Por Stakeholders

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Para Arianna Macchiavello, gerente legal y de Asuntos Corporativos de Qroma, la pintura tiene un gran poder transformador. “No solo cambia espacios; también puede llegar a cambiar la conducta de una comunidad”, dice en esta entrevista con Stakeholders. La directiva habla de la estrategia de sostenibilidad de la compañía y del Proyecto Arcoíris, una iniciativa de desarrollo comunitario mediante intervenciones de pintura.

¿Cómo entiende Qroma la sostenibilidad y cuál es su estrategia?

Entendemos la sostenibilidad como un habilitador de negocio. No solamente buscamos generar valor, sino también crear bienestar y ser un agente de cambio a partir de nuestro producto: la pintura. Sabemos que esta no solo transforma espacios, sino la vida de las personas, la sociedad, la conducta, de manera que genera un impacto positivo en la comunidad.

Nuestra estrategia de sostenibilidad se basa en tres pilares: nuestra gente, el medioambiente y el gobierno corporativo. En el primer pilar, hemos adoptado programas para nuestros colaboradores que buscan darles nuevas habilidades y capacitaciones de cara a las demandas laborales del futuro.  Me refiero al programa “Crece”, que promueve el desarrollo de nuestros colaboradores.  

¿Con cuántos colaboradores cuenta la empresa?

Son aproximadamente 1.400 en Perú y Chile.

¿Qué otras acciones presentan para ellos?

Tenemos programas diversidad e inclusión, pero también impactamos en nuestros proveedores y nuestros clientes (tenemos la iniciativa “Manos a la obra”, lanzada en 2020) y nuestro proyecto estrella, “Arcoíris”, que busca la transformación de espacios a través del color y la pintura. La transformación de estos espacios lleva a un cambio conductual y de percepción, por tanto, las consecuencias también se dan en la vida de las personas y comunidades.

¿En qué consiste el Proyecto Arcoíris?

Buscamos la transformación de espacios a través de muralizaciones, de esa manera se atacan conductas o problemas específicos del espacio. Al momento de definir una intervención hacemos mediciones previas para poder entender qué vamos a modificar o mejorar. Con el resultado, nos acercamos a nuestros artistas, quienes presentan bocetos para la intervención. Hay cuatro frentes que trabajan en este proyecto: nosotros como empresa privada, las autoridades, la comunidad y los artistas.

¿En qué espacios ya se ha intervenido?

El más grande de todos ha sido el realizado el año pasado en el cerro San Cristóbal. Hicimos un macromural en el barrio Leticia. Impactamos a unas 54 mil personas y tuvimos 15 micromurales que llevaban por un recorrido turístico atacando la problemática que habíamos encontrado en la zona. Es el macromural más grande a nivel Latinoamérica y estamos seguros que también a nivel mundial. De hecho, ha sido nuestra intervención más ambiciosa. Fue un año de trabajo conjunto con la Municipalidad de Lima, el colectivo Color Energía (artistas del propio barrio de Leticia) y con la misma comunidad.

¿Ya se tienen identificados los próximos espacios a intervenir?

Lo que buscamos ahora es llevar este proyecto más allá. Estamos enfocándonos en provincia. A la fecha se está terminando un proyecto en Ica, y tenemos otro para Puno y Cusco. Además de tres intervenciones programadas en Chile, país donde también operamos.

Volvamos al punto de la sostenibilidad. ¿Cómo se tangibiliza su propósito como parte de su estrategia?

Nosotros vamos alineados a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y la normativa local. De hecho, estamos un paso más allá. Apuntamos a ser una empresa Net Zero para 2035 (cero emisiones netas de carbono). Somos una de las pocas empresas a nivel país con un compromiso como este. No solo queremos ir con los lineamientos que existen a nivel ESG, sino cruzar esa frontera.  

¿Qué propósito tiene Qroma?

Inspirar a las personas a pintar la mejor versión de su mundo. Nuestra estrategia de sostenibilidad se basa en ese propósito. A partir de allí hemos redefinido nuestro negocio, hemos tomado conciencia de lo que puede generar la pintura, el arte y el color al tener este poder transformador en las sociedades. Hemos entendido que nos encontramos en un sistema de progreso, empoderamiento y transformación de la pintura, y debemos aprovechar la oportunidad y el producto para impactar, para dejar un legado, para mejorar conductas y para contagiar un poquito la necesidad de vivir en un espacio de más color.

¿Qué acciones realizan en el pilar de medioambiente de su estrategia?

En medioambiente tenemos dos proyectos grandes: el Net Zero, que comenté antes, y otro que busca la circularidad del plástico. Estamos trabajando arduamente en este frente como utilizar menos platicos en la elaboración de nuestros productos e impulsar la cultura del reciclaje, que en el país es inexistente o incipiente.  Hemos lanzado pilotos con aliados estratégicos. Somos parte de Recíclame, con quienes trabajamos desde hace dos años, y otras empresas como Industrias del Envase S. A.

¿Cómo qué frecuencia realizan las mediciones de los resultados?

Una vez al año. Mediciones de huella hídrica y huella de carbono en todas nuestras operaciones. Más allá del número que nos ha arrojado, estas mediciones nos han permitido ajustar nuestra ruta de trabajo para disminuir nuestra huella. Hemos obtenido las primeras dos estrellas de la plataforma del Ministerio del Ambiente, que es medición y verificación, ahora estamos en proceso de reducción.

¿Qué expectativas tiene Qroma para los próximos años?

La primera es ser un referente acciones de sostenibilidad en el país y la región. Luego, impulsar el pintado a través de nuestros proyecto, con la necesidad de tener color y arte en la cuidad; lograr la meta Net Zero y, sobre todo, seguir alzando el estándar de sostenibilidad.







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