Por Stakeholders

Lectura de:

Luciana Puente
Gerente general de Empresarios por la Educación


El Acuerdo de París ha sido la alianza más grande de la historia, dando una respuesta efectiva y unificada en la lucha contra el cambio climático. Entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 y Perú ratificó su posición y compromiso el 22 de julio de ese mismo año.

Originalmente, se trató de recoger los compromisos de las 55 partes (así se llama a los países para estos efectos) de mantener la temperatura global por debajo de los 2º de aumento respecto a la era preindustrial. Para lograrlo, era necesario llegar a CERO emisiones netas antes del 2100 y los compromisos de los países deben actualizarse cada 5 años.

Sin embargo, en octubre 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático anunció que la aceleración de las emisiones globales en los últimos años podría llevar al mundo a un aumento mayor en la temperatura, con consecuencias graves como inundación de costas, intensificación de sequías, y escasez de comida, entre otras. Es necesario, según este grupo de 91 científicos de 40 países, “revertir las tendencias de emisiones y dar un giro súbito a la economía mundial”, reduciendo las emisiones de CO2 a un 45 % de los niveles de 2010 para el 2030 y en el 2050  tendría que descender al 100 %. Esto nos lleva a aumentar los esfuerzos en cada renovación de los compromisos.

Según la Comisión Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC  por sus siglas en inglés o CMNUCC), el Perú emite el 0.14 % del CO2 mundial y el 3.08 % de las emisiones de Latinoamérica. Como referencia, China representa el 27 % de las emisiones globales, Estados Unidos menos del 15 % e India el 7 %.

A pesar de nuestro relativamente bajo nivel de emisiones, Perú está en el 15 % de países en mayor riesgo de sufrir fenómenos climáticos extremos, por esa razón nos hemos comprometido a reducir un 20 % en las emisiones proyectadas al 2030, y además un 10 % adicional que se sustentará en el financiamiento y apoyo técnico externo internacional.

La vulnerabilidad de nuestro país nos llevó también a crear un Grupo de Trabajo Multisectorial conformado por 13 ministerios y el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico –Ceplan. Luego de 22 meses de trabajo, se desprendieron 153 acciones de las cuales 62 se dieron como medidas de mitigación, previstas de la siguiente manera: 13 % provendrá del Uso de Suelo, Cambio de Uso de Suelo y Silvicultura (USCUSS), 60 % del sector energía, 3 % de los procesos industriales, 10 % de agricultura, 14 % del manejo y gestión de desechos.

En cuanto a las acciones de adaptación para reducir estos niveles de vulnerabilidad, estas se darán en cinco ejes principales: agua, agricultura, pesca-y-acuicultura, bosques y salud.

A este grupo de acciones de adaptación y mitigación se les llama Contribuciones Nacionales  Determinadas.

Es necesario conseguir la participación activa de todos los actores relevantes, contar con un marco normativo adecuado, que existan las condiciones habilitantes, que se dé un fortalecimiento institucional y que haya buena gobernanza. Es imprescindible la participación de la empresa privada, las instituciones y las organizaciones sociales para impulsar todas las iniciativas que por un lado nos lleven rápidamente a prepararnos frente a los embates inevitables y evidentes del cambio climático, y por el otro, nos guíen hacia una economía más limpia, circular y menos contaminante.







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