Por Stakeholders

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Por Bernardo Kliksberg

Directivo del Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

kliksberg@aol.com

En un mundo en donde el número de obesos crece, América Latina presenta elevados índices. La obesidad supera el 20% en diversos países como México, Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Chile, Argentina, y otros. Entre otras enfermedades, esto incide en la aparición de diabetes tipo 2, enfermedades coronarias, hipertensión, artrosis, y diversos tipos de cáncer.

México, entre otros, es un caso típico. La Capital de México termina de inaugurar un museo dedicado al tema de la obesidad y el sobrepeso. Más de un tercio de los niños y cerca de un 70% de los adultos dicho país tienen obesidad y peso mayor al que debieran. Hay más de 70.000 fallecimientos anuales por diabetes.

La obesidad fue declarada en fecha reciente “enfermedad” por la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos. La FAO está desarrollando una intensiva campaña sobre el tema de la alimentación saludable en toda la región. América Latina ha logrado una mejora sustancial en los indicadores de desnutrición, pero presenta un grave riesgo de salud en materia de obesidad y sobrepeso.

Afecta en forma muy marcada a los sectores más humildes de la población, en una región donde los pobres constituyen casi el 30% de la población, porque están atados a comprar comidas chatarra que tienen precios más económicos, pero vienen cargadas de grasas ultrasaturadas. También les es muy difícil acceder al consumo de frutas y verduras aconsejado universalmente. Otro componente importante en la generación del problema lo tienen, según los estudios disponibles, la ingesta masiva de bebidas azucaradas y de comidas con exceso de sal.

Una investigación realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública de México en el 2015, encontró en la población adulta de la Ciudad de México, una de las mayores urbes del planeta, como consecuencia de la obesidad y el sobrepeso, una prevalencia del 14% en diabetes y de 17% en prediabetes. Se estima que México tiene el mayor consumo de bebidas gaseosas per cápita del planeta.

El Gobierno Nacional promovió la aprobación de un impuesto especial a dichas bebidas a efectos de incidir sobre una disminución del consumo. Según informa The New York Times, “la ingesta de bebidas gaseosas ha sido vinculada a problemas de salud incluyendo obesidad, diabetes, y caída de dientes”.

La ciudad de Filadelfia acaba de aprobar un impuesto a las bebidas gaseosas, cuyos recursos estarán destinados en parte importante a fundar colegios preescolares para la población de menores recursos. En la fuerte polémica que se desató previamente, incidió una coalición “Ciudadanos de Filadelfia por un futuro más justo” conformada por grupos preocupados por la educación y la salud que sumaron sus esfuerzos.

La campaña que desarrollaron recibió el apoyo de la Fundación de Michael Bloomberg que, durante su ejercicio de la Alcaldía de New York, intentó diversas medidas para restringir el consumo de bebidas gaseosas. El problema de la “epidemia de obesidad” está creciendo a nivel internacional. La reputada revista médica The Lancet, publica un estudio que estima que la cifras de obesos pasó en las últimas cuatro décadas de 105 millones de personas a 641 millones; se triplicó entre los hombres y se duplicó entre las mujeres.

El estudio alerta que “tendrá consecuencias para la salud de magnitudes hasta ahora desconocidas”, exhorta a adoptar nuevas “políticas sociales y de alimentación.” En el estudio, Brasil figura como el tercer país en el mundo con mayor número de obesos, y México como el sexto. Por ello, América Latina debe priorizar y enfrentar este problema que no admite más dilaciones.

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