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Imaginemos un futuro en el que la energía proveniente del sol y el viento alimente megaciudades como Estambul…

  
Imaginemos un futuro en el que la energía proveniente del sol y el viento alimente megaciudades como Estambul, El Cairo y Ciudad de México, donde unos sistemas de transporte público eficientes y limpios lleven a la gente a su destino rápidamente.

Turquía, Egipto y México no quieren limitarse a imaginar.

Los tres países planean realizar, en los próximos años, importantes inversiones en energía renovable, uso eficiente de la energía y transporte masivo tendientes a reducir la contaminación del aire y alcanzar los objetivos de desarrollo a medida que aumenta la población.

Estos países estarán entre los primeros en aprovechar los US$5.200 millones en nuevos recursos del Fondo para una tecnología limpia (FTL) i, cuya gestión está en manos del Banco Mundial y es administrado mediante el Grupo del Banco Mundial y otros bancos multilaterales de desarrollo. Los Gobiernos de Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido y Suecia han realizado promesas o contribuciones al fondo.

El fondo constituye una medida provisoria destinada a otorgar financiamiento en condiciones concesionarias (a bajas tasas de interés) para utilizar en mayor escala tecnologías de bajo nivel de emisiones de carbono mientras se encuentren pendientes las negociaciones relativas a un nuevo acuerdo mundial sobre el cambio climático.

Turquía, Egipto y México combinarán el financiamiento del FTL —US$250 millones para Turquía, US$300 millones para Egipto y US$500 millones para México— con fondos del Grupo del Banco Mundial y bancos regionales de desarrollo, recursos privados y otros tipos de financiamiento para lograr el máximo impacto.

Sus planes coinciden con el objetivo del FTL de acelerar la comercialización de modernas tecnologías para el aprovechamiento y transporte de la energía, dice Kathy Sierra, vicepresidenta del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.

“Las inversiones inteligentes en energía y transporte también pueden proteger el medio ambiente y lograr que la amenaza del cambio climático deje de ser tan grave”, agrega.

Esta historia trata de Turquía, el primer país que utiliza el Fondo para una tecnología limpia como ayuda para alcanzar sus objetivos en materia de energía renovable y uso eficiente de la energía. En las próximas semanas se publicarán historias sobre Egipto y México.

El FTL ayudará a Turquía a abordar tres desafíos clave en materia de desarrollo, señala Ulrich Zachau, director a cargo de las operaciones del Banco en Turquía.

“Estos desafíos consisten en mejorar la seguridad energética así como atender las necesidades generales relacionadas con la capacidad de generación de energía; respaldar la transición hacia la producción de energía no contaminante poniendo en acento en la energía limpia y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, y aumentar la participación del sector privado en el desarrollo y el financiamiento de las inversiones en energía limpia”, afirma.

Turquía: El cambio climático y la energía limpia son prioridades fundamentales

En Turquía, las emisiones de gases de efecto invernadero están aumentando rápidamente, y el sector de la energía es el principal responsable, dice Özgür Pehlivan, director general adjunto, Subsecretaría del Tesoro, República de Turquía.

“Al mismo tiempo, las necesidades de energía son ingentes y van en aumento”, señala.

Por estos motivos, el Gobierno está prestando atención especial al desarrollo de energía limpia, proveniente de recursos renovables nacionales tales como el viento, el agua, la biomasa y el sol, y también se está concentrando en mejorar el uso eficiente de la energía, principalmente en la industria y las viviendas.

“Y el Fondo para una tecnología limpia será importante para ayudar a materializar esa visión”, añade Pehlivan.

Un proyecto, aprobado por el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial el 28 de mayo, combinará US$100 millones en recursos del FTL con un préstamo del Banco Mundial (BIRF) por valor de US$500 millones. Los restantes US$150 millones del fondo se destinarán a dos proyectos futuros.

El proyecto se centrará en la energía eólica, solar, hidráulica y geotérmica, y el uso eficiente de la energía en la industria.

Si tiene éxito y se amplía, implicará que el Gobierno no necesitará explotar los grandes yacimientos de lignito de calidad deficiente en la medida en que, de otro modo, tendría que hacerlo, dice Sameer Shukla, jefe de proyecto del Banco Mundial.

