Por Stakeholders

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Por: Marco Minaya
mminaya@stakeholders.com.pe

Cesar Moncloa, Docente de la facultad de Arquitectura de la Universidad Continental

El fuerte descenso de la temperatura, que ocasiona las heladas y el friaje, amenaza la salud de gran parte de nuestra población, principalmente en las zonas más altas de nuestro país. Miles de personas se ven afectadas cada año por el frío extremo, sobre todo niños y ancianos quienes son los más vulnerables. Una de las comunidades donde se vive esta difícil realidad es Río Molino, ubicada en Jauja a 3,200 msnm. Consciente de esta situación, Cesar Moncloa, docente de la facultad de Arquitectura de la Universidad Continental, junto a sus estudiantes, decidieron asumir el gran reto de crear una solución para combatir el problema del friaje, diseñando un sistema de calefacción natural en base a techos térmicos con botellas de plástico recicladas, que acumulan el calor del día para mantenerlo durante la noche. Stakeholders conversó con el docente acerca del impacto que genera este tipo de proyectos a la comunidad.

¿Cómo nace este proyecto? ¿Cuál es el objetivo principal?

Confort térmico es un proyecto que busca reducir desde la investigación aplicada el drama de las muertes por enfermedades en las zonas alto andinas del Perú, en épocas de friaje. Decenas de peruanos mueren cada año en las mismas circunstancias, en la misma época del año y en las mismas localidades. En la cátedra que dicto en la Universidad Continental, junto a los alumnos, nos propusimos desarrollar un sistema aislante que impida que la temperatura descienda dramáticamente al interior de la vivienda en las noches, cuyo costo sea cero por estar hecho enteramente de materiales reciclados, que sea ligero para que pueda ser instalado por cualquier  comunero en todas las variantes de la vivienda alto andina, con techos de paja, calamina, teja, etc. Utiliza el plástico reciclado como un contenedor de aire estanco, que es uno de los mejores aislantes y que además es gratuito, formando un modulo de 15cm de espesor que evita las pérdidas de calor a través de techos puertas, ventanas y pisos, durante las noches.

Nuestra meta es cambiarle el rostro a la pobreza extrema en nuestro país creado desde la universidad, un sistema prácticamente gratuito que “abrigue” estas viviendas y que pueda ser implementado por los mismos comuneros en todas las localidades donde se le necesite, reduciendo drásticamente las enfermedades asociadas por el frío en las zonas alto andinas del Perú.

¿Cuál es la relación que este proyecto tiene con el ámbito educativo y ambiental?

Este proyecto es una apuesta por la investigación aplicada. Desdibujando la brecha entre en el salón y la realidad. Busca despertar en el alumno la responsabilidad ética que está educándose para resolver los problemas de la sociedad en la que se desenvuelve, entendiendo la realidad como un sistema que debe mejorar. Se reducen las horas teóricas, se discuten los problemas reales a los que se enfrentan sus compatriotas. El salón poco a poco se convierte en un taller, las verdades se remplazan por hipótesis que hay que comprobar. La teoría no se aprende, se va construyendo experimento tras experimento. En un sistema convencional de enseñanza se valora la competitividad entre los alumnos, en este proyecto es la colaboración la que nos hace avanzar mejorando cada vez mas el sistema.

En el ámbito ambiental, al ser un proyecto que se manifiesta mediante la construcción, debimos analizar muy bien qué materiales íbamos a utilizar tanto por sus propiedades térmicas como por el costo que representaría su implementación. Se enfocaron los problemas de la contaminación ambiental por desechos de plástico, como una oportunidad de acceder a un suministro – lamentablemente- prácticamente ilimitado y gratuito de este material para nuestras investigaciones. Cierto tipo de basura debe ser reenfocada como una gran oportunidad de construcción o fuente de materiales alternativos.

¿Cuál es el mayor impacto generado por el proyecto?

Definitivamente, el impacto social positivo que genera. Actualmente, ya son 25 familias las beneficiadas en comunidades de Puno y Junín, y pronto estaremos en Arequipa. Hemos reciclado 120,000 botellas evitando la contaminación de las cuencas de nuestros ríos. El ministerio de Vivienda, en la división Tambos, se ha interesado en la potencialidad de masificación del sistema de Confort Térmico, con el cual venimos trabajando desde hace 2 años.







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