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Hoja de ruta impulsa al sector financiero peruano hacia las finanzas verdes

Por Renzo Rojas

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Elvis García Torreblanca, director general de Economía y Financiamiento Ambiental del Ministerio del Ambiente, cuenta que la aprobación de la Hoja de Ruta de Finanzas Verdes del Perú representa un hito para el avance en este tema.

El Perú se encuentra en pleno recorrido en su camino hacia un mercado de finanzas verdes. La aprobación el pasado junio de la Hoja de Ruta de Finanzas Verdes (HRFV) es un paso muy importante para la movilización de recursos hacia proyectos que contemplen un impacto positivo ambiental en el país, así lo manifiesta Elvis García Torreblanca, director general de Economía y Financiamiento Ambiental del Ministerio del Ambiente, para Stakeholders.

El directivo señala que este documento tiene como finalidad crear un entorno propicio para el desarrollo de inversiones ambientalmente impactantes y sostenibles mediante la regulación de las actividades sectoriales o multisectoriales. Entre otros objetivos, añade que hace posible que el Minam acompañe, eduque e impulse al ecosistema financiero y de inversiones a implementar actividades clave que procuren la incorporación de criterios y prácticas ambientales en la gestión estratégica y operativa de las entidades de estos sectores.

“Otro tema clave que abordan las finanzas verdes es que las entidades financieras del país -a través de la implementación de la HRFV- son impulsadas a cumplir en papel clave: ser agentes de cambio que -por medio de sus inversiones, créditos y préstamos- movilizan recursos ‘verdes’ para transformar y dinamizar la actuación de las empresas del sector real, al orientar su gestión hacia la sostenibilidad”, menciona.

García explica que son dos los componentes temáticos con los que cuenta esta hoja de ruta. Si bien la aprobación de esta misma ha sido recién este año, vale recalcar que el conjunto de actividades en cada uno de los componentes comenzó a trabajarse desde el 2021, fecha de su lanzamiento.

“A través de la implementación de las actividades clave de los dos componentes temáticos de la HRFV, conformados por subactividades, indicadores y metas concretas, se cierran las brechas identificadas en los ámbitos regulatorios, de capacidades, de mercado y de gobernanza”, agrega.

En el primer componente, denominado “Enverdecimiento del sistema financiero”, se tiene como finalidad la integración y adopción de consideraciones ambientales, en línea con prácticas ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) en los procesos estratégicos, de operaciones, de transparencia y de cultura de las entidades del sistema financiero, no regulado, entidades financieras públicas, y agentes fiduciarios.

En el segundo componente, titulado “Financiamiento de actividades y diseño de productos verdes”, se tiene como propósito movilizar el financiamiento y capital hacia actividades y productos ambientalmente sostenibles, con énfasis en actividades económicas altamente afectadas o dependientes del medio ambiente.

Dentro de cada uno de ellos existe una diversidad de actividades, como generar una línea de base de finanzas verdes, el fortalecimiento de capacidades, la adecuación normativa, entre otros, para el caso del primer componente. Precisamente, destaca aquí la Primera Edición de la Encuesta Nacional de Sostenibilidad Ambiental para entidades financieras (ENSA 2021), donde participaron empresas de seguros, entidades microfinancieras, banca múltiple, y administradoras de fondos de pensiones, de inversión y fondos mutuos, conformando un total de 61 entidades.

Algunos de los hallazgos que resaltan en esta encuesta, por ejemplo, es que el 88 % de las aseguradoras reconocen al cambio climático como un factor que puede afectar los mercados financieros y sus propias compañías. Sin embargo, y hasta eso entonces, la mayoría no contaba con criterios para clasificar proyectos o actividades económicas que contribuyan a la mitigación o adaptación al cambio climático.

Hay que reconocer que, a la fecha, los resultados han ido variando conforme últimamente las entidades han incorporado estos factores ambientales. En ese sentido, desde el Minam, prosigue Elvis García, se está en proceso ya la segunda edición de la ENSA que se prevé contará con 113 organizaciones invitadas.

