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Por Stakeholders

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POR MAYRA ARAUCO – Directora de la Carrera de Ingeniería Ambiental de ESAN

El Fenómeno de El Niño ha condicionado a que, desde finales del año pasado, experimentemos altas temperaturas en la capital y en otras regiones del Perú. Tomando como punto de partida los números de la radiación solar en Lima, abordaremos ciertos aspectos que nos permitirán entender el historial climático, el impacto actualmente y qué se aproxima en este territorio. 

Si miramos al pasado y observamos las cifras de temperaturas, vemos que históricamente han sido más moderadas en el país. Por ejemplo, en los últimos años, los picos de temperatura en Lima raramente excedían los 30 grados Celsius. Hoy la realidad es distinta, pues la tendencia al aumento de temperaturas se alinea con el patrón global de calentamiento, pero es exacerbada localmente por el Fenómeno de El Niño.

Bajo esa línea, tengamos en cuenta que El Niño trae un importante impacto en nuestro clima, ya que es un factor natural que ocasiona el calentamiento inusual de las aguas superficiales en el Océano Pacífico Ecuatorial y altera los patrones climáticos habituales, dando como resultado temperaturas más altas y cambios en los patrones de precipitación. Es así que, este 2024, este fenómeno viene generando un efecto directo en las temperaturas y precipitaciones en diversas regiones del país, incluyendo la costa norte y centro.


Ahora, profundicemos en los impactos que pueden acontecer por las elevadas temperaturas en Lima, respecto a la sociedad y al medioambiente:

  • Salud pública: el aumento de las temperaturas, especialmente con picos alrededor de 33 grados, podría conducir a un aumento en los casos de deshidratación, golpes de calor y agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
  • Agua y agricultura: las temperaturas elevadas podrían afectar la disponibilidad de agua, lo que a su vez impactaría en el consumo humano y en la agricultura. Esto puede traducirse en estrés hídrico y afectar la productividad agrícola, particularmente en cultivos sensibles a cambios de temperatura.
  • Biodiversidad: los ecosistemas locales podrían enfrentar estrés, perjudicando la flora y la fauna nativas. De esa manera se podría conducir a cambios en los ciclos de vida de especies importantes y alterar las interacciones ecológicas.


Medidas de adaptación y mitigación para afrontar el impacto:

  • Mejorar la infraestructura urbana para manejar el calor extremo, es crucial. Tomar esta acción debe incluir la creación de espacios verdes, techos y paredes reflectantes, así como sistemas de enfriamiento eficientes en edificaciones.
  • Optimizar la gestión y el uso del agua, a través de sistemas de riego eficientes en la agricultura, reciclaje de agua y conservación de fuentes de agua naturales.
  • Implementar programas educativos centrados en la adaptación al cambio climático y el uso eficiente de recursos. En esa misma línea, fomentar la concienciación sobre las prácticas sostenibles en hogares y empresas.
  • Fortalecer los sistemas de salud pública y respuesta de emergencias para gestionar los efectos del calor extremo, incluyendo campañas de concienciación sobre los riesgos de altas temperaturas y establecer centros de enfriamiento comunitarios.


Habiendo narrado el antecedente climático y la coyuntura de las altas temperaturas, veamos qué se proyecta de manera oficial: se espera que el Fenómeno de El Niño costero continúe afectando las condiciones climáticas hasta fines del verano de 2024; mientras que Lima espera picos de alrededor de 33 grados Celsius, lo que representa un incremento significativo respecto a las temperaturas habituales para la región.







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