En los últimos años, América Latina ha experimentado una importante transformación en su sector energético, con un creciente interés por fuentes de energía más limpias y sostenibles, además de la garantía de la seguridad energética. En ese sentido, Aggreko, líder mundial en soluciones energéticas, desarrolló el «Informe sobre la Transición Energética en América Latina: estrategias, barreras y oportunidades». Este material brinda análisis e ideas en profundidad para los profesionales del sector energético de la región, convirtiéndose en una lectura clave para comprender las tendencias, desafíos y oportunidades emergentes en este contexto dinámico.
El estudio fue realizado con una muestra de más de 830 profesionales del sector eléctrico e infraestructuras, desde concesionarias y empresas de T&D, hasta agencias reguladoras, empresas de DG y proveedores de servicios relacionados con los servicios públicos, en 13 países de América Latina, entre gerentes, directores, supervisores, ingenieros y consultores. El objetivo es entender cómo las empresas abordan los desafíos y oportunidades de la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
El informe señala que en Perú el combustible/tecnología que cumple un papel más importante en la transición energética es la energía solar (75%), seguido de la energía eólica (71%) y el gas natural (GNL y GNC) (54%). Asimismo, se destaca que el gas natural es una de las fuentes energéticas que genera menos contaminación.
En cuanto a las principales razones por las que las empresas peruanas no están realizando la transición a fuentes de energía sostenibles en este momento, el 39% de los encuestados responsabilizó a la falta de claridad en la legislación, la normativa y a la falta de subvenciones que apalanquen el cambio.
Respecto a las fuentes consideradas protagonistas de esta transición, el 84% menciona la energía solar, el 72% la energía eólica y el 43% el agua. Patricio Valenzuela, Vicegerente de Operaciones en Tiempo Real del Coordinador Eléctrico Nacional de Chile, comparte los avances observados en el sector energético chileno: «estamos licitando condensadores síncronos e innovando en colaboración con especialistas para enfrentar los desafíos asociados a la intermitencia de fuentes renovables. Las proyecciones indican que, entre 2024 y 2025, habrá meses en los que durante las horas de sol tendremos costo cero a nivel nacional, o que abrirán oportunidades para el almacenamiento de energía mediante baterías».
Además, las tecnologías emergentes, como la hidrogenación y el almacenamiento de energía de baterías, están ganando fuerza, indicando una atención especial a las innovaciones que impulsan la transición. Es importante resaltar que las soluciones híbridas (26%), que combinan fuentes renovables y fósiles, también se consideran importantes.
«Al observar los análisis obtenidos en este estudio, existe una clara tendencia en América Latina hacia un futuro energético más sostenible», dijo Hugo Domínguez, Líder del Sector de Servicios Públicos/Infraestructura Eléctrica para América Latina y el Caribe de Aggreko. «Estos descubrimientos refuerzan la necesidad de un enfoque colaborativo entre empresas, gobiernos y entidades reguladas para crear un entorno más favorable para la transición energética en la región. Solo con una cooperación efectiva y estrategias bien planificadas, considerando los desafíos y oportunidades identificados, será posible promover esta transformación hacia un futuro energético más sostenible y resiliente».
Entre sus descubrimientos, está una preferencia por el modelo de negocio Energía como Servicio (35%) como modelo de negocio, en el cual una empresa proporciona y gestiona todos los aspectos de infraestructura de energía para sus clientes, incluyendo instalación, operación, mantenimiento e incluso financiamiento de sistemas de energía. A continuación, aparece O&M – Operación y Mantenimiento (32%) – modelo en el que una empresa prestadora de servicios es responsable de garantizar que las instalaciones funcionen de manera eficiente y confiable a lo largo del tiempo, y «Direct Selling» (19%), que involucra la venta directa de energía, donde los proveedores de energía venden electricidad u otros productos directamente a los consumidores financieros, sin intermediarios.
Algunos países específicos se encuentran en sus escuelas, como Colombia, donde apenas el 13% se siente más cómodo con el modelo O&M, con un 55% prefiriendo Energía como servicio. Perú es el segundo país de la región que se siente más cómodo con el modelo de negocio de Energía como Servicio, con un 39% de las preferencias, para contratar servicios de electricidad/energía, mientras que el modelo O&M llega al 29%. En Chile, la preferencia se invierte, con un 40% prefiriendo O&M.
La investigación también revela que las empresas tienen una visión general positiva en relación con la transición hacia fuentes de energía sostenible, con un 65% considerando una oportunidad significativa. Cerca del 34% de los encuestados ven la transición hacia fuentes de energía sostenible como una prioridad máxima y ya tienen planes sostenibles en vigor. Otro 20% se clasifica entre las tres principales preocupaciones relacionadas con los negocios.
El factor más relevante a trabajar para incrementar la penetración de las energías renovables, o la inversión estructural, fue destacado por el 35% de los entrevistados. Dicha inversión podría incluir el desarrollo de infraestructura, la modernización de las redes eléctricas y la mejora de las instalaciones para dar cabida a fuentes de energía limpia. El 22% de los entrevistados también destaca la integración de soluciones de almacenamiento de energía como un factor crítico para promover la adopción de energías renovables, destacando la importancia de las estrategias de almacenamiento para hacer frente a la intermitencia de las fuentes.