Elvis García Torreblanca – Director general de Economía y Financiamiento Ambiental del Ministerio del Ambiente

Taxonomía de finanzas verdes

Entre las líneas de acción que guían al segundo componente, el funcionario público detalla la ejecución de actividades para la identificación y desarrollo de carteras verdes, nuevas fuentes de financiamiento verdes, instrumentos financieros verdes, divulgación de finanzas verdes y el desarrollo de la Taxonomía de las Finanzas Verdes (TFV) del Perú. Al respecto, Elvis García indica cuál es el proceso que se sigue para lograr obtener este sistema de clasificación que permite categorizar a una actividad si es o no ambientalmente sostenible o “verde”.

¿Qué tan fundamental es contar con una taxonomía de finanzas verdes para el Perú?

Es una herramienta clave para ayudar a inversionistas y empresas a tomar decisiones informadas con el fin de determinar el grado de sostenibilidad de una inversión; fomentar la transparencia estandarizando la información para los participantes del mercado financiero y grandes empresas; atraer flujos financieros a la economía real facilitando la identificación de los activos verdes; y promover el cumplimiento de la política y compromisos ambientales del país.

¿Cuál es el proceso para poder contar con este sistema?

La TFV en Perú propone la conformación de cuatro Comités Técnicos durante el 2023 y otros tres durante el 2024, que determinen técnicamente las definiciones sobre lo que debería ser una actividad económica ambientalmente sostenible o “verde” a través de la identificación de umbrales (indicadores). Sus miembros deberán ser expertos técnicos de diferentes áreas y sectores que puedan elaborar un reporte con los alcances.

¿Cuál es la naturaleza de estos comités?

Los Comités Técnicos tendrán una naturaleza sectorial, entre los cuales se han seleccionado siete prioritarios: Energía, Construcción, AFOLU – Agricultura, AFOLU – Forestería, Agua y Saneamiento, Pesca y Acuicultura, Manufactura, Transporte y Telecomunicaciones. Asimismo, para la organización de los comités sectoriales se cuenta con un coordinador transversal, quien es el responsable de liderar los procesos de la conformación de los comités sectoriales y trabajar en conjunto con los coordinadores sectoriales para la actualización de los capítulos sectoriales de la TFV.

A la fecha, ¿cuáles ya están instalados?

Actualmente, se tienen instalados los Comités Sectoriales de Energía, Construcción, Agua y Saneamiento, AFOLU – Forestería. Durante el mes de agosto se espera conformar e instalar los Comités de AFOLU – Agricultura y Pesca y Acuicultura. Cada uno de ellos cuenta con un Coordinador Sectorial (pro bono) experto en la temática y un crisol de expertos técnicos que la conforman.

¿Cuál es la dinámica de trabajo?

Como estándar, estos Comités Sectoriales realizan reuniones mensuales y se espera que puedan actualizar los documentos de línea de base otorgados desde la Secretaría Técnica con el fin de contar con los “capítulos sectoriales” de la TFV del Perú a finales del 2023. Estos capítulos recolectarían las actividades económicas priorizadas en los sectores a las cuales se les ha asignado indicadores (umbrales) y compromisos cuyo cumplimiento por parte del proyecto bancable le otorgaría la categoría “verde” en el Perú.

¿Cuáles son algunas de las barreras que existen para el tránsito hacia las finanzas verdes?

En el marco regulatorio, la ausencia de un marco regulatorio claro y políticas coherentes en relación con las finanzas verdes puede desalentar a las instituciones financieras y los inversores a comprometerse con proyectos sostenibles. La incertidumbre jurídica puede ser un obstáculo significativo para la inversión en este sector.

Entre otras, la limitada capacidad técnica y financiera de las instituciones financieras pueden carecer de la capacidad técnica y financiera para evaluar adecuadamente los proyectos verdes y gestionar los riesgos asociados. Esto puede hacer que prefieran inversiones más convencionales y menos complejas. Superar estas barreras requerirá la colaboración y coordinación entre el Gobierno, las instituciones financieras, el sector privado y la sociedad civil.

Finalmente, ¿qué tan vital es la articulación en todo este marco?

En conclusión, la articulación del sector público con otros organismos y actores es fundamental para impulsar el tránsito hacia una economía y las finanzas más verdes. Esta propuesta de colaboración efectiva permite aprovechar sinergias, movilizar recursos, establecer políticas adecuadas y promover la adopción de prácticas financieras y proyectos que generen un impacto positivo en el ambiente y en las empresas, la sociedad.




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