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Eduardo Guevara Dodds, presidente del directorio de PETROPERÚ, habló con Stakeholders sobre cómo la empresa ha venido reactivando sus operaciones y manejado su estrategia de responsabilidad social y sostenibilidad frente a la coyuntura nacional generada por el COVID-19.

Por: David Rodríguez Andara
drodriguez@stakeholders.com.pe

Debido a la coyuntura generada por la pandemia de COVID-19, PETROPERÚ debió cambiar los objetivos previstos para algunas de sus operaciones, al tener que reducir sus actividades y reenfocar los tópicos sociales que venía trabajando hacia los temas generados durante el estado de emergencia nacional.

Así lo señala Eduardo Guevara Dodds, presidente del directorio de PETROPERÚ, quien indica que la empresa ha ofrecido su apoyo directo durante estos meses a las personas e instituciones que se encuentran en primera línea en las áreas de salud y defensa, así como a las comunidades que se encuentran cercanas a sus distintas instalaciones.

¿Qué planes de ayuda social en concreto han activado durante estos meses de cuarentena y qué comunidades han sido las beneficiadas?

En distintas partes del país, sobre todo en las poblaciones cercanas a nuestras instalaciones, entregamos paquetes de alimentos a quienes no fueron beneficiados con los bonos que dio el gobierno. Además se han donado kits de higiene y balones de oxígeno. Hay mucho por hacer y nosotros nos hemos sumado en este esfuerzo en zonas como Loreto, donde hemos facilitado nuestros helicópteros para el traslado de médicos.

Realizamos la entrega de 2 mil paquetes de alimentos a las poblaciones de nuestro entorno en Talara. Asimismo donamos 5 mil pruebas rápidas, kits de bioseguridad e insumos médicos que faltaban en esa misma zona.

En las comunidades cercanas al Oleoducto, en Loreto, se entregaron 3 mil kits de bioseguridad en la comunidad, que incluyeron jabones antibacteriales, mascarillas, implementos de seguridad y material informativo en lengua nativa, para así llegar de manera apropiada a los pobladores de la región.

Una de las acciones más importantes es la entrega a EsSalud de un hospital modular en Talara, el cual cuenta con 45 camas, de las cuales 15 corresponden a la unidad de cuidados intensivos (UCI). Esta entrega se realizará a fines del mes de setiembre.

¿Qué acciones en concreto han puesto en marcha para garantizar los protocolos de seguridad y salud en el trabajo en todas sus instalaciones y así poder seguir operando durante la emergencia nacional?

Nos fuimos adaptando a la situación de acuerdo a como se iba conociendo más sobre el impacto de la enfermedad en todo el país. De esta manera, pudimos reforzar la relación con nuestros trabajadores y adoptamos las medidas de seguridad adecuadas en nuestras instalaciones, para que ellos pudieran retornar de manera progresiva a la empresa, siguiendo los protocolos aprobados por el Ministerio de Salud. Es importante señalar que la mayoría de los empleados viene trabajando de manera remota durante estos meses. En el caso de la construcción de la nueva refinería Talara, hoy tenemos casi 5 mil trabajadores laborando.

Tanto a los que se encuentran de manera presencial en las instalaciones, como a los que están en casa, se les ha informado de las medidas de seguridad que deben tomar, y así hemos ido avanzando poco a poco para continuar garantizando el abastecimiento de combustibles en todo el país.

¿Cómo se ha planificado la reactivación de manera progresiva de sus actividades en este período de tiempo?

Al haberse detenido toda la economía del país por la pandemia de COVID-19, fue todo un reto reiniciar nuestras actividades lo antes posible, de acuerdo con los protocolos de bioseguridad que fue publicando el gobierno. De esta manera, trabajamos en implementar dichos protocolos para así poder reiniciar operaciones como la construcción de la nueva refinería en Talara, que en un primer momento se paralizó por completo. También se cerró el oleoducto a la espera de los protocolos de bioseguridad.

No obstante, desde que se decretó el estado de emergencia nacional, PETROPERÚ mantuvo operativas las operaciones de despacho de combustible, que eran fundamentales para sectores como el de salud y defensa.

Un aspecto positivo en esta reactivación progresiva es que el salto tecnológico que la empresa iba a implementar en años, se ha podido implementar en días gracias al trabajo coordinado de las diferentes gerencias, los jefes y todos aquellos que hacen los reportes en la compañía.


¿Cómo han logrado manejar parte de sus actividades diarias con el trabajo remoto?

Implementar innovaciones tecnológicas en este período de tiempo nos ha ayudado a mejorar el trabajo y los procesos en nuestras plantas. Es una tarea que en condiciones normales no se hubiese podido lograr en un plazo tan corto. Además hemos apoyado a todos nuestros trabajadores, desde los directivos hasta los contratistas, que han sabido adaptarse a esta nueva realidad, que implica nuevos requerimientos tecnológicos y beneficios como la reducción del uso de papel y lograr una comunicación por vía digital, sin poner en riesgo la salud de ninguno de nuestros empleados.

¿Qué planes y proyectos de la empresa se han visto afectados por la coyuntura de COVID-19 y cómo piensan reactivarlos?

La nueva refinería de Talara, que es clave para la empresa, ha tenido un impacto mayor sobre todo en los tiempos planificados para su apertura, que originalmente estaba prevista para el primer trimestre de 2021. Ahora esa apertura total se vislumbra para noviembre de 2021.

Otro impacto lo tuvimos con la paralización de nuestros negocios y la caída de las ventas de 30% entre abril y mayo de este año, lo cual afectó nuestra economía. Pero lo importante es que estamos garantizando combustible a nivel nacional durante todo el estado de emergencia.

¿Cómo va el proyecto de modernización de la Refinería de Talara?

En este momento la refinería se encuentra en un 90% de avance. En las últimas semanas hemos incrementado la construcción, conforme se han reintegrado más trabajadores a la obra. A partir de septiembre los avances han sido más notorios en el proyecto. Asimismo el año que viene vamos a ir activando progresivamente las diferentes operaciones en plantas como la de tratamiento de agua, la de nitrógeno y la de ácido sulfúrico, hasta completar la operación total de la nueva refinería en noviembre de 2021.

¿Cómo PETROPERÚ piensa impulsar soluciones innovadoras para lograr un futuro más sostenible en el país?

El directorio de PETROPERÚ se ha fijado como objetivo estratégico mirar hacia el futuro. Para ello se creó la Gerencia de Innovación que explora nuevos negocios y tipos de energía, observando lo que hace la competencia a nivel mundial. Por ahora la empresa está explorando la producción de otros tipos de energía renovables dentro de Perú, para evaluar su incorporación a este mercado con la ayuda de socios estratégicos.

¿Qué aprendizaje le ha dejado a la empresa esta coyuntura nacional y cómo visualizan su estrategia de sostenibilidad para el período post COVID-19?

Nuestro principal aprendizaje es la capacidad como empresa y grupo humano para adaptarnos a la nueva situación que vive el país y seguir abasteciendo de combustible a los peruanos. En materia de sostenibilidad, queremos apoyar el Plan de Cierre de Brechas que aprobó el gobierno y tenemos interés en promover la gestión de proyectos de obras por impuestos, en áreas como saneamiento y electrificación rural, entre otras.







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