Carlo Angeles
Regidor de la Municipalidad Metropolitana de Lima y Activista Socio Ambiental
Los ODS son un conjunto de objetivos ambiciosos establecidos por las Naciones Unidas para lograr el desarrollo para 2030. Esta agenda fue adoptada por cada uno de los 193 estados miembro de la Organización de Naciones Unidas, incluido Perú.
Además de los compromisos internacionales, poco a poco se ha ido fortaleciendo e incrementando la tendencia hacia la sostenibilidad como concepto en la sociedad. Solo por dar algunas cifras:
- Según la encuesta IPSOS Global Advisor 2018, Perúes el tercer país más preocupado en el mundo por el calentamiento global (39 %).
- Según IPSOS – La Lima que no vemos, la contaminación ambiental y limpieza pública es la segunda mayor percepción como principal problema de la ciudad (52 %).
- Según Apoyo Comunicación, el segundo mayor activismo negativo en redes sobre empresas es por temas socioambientales (53 %).
Esta tendencia ha conllevado en políticas de estado, que buscan alinearse con estas nuevas prioridades ciudadanos, La ley marco sobre Cambio Climático aprobada el 15 de marzo de 2018 y los recientes esfuerzos del Ministerio de Producción y Ministerio del Ambiente para diseñar la Hoja de Ruta de la Economía Circular para la Industria, son un claro ejemplo de ello.
La economía circular es un ejemplo perfecto de cómo el mercado se puede alinear a criterios de sostenibilidad y responsabilidad. Pero para que la economía circular sea una realidad, se necesita un fuerte estímulo e inversión para poder financiar el desarrollo e investigación necesaria para el diseño de productos y servicios bajo el concepto de circularidad. Es aquí donde el Estado puede tener un nuevo rol, no el de ente normativo y fiscalizador, sino un rol aún más transformador, desde su poder adquisitivo.
Los gobiernos son los mayores compradores individuales de bienes y servicios en cualquier país. Por ello, si cambiamos la manera en que los gobiernos hacen negocios con el sector privado, podemos influir positivamente en el mercado para que ocurra una transición hacia una economía de sostenibilidad.
Como Regidor de Lima Metropolitana, redacté el Proyecto de Ordenanza para fomentar el Desarrollo Económico con Impacto Social y/o ambiental – Lima Sostenible, presentado por 29 (de 39) regidores de Lima Metropolitana. La ciudad invierte anualmente más de 250 millones de dólares en sus procesos de Compras Públicas.
El primer paso, tuvo lugar el dos de agosto, en la que el Gobierno de Lima Metropolitana declaró de Interés Metropolitano el diseño de instrumentos de gestión, así como otras medidas complementarias, que garanticen la transición efectiva hacia un modelo de Compras Públicas Sostenibles.
Con este primer paso, se busca instalar un comité intergerencial para identificar los 10 productos y/o servicios que más compra y que además tienen mayor impacto ambiental. Luego de identificarlos, se realizará una reingeniería de los mismos, para que en su proceso de adquisición se considere los principios de economía circular. El comité además diseñará el plan para la incorporación periódica de estos requisitos en la cadena de suministro del Gobierno de Lima Metropolitana.
Además, en solo tres meses, hemos ampliado el debate en 50 instituciones públicas, en las que seis gobiernos locales ya están elaborando sus propios instrumentos para la transición a la contratación pública sostenible.
La ciudad de Bagua fue el primer gobierno local en adoptar nuestro proyecto para la transición a la contratación pública sostenible. Esta iniciativa también ha inspirado acciones en el sector privado. Electro Oriente con Acuerdo de Directorio N° 068-2019 de fecha el 13 de junio aprobó las medidas para transitar hacía el sistema de Compras Públicas Sostenibles.
Esta columna, será un espacio permanente en el que iremos relatando nuestra aventura sumando a diversos actores de la sociedad a estimular el principio de economía desde sus propias cadenas de abastecimiento. Estos actores serán parte de la columna no solo como protagonistas de la misma, sino además como invitados a escribir sus propias iniciativas para estimular la circularidad.
Únicamente con lo avanzado a la fecha, estamos frente a una oportunidad de movilizar más de 600 millones de dólares anuales para acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través de Compras Públicas Sostenibles. Si sumamos más actores, podemos transitar hacia una economía de sostenibilidad, desarrollando un mercado de empresas que compran y que proveen bajo el principio de circularidad.
El reto es elevar el concepto de Compras Públicas Sostenible a la agenda nacional.
¡Vamos a Lograrlo!