Por Stakeholders

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POR MARÍA LAURA CUYA – CEO de Innova Funding y docente de Pacífico Business School

La inclusión financiera es un componente esencial para el desarrollo económico sostenible. Lamentablemente las soluciones financieras a menudo presentan deficiencias significativas cuando se trata de abordar las necesidades específicas de las mujeres. Abramos la discusión sobre las razones de esta brecha en la inclusión financiera de género.

¿Por qué los productos financieros no satisfacen las necesidades de las mujeres?

  • Estereotipos de género en el diseño de productos: la creación de productos financieros a menudo asume que las mujeres tienen prioridades y necesidades financieras homogéneas. ¿Es esencial desafiar los parámetros actuales? Requerimos adoptar un enfoque más inclusivo al diseñar productos que reconozcan la diversidad de necesidades, diversos roles y responsabilidades de las mujeres en la sociedad.
  • La falta de acceso a la educación financiera y de gestión: Estodificulta la comprensión de los productos y servicios disponibles. El reto de invertir en programas de educación financiera dirigidos específicamente a mujeres, brindándoles las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre sus finanzas, es una tarea poco masificada. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), únicamente el 30 % de las mujeres en los países miembros de este bloque económico poseen la confianza necesaria para embarcarse en la aventura empresarial. Esto implica que se sienten capacitadas para impulsar sus propios negocios, lo cual es crucial para considerar la posibilidad de asumir riesgos.
  • La discriminación y desigualdad salarial: que afectan negativamente la capacidad de las mujeres para acceder a productos financieros y construir una saludable salud financiera que impacte en su presente y en el de su familia.  Hace falta abordar estas disparidades y promover entornos laborales equitativos para garantizar que las mujeres tengan ingresos adecuados para participar plenamente en el sistema financiero.
  • Las necesidades específicas no atendidas de las mujeres: También coexisten con esta realidad, como períodos de licencia de maternidad y tasas de interés preferenciales por subsegmento (empresarias, emprendedoras, mujeres en zonas rurales, adultas mayores, niñas y jóvenes, etc.). Todas estas a menudo se pasan por alto en los productos financieros tradicionales. La incorporación de sus características y beneficios específicos para mujeres en productos financieros, reconociendo y abordando sus circunstancias únicas. Denominada empatía.
  • La falta de participación es aún grave: Se puede evidenciar en los procesos de toma de decisiones empresariales y financieras, lo que contribuye a la falta de comprensión de las necesidades específicas de las mujeres. ¿Podemos promover la diversidad de género en todos los niveles de la industria financiera para garantizar que las perspectivas femeninas influyan en el diseño y la implementación de productos y soluciones?

Las mipymes dirigidas por mujeres: motores económicos fundamentales

En épocas de restricción financiera, las mipymes son las impulsoras económicas cruciales. La inclusión de un mayor número de empresas lideradas por mujeres y la implementación de intervenciones financieras específicas para ellas podrían jugar un papel significativo como factor estabilizador. De acuerdo con el Banco Mundial, hacia el año 2030 se requerirán 600 millones de empleos para absorber la creciente fuerza laboral a nivel mundial. Este escenario hace que el desarrollo de las mipymes se convierta en una prioridad destacada para diversos Gobiernos en todo el mundo, incluyendo aquellos encabezados por mujeres. En los mercados emergentes, la gran mayoría de los empleos formales se originan en las mipymes, las que generan siete de cada diez puestos de trabajo. Esta proporción es aún más significativa en trabajadores independientes y microempresas de países de ingresos bajos, contribuyendo entre el 80 % y 90 % al empleo total en conjunto.

Las mipymes lideradas por mujeres están emergiendo como motores económicos fundamentales, desempeñando un papel clave en el desarrollo. Este fenómeno ha ganado reconocimiento a medida de que se evidencian los beneficios tangibles que estas emprendedoras aportan a las comunidades y a las economías en general. Recordemos que el 55,7 % de los nuevos negocios fueron dirigidos por mujeres, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2021). El 60 % de los emprendimientos tienen mujeres a la cabeza y a nivel nacional ya se cuentan con más de 2 millones de negocios dirigidos por ellas (Cámara de Comercio de Lima 2022). Otros aspectos a considerar:

