Las olas de calor pueden aumentar el riesgo de muerte por casos de golpes de calor, cuadros que ocasionan fallas renales y cardíacas, sobre todo en niños,  adultos mayores y embarazadas si no reciben atención médica a tiempo.

Por Stakeholders

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El 2023 fue el año más caliente del planeta desde que se tiene registros y en Perú se presentaron olas de calor más prolongadas por el fenómeno de El Niño. En Lima Provincias una ola de calor duró 173 días, unas 17 veces más que el promedio registrado entre 1991 y 2020 en la costa. En tanto, en Piura se extendió por 20 días, dos veces más de lo reportado antes, de acuerdo con el Senahmi.

Las olas de calor pueden aumentar el riesgo de muerte por casos de golpes de calor, cuadros que ocasionan fallas renales y cardíacas, sobre todo en niños,  adultos mayores y embarazadas si no reciben atención médica a tiempo. Por eso, resulta fundamental que la población esté informada de los peligros de los cambios extremos de temperatura a través de sistemas de alerta temprana, una medida básica de adaptación al cambio climático que se está implementando en varios países del mundo

En Colombia, Argentina y Chile ya se han desarrollado sistemas de alerta temprana para advertir episodios con temperaturas excepcionales de calor como de frío. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) diseñan un mecanismo similar para ayudar a las poblaciones más vulnerables. Para apoyar esta política, la Organización de las Naciones Unidas ha realizado una inversión de 3 mil millones de dólares para proteger a las personas de un clima cada vez más extremo con medidas de adaptación. 

En Perú, el Senamhi no tiene un sistema de alerta temprana para olas de calor,  pero identifica los cambios muy drásticos en la temperatura que ocurrirán en los siguientes 14 días. Estos datos suele publicarlos en sus redes sociales, pero las demás instancias del Estado, como el Ministerio de Salud, los gobiernos regionales y los municipios no implementan medidas específicas para proteger a las personas a partir de sus reportes. 

La demora en la aprobación de un sistema de alerta temprana para eventos climáticos extremos nos cuesta vidas. Un estudio reciente del Senamhi, basado en las temperaturas máximas registradas desde 1964 al 2017 y el número de muertes generales entre los años 2003 y 2017, identificó que el riesgo aumenta hasta 5 días después del inicio de las olas de calor en la provincia de Piura, y hasta un día después en los distritos de Santa Anita y Ate, al este de Lima.  

Esta investigación es la primera con esas características y se incluyeron estas ciudades por ser las más densamente pobladas. El desafío ahora es ampliar el estudio a todo el país, ya que las olas de calor tienen una duración distinta en cada región, señala Tania Ita, especialista del Senamhi y quien formó parte del equipo investigador. 

Olas de calor en un país con distintos climas

El Senamhi determina las olas de calor usando como parámetro las temperaturas máximas y mínimas registradas a lo largo de 30 años (entre 1991 y 2020). Esos valores históricos permiten saber si la temperatura del aire es más cálida durante un tiempo prolongado. Sin embargo, no hay un solo tipo de clima en Perú y eso hace que las olas de calor puedan tener una duración y alcanzar temperaturas diferentes en cada región del país. Por ejemplo, mientras que una ola de calor en la ciudad de Tumbes puede ser más breve que en Lima Metropolitana, la primera alcanzará temperaturas más altas debido a que su clima es más cálido. 

En las regiones de la costa, los fenómenos El Niño y El Niño Costero hacen que las olas de calor sean más intensas, mientras que en la sierra los períodos de sequía influyen en las olas de calor debido a que hay menos fuentes de agua para absorber la energía del sol, lo que permite la ocurrencia de temperaturas anómalas. Mientras que en la selva las lluvias son un factor que permite que las olas de calor sean más cortas porque hay mayor nubosidad. 

Durante el 2023, las regiones San Martín, Junín y Madre de Dios tuvieron olas de calor con una duración promedio de 5 días y se registraron temperaturas por encima de los 40 °C. El caso más extremo ocurrió en el distrito de Tingo de Ponaza (San Martín), donde el calor llegó a los 41.4° C, siendo la temperatura más alta que se alcanzó el año pasado. 

Hay otros factores ambientales, como la humedad relativa del aire, que incrementan la sensación de calor que percibimos. A temperaturas más altas y mayor humedad en el ambiente, el sudor que produce nuestro cuerpo se evapora de manera más lenta, impidiendo que nuestro cuerpo se enfríe. Además, las zonas que tienen más viento y espacios verdes (elementos que tienen un efecto termorregulador) pueden resistir mejor al calor

Las islas de calor urbano también son determinantes porque estas zonas registran temperaturas más altas, debido a que la superficie está rodeada de edificios, aceras o asfalto, que absorben y retienen el calor por más tiempo. En estos lugares, la sensación térmica es mayor si hay más autos, fábricas e industrias que liberan gases contaminantes a la atmósfera. 

Más enfermedades y más muertes

En períodos de calor extremo, las primeras reacciones de nuestro cuerpo pueden pasar inadvertidas. Empezamos a sudar como un mecanismo para controlar nuestra temperatura corporal. Pero, cuando enfrentamos temperaturas muy altas, el cuerpo llega a un límite y es imposible que nuestro sudor ayude a regularnos. Los primeros efectos de este desbalance se manifiestan con dolores de cabeza, palpitaciones cardíacas más fuertes o más rápidas y una respiración agitada. Los síntomas que aparecen después pueden ser más severos, incluyendo calambres, desmayos hasta sufrir un golpe de calor.

Los golpes de calor, que son la forma más grave de lesión causada por exposición a temperaturas muy altas, pueden dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. La persona afectada presenta alteraciones en su sistema nervioso como confusión y estupor, su piel se observa caliente y seca, tiene náuseas, taquicardia y su presión arterial es más baja de lo normal. Pero si no recibe tratamiento a tiempo, puede entrar en coma y morir. 

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