
El Perú avanza con lentitud en la construcción de un sistema de transporte sostenible, lo que pone en riesgo el cumplimiento de los compromisos asumidos al 2030 en materia ambiental y de movilidad. Así lo advirtió Ellioth Tarazona, gerente Técnico de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), durante su participación en el panel “Transporte Sostenible al 2030, ¿estamos en la ruta correcta?” realizado en el marco de la Feria Transporte Sostenible 2025.
“Llegar al 2030 con un transporte sostenible es muy difícil, porque seguimos quedándonos en el papel y no pasamos a la acción”, sostuvo Tarazona, al remarcar que el país mantiene un ritmo demasiado lento frente a la magnitud del desafío.
El especialista subrayó que, pese a que en el Congreso se han presentado más de 30 proyectos de ley relacionados con la electromovilidad, ninguno ha llegado a implementarse. Esta inacción ha permitido que otros países de la región tomen la delantera.
Mientras Colombia ya cuenta con 1,580 buses eléctricos y Chile supera los 2,000, en el Perú la penetración de estos vehículos aún no alcanza ni el 4%. La brecha se evidencia con mayor fuerza en el mercado: “En un solo mes, Colombia vende la misma cantidad de vehículos eléctricos que Perú en un año, teniendo ambos un parque automotor de tamaño similar”, precisó Tarazona.
Sin transporte sostenible masivo
Otro de los factores críticos es la antigüedad del parque automotor nacional. Desde 2009 se han presentado iniciativas de chatarreo —algunas con presupuestos de hasta 80 millones de dólares—, pero sin resultados efectivos.
Actualmente, más de 3,300 vehículos con más de 20 años de antigüedad siguen circulando en el país, generando contaminación, congestión y altos niveles de siniestralidad. “El problema es que los programas diseñados apenas alcanzan para retirar esa misma cantidad de unidades, lo cual resulta insuficiente frente a la magnitud del reto”, advirtió el representante de la AAP.

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En cuanto al uso del gas natural, Tarazona lamentó que el Perú no logre capitalizar adecuadamente este recurso propio debido a trabas burocráticas.
“Tenemos buses fabricados a gas natural que no pueden habilitarse por interferencias administrativas. Necesitamos agilizar procesos para que vehículos limpios entren en operación. No es un combustible 100% ecológico, pero es nuestro recurso energético y debemos aprovecharlo”, señaló.
El especialista recordó además que el Decreto Supremo 181-2019, que exoneraba del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los vehículos a gas, no se aplica de manera efectiva, lo que desincentiva la inversión y frena la transición hacia energías más limpias.
Riesgo de incumplimiento de compromisos
De no adoptarse medidas concretas, el Perú corre el riesgo de incumplir sus compromisos internacionales de sostenibilidad, advirtió Tarazona. “El parque automotor genera grandes externalidades negativas que afectan la calidad de vida de la población y ocasionan pérdidas económicas millonarias para el país. No basta con tener un marco regulatorio; lo más importante es implementarlo y pasar de las intenciones a la acción”, concluyó.