  • Acceso a financiamiento y crédito: históricamente, las mujeres han enfrentado desafíos en el acceso a financiamiento para sus emprendimientos. Sin embargo, las mipymes lideradas por mujeres están demostrando ser inversiones sólidas. Los bancos y otras instituciones financieras están reconociendo el potencial y la gestión efectiva que caracteriza a muchas empresas dirigidas por mujeres, facilitando así el acceso a créditos y recursos financieros esenciales para el crecimiento empresarial.
  • Impacto social y económico en cascada:  uno de los aspectos más destacados es el impacto social y económico en cascada que generan las mipymes lideradas por mujeres. Está comprobado que las mujeres son más propensas a reinvertir sus ingresos en sus familias y comunidades. Al fortalecer el tejido económico a nivel local, estas emprendedoras no solo generan empleo, sino que también contribuyen al bienestar general de las comunidades, impulsando el desarrollo sostenible.
  • Rentabilidad y sostenibilidad: numerosos estudios respaldan la idea de que las mipymes lideradas por mujeres son más rentables y sostenibles. La eliminación de barreras de género en el ámbito empresarial no solo es un acto de justicia, sino también una estrategia inteligente desde el punto de vista económico. La diversidad de perspectivas y enfoques que aportan las mujeres empresarias conduce a una toma de decisiones más robusta y a la innovación, lo que se traduce directamente en un aumento de la rentabilidad.
  • Rompiendo estereotipos y promoviendo la igualdad de género: el éxito de las mipymes dirigidas por mujeres desafía los estereotipos de género arraigados en el mundo empresarial. Estas emprendedoras no solo están liderando con eficacia, sino que también están inspirando a nuevas generaciones de mujeres a ingresar al ámbito empresarial, promoviendo así un ciclo virtuoso de empoderamiento.

Me pregunto: ¿por qué razones todos ganamos cuando aceleramos el crecimiento económico y financiero de las mujeres?  Porque mueven el mundo, con sus diversos beneficios tanto a nivel individual como de la comunidad. Si queremos lograr crecimiento económico global, mejora de la productividad, reducción de la pobreza, equidad social; necesitamos generar la participación plena de las mujeres en la fuerza laboral. Al proporcionar oportunidades iguales para mujeres y hombres, se aprovecha un recurso humano más extenso y diverso, lo que contribuye al crecimiento económico sostenible. Recordemos que la diversidad de género en los lugares de trabajo promueve la diversidad de ideas y perspectivas. Al empoderar a las mujeres para que participen en todos los sectores de la economía, se fomenta la innovación y la creatividad, lo que puede generar soluciones más efectivas y eficientes. Al proporcionar acceso a la educación y oportunidades laborales para las mujeres, se amplía el conjunto de habilidades y talentos disponibles. Cuando las mujeres tienen acceso a oportunidades económicas y recursos financieros, tienen más posibilidades de mejorar sus propias vidas y las de sus familias. Todo esto contribuye a romper barreras y estereotipos de género, promoviendo la igualdad de oportunidades y derechos.

Al empoderar a las mujeres y mejorar su situación económica, se fortalece la cohesión social y se reduce la desigualdad, lo que puede tener impactos positivos en la estabilidad política.  En resumen, acelerar el crecimiento económico y financiero de las mujeres no solo es una cuestión de justicia social, sino que también beneficia a la sociedad en su conjunto al generar un impacto positivo en la economía, la innovación y la estabilidad.

Garantizar una igualdad de representación de género en las empresas, y eliminar la discriminación hacia las mujeres trabajadoras y directivas, puede resultar en un incremento notable de hasta un 40 % en rentabilidad y productividad. Además, las pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres experimentan resultados positivos en términos de aprobación crediticia por parte de instituciones financieras. Debido a la tendencia de las mujeres a invertir recursos en el sustento de sus familias y comunidades, un aumento en los ingresos de las mujeres genera un impacto en cadena que beneficia significativamente el bienestar de los hogares, las comunidades y las economías en general. Este fenómeno demuestra la importancia de promover la equidad no solo como un imperativo ético, sino también como una estrategia efectiva para impulsar el éxito económico y mejorar la calidad de vida en diversos niveles sociales.

Las mipymes lideradas por mujeres fomentan una estrategia inteligente para construir economías más fuertes y sostenibles. Para cerrar la brecha de inclusión financiera de las mujeres, es imperativo desafiar los prejuicios arraigados en el diseño de productos y adoptar estrategias que aborden las necesidades específicas de ellas. Y esto no solo es un imperativo moral, sino también una estrategia inteligente para construir un sistema financiero más robusto y resiliente que beneficie a todos.







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