El objetivo es llegar a los 20.000 megavatios de generación eólica para 2020

Turquía quiere aumentar la energía de fuentes renovables, particularmente la eólica, para ayudar a reducir las emisiones de CO2 y garantizar la confiabilidad del suministro de energía.

En estos momentos, menos de 20 granjas eólicas (una de ellas financiada por el Banco Mundial) producen unos 452 megavatios de energía eléctrica al año. El proyecto ayudará al Gobierno a aumentar la energía eólica generada con miras a alcanzar la meta de 20.000 MW para 2020, cantidad que atendería casi la mitad de las necesidades actuales de energía de Turquía.

Según el Banco, si se explotara plenamente la capacidad de generación eólica, la producción podría ser cercana a los 96 teravatios-hora (TWh) al año, más de lo que dos de los mayores productores de energía eólica —Estados Unidos y España— generaron en 2008.

Además, en el plan de inversiones de Turquía en el marco del FTL se idearían soluciones de redes inteligentes orientadas a integrar mejor los recursos renovables en la red de transmisión.

Hay un importante margen para aumentar el uso eficiente de la energía

Turquía también está poniendo en marcha un programa de uso eficiente de la energía que abarca industrias, pymes, instalaciones municipales y viviendas. El plan de inversiones cuenta con respaldo del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), además de recursos del FTL.

La IFC tiene previsto incrementar su actual cartera de inversiones en energía renovable, uso eficiente de la energía y producción menos contaminante en Turquía. “El FTL proporcionará nuevos incentivos para la inversión privada en tecnologías más limpias; por otro lado, es altamente compatible con nuestras estrategias destinadas al sector de la energía de Turquía”, señala Shahbaz Mavaddat, director del Departamento de Europa meridional y Asia central de la IFC.

Las emisiones de gases que producen el efecto de invernadero de Turquía están aumentando a un ritmo que se encuentra entre los más rápidos del mundo. La mayoría de las emisiones del país (77%) corresponden al sector de la energía, como resultado de la demanda creciente de electricidad y gas, y la fuerte dependencia de combustibles fósiles para la generación eléctrica.

La industria consume alrededor del 32% del total de la energía, porcentaje que va a aumentar, según las previsiones. Se considera que algunos segmentos de la industria turca hacen un uso más intensivo de la energía que los de otros países de la OCDE, pero las estimaciones indican que hay grandes posibilidades de aumentar la eficiencia.

El Gobierno ha dispuesto cambios legislativos y normativos para promover el uso eficiente de la energía, y existen varias iniciativas en curso relacionadas con la iluminación eficiente, el uso eficiente de la energía en la industria y la reducción del consumo en oficinas y establecimientos públicos.

A pesar de las posibilidades, las inversiones en el uso eficiente de la energía, al igual que en muchos otros países, tropiezan con obstáculos importantes, como la falta de conocimiento, los riesgos percibidos y los elevados costos de transacción.

El FTL ayudará a superar los obstáculos

Turquía pretende utilizar el FTL para ayudar a los bancos y la industria a superar esos obstáculos, incrementar el financiamiento destinado a energía limpia y crear un mercado para inversiones en el uso eficiente de la energía.

Se cree que, con el apoyo del FTL, esas inversiones se irán acelerando a medida que transcurra el tiempo como resultado de la aplicación de nuevos modelos de financiamiento comercial diseñados específicamente para superar los aspectos riesgoso de los proyecto de uso eficiente de la energía y reducir los costos de transacción.

En el proyecto se prevé utilizar a los bancos locales como intermediarios para hacer llegar los fondos al sector privado, modelo que, se espera, ayudará a “difundir la experiencia más allá de los límites del proyecto”, dice Shukla.

Señala que el financiamiento a bajas tasas de interés suministrado por el Fondo para una tecnología limpia es crucial para despertar el interés de los inversionistas en las nuevas inversiones en tecnologías para aprovechamiento de la energía de fuentes renovables y en uso eficiente de la energía. El FTL proporcionará a los bancos el apoyo que tanto necesitan para las iniciativas orientadas a esos objetivos, agrega.

Fuentes:
Contenido: Banco Mundial
Imagen/Foto: Banco Mundial







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