia financiera y mayores recursos, para que puedan asumir todo el grado de implicancia que exige no solamente el licenciamiento, sino la acreditación correspondiente a cada caso. Sin embargo, criticó que exista un descuido en el sistema educativo, porque no se está desarrollando talentos. Al respecto, comentó que la SUNEDU, en ejercicio del programa tiene que dar cumplimiento a la ley, pero no hay la experiencia suficiente como para atender el volumen de información que la propia entidad de superintendencia tiene a su cargo.
“En el expediente del licenciamiento se presentan 60 fólderes, son cientos de miles de páginas que revisar, a eso se suma el criterio estándar que responda a la ley y que sea equitativo con las universidades, falta mayor capacidad de revisión”, explayó Neira. La SUNEDU, precisó el especialista, no va a conseguir personal altamente capacitado de la nada, ya que se necesita de mucha experiencia para revisar dichos criterios de calidad que exige la superintendencia.
Según indicó Lorena Masías, vocera del SUNEDU, todas las universidades que les tocaba presentar su Solicitud de Licenciamiento Institucional (SLI), según cronograma de la SUNEDU, ya lo han hecho. Es más, 19 de las solicitantes se encuentran en plazo de adecuación, es decir, que están en proceso de cumplir los indicadores que faltan para alcanzar las condiciones básicas de calidad.
Universidades públicas: Factores claves para avanzar
Si bien hasta la fecha ninguna universidad pública tiene licencia de funcionamiento, según datos proporcionados por Masías, las universidades públicas están avanzando en el proceso de licenciamiento. Por ejemplo, la Universidad Agraria ha cumplido con el 71% de los indicadores solicitados, mientras que la UNI y la UNMSM están avanzando en adecuar sus planes de estudio.
En ese sentido, precisó que cada universidad, sea nacional o privada, es una realidad distinta y los medios de verificación para evaluar el cumplimiento de las CBC se deben adaptar al tamaño y complejidad del servicio educativo que cada universidad ofrece. En esa línea, sostuvo Lescano, que solo 10 universidades hayan conseguido el licenciamiento posible es una muestra de que es necesario darle tiempo a la SUNEDU para que se dicha cifra vaya en aumento.
Además, el vocero de FIPES indicó que este tipo de medidas definitivamente trajo un concepto que de alguna manera había que darle tiempo para digerirlo, tanto para las universidades públicas como para las privadas. Y es que si bien el problema de que las universidades públicas no se hayan podido licenciar no se circunscribe exclusivamente por la SUNEDU, el asunto toca un trasfondo mayor al considerar todo el contexto educativo que afronta nuestra realidad educativa.
Masías declaró que en el diagnóstico de las universidades públicas que se encuentran en el proceso de licenciamiento, en algunos casos se ha identificado la necesidad de fortalecer la gestión interna de la universidad, ya que se puede tener implicancias en la ejecución presupuestal y en la implementación, por ejemplo de mejoras en la infraestructura básica (talleres, laboratorios, etc.). De la misma opinión es Neira, quien afirmó que un tema delicado es la propia gestión interna, ya que se necesitan insertar procesos de ordenamiento para presenciar los documentos con el fin de continuar con el proceso de licencia dentro de las universidades, para así poder generar formalidad al caso.
En esa línea, para la vocera de la SUNEDU, las universidades públicas tardan un poco más en cumplir las condiciones básicas de calidad por dos factores fundamentales: mayor dimensión y complejidad. Si bien en nuestro país algunas universidades se caracterizan por su gran calidad de enseñanza e investigación, “muchas de ellas albergan una gran cantidad de facultades y especialidades, por lo que la gestión interna y otros procesos administrativos hace que el proceso se vuelva más complejo”, detalló Masías.
Recomendaciones finales
La SUNEDU, con sus poco más de dos años, continuará con sus objetivos a corto, mediano y largo plazo. Lescano expresó que dicho órgano institucional es nuevo, por lo cual es lógico que en el camino se presenten dificultades y que continúe creciendo. Por su parte, Neira insistió que en el corto plazo la SUNEDU tiene el reto de salir adelante con los expedientes de universidades que tienen hasta la fecha.
Asimismo, el Consejero Nacional Educativo expresó que la superintendencia tiene que liderar un proceso de apertura de diálogo que permita lograr consensos y otorgue aperturas al nuevo sistema de universidades que se desea implementar. Al respecto, Masías sostuvo que desde finales del 2016, han iniciado un proceso de diálogo con la comunidad universitaria, para recoger sus opiniones y valorar, a través del consenso, aquellas que sean un verdadero aporte para la reforma de calidad de la educación superior universitaria. Por su parte, Chang en la misma línea que Neira, advirtió que tenemos que ser conscientes que no todas las universidades lograrán su licenciamiento; por ende, es imprescindible establecer una salida o alternativa posible. “Qué vamos a hacer con las universidades que se puedan cerrar?, ¿Qué vamos a hacer con los estudiantes que se vean perjudicados?”, cuestionó Neira.
En tal caso, alega el especialista del PAD, debería darse la ayuda del caso para que las universidades que no logren su licenciamiento estén en condiciones de alcanzar dicho objetivo. “SUNEDU debería ser el gran socio de éstas universidades para alcanzar un nivel de calidad que favorezca al sistema universitario en su conjunto y beneficie a dichos estudiantes en particular. Se espera que para el 2018 se puedan presentar avances significativos que orienten y estructuren los mecanismos correspondientes que tiene cada universidad, con el objetivo que la educación sea continua y de calidad.