
“Al banco le conviene que olvide pagar mi crédito; así gana más”, me dijo Jorge, joven universitario, durante una clase a la que me invitaron recientemente. “Aunque no lo creas, al banco le conviene que pagues a tiempo y que tu historial crediticio sea cada vez mejor”, le respondí. “Así podría ofrecerte más productos y, acompañándote en los distintos momentos financieros de tu vida, serías un cliente muy rentable” puntualicé.
La Educación Financiera (EF) es un catalizador de la sostenibilidad en el sector financiero. En primer lugar, porque es un habilitador de la inclusión financiera entendida no solo como la tenencia de un producto (acceso), sino también como su frecuencia e intensidad de uso. En segundo lugar, porque tiene el poder de mejorar la salud financiera de las personas y negocios lo cual incide en la rentabilidad de una empresa financiera. Y, finalmente, porque -a través de la EF- tenemos la gran oportunidad de construir confianza para cambiar las ideas que niños, adultos y jóvenes como Francisco tienen sobre el dinero y las instituciones que conforman el sistema financiero formal.
«La Educación Financiera (EF) es un catalizador de la sostenibilidad en el sector financiero».
Buenas prácticas
Durante el segundo semestre del 2024, en el equipo de Aprenda investigamos las mejores prácticas internacionales de EF y conversamos con gremios y empresas líderes en Perú. A continuación, cuatro de nuestros hallazgos.
- Ya no hay EF si no hay educación digital. La masificación de las billeteras digitales y la promoción del uso de canales no presenciales han generado nuevos riesgos que se agravan en ausencia de alfabetización financiera y digital. Asimismo, sesgos en la toma de decisiones en el entorno digital, pueden actuar como impulsores de la vulnerabilidad. Las iniciativas de EF líderes están desarrollando competencias digitales básicas a través de simuladores, cursos asincrónicos con ejemplos reales de estafas, escape rooms y sitcoms educativos.
- Nuevas formas de aprender. Si bien las conferencias, cursos y otras formas de capacitación sincrónica y asincrónica no han quedado atrás, están perdiendo protagonismo frente a otros formatos de aprendizaje tales como ferias y visitas educativas, podcast y videopodcast, series web, juegos presenciales y virtuales y microaprendizaje a través de cursos cortos por WhatsApp.
- De los conocimientos a los comportamientos. Según la OCDE, un programa efectivo de EF desarrolla conocimientos prácticos, promueve actitudes positivas hacia el dinero y, sobre todo, fomenta comportamientos responsables. Los principales programas de EF están empleando los principios de la economía conductual para segmentar a sus clientes y diseñar estrategias educativas más efectivas, basadas en la forma en que las personas toman decisiones financieras.
- La Inteligencia Artificial (IA) optimiza la EF. La IA puede ayudar a masificar las iniciativas de EF sin perder la personalización. Empresas financieras líderes están empleando la IA para ofrecer rutas personalizadas de aprendizaje, asesoría digital para alcanzar objetivos financieros y crear modelos predictivos para anticipar potenciales problemas financieros y ofrecer soluciones tempranas a sus clientes.
Retos para las empresas financieras peruanas
Primero, entender que la EF va más allá de hacer capacitaciones. Debemos repensar las estrategias y centrar esfuerzos en diseñar iniciativas que puedan generarle beneficios medibles tanto a la empresa como a los clientes y no clientes participantes.
Segundo, adoptar procesos que faciliten la trazabilidad mediante el cruce de información entre el negocio y los programas de EF. Saber qué participantes están pagando antes de la fecha de vencimiento, contratando un nuevo seguro o incrementando sus inversiones es evidenciar que la EF está teniendo un impacto en el negocio.
Finalmente, aliarse con instituciones, gremios y, por qué no, con otras empresas financieras. A final de cuentas, todos queremos un país financieramente más saludable.