Por Renzo Rojas

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La acuicultura es una actividad que puede ser clave para el desarrollo de una economía azul. Con muchos retos por asumir en la protección de los ecosistemas marinos, es necesario también promover más el cultivo de especies acuáticas para su aprovechamiento sostenible. Según el Ministerio de la Producción, en el 2022 la producción de este subsector alcanzó las 49 800 toneladas métricas (™).

Desde el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), sostienen que el cultivo de peces marinos en el país se encuentra aún en estado incipiente, a pesar de que comenzó hace más de una década. Sin embargo, se ha observado una evolución positiva en los últimos años.

“La acuicultura en el Perú ha experimentado un crecimiento significativo, convirtiéndose en una importante actividad económica que contribuye al suministro de alimentos, tanto para el mercado nacional como para la exportación”, indican desde la institución.

De acuerdo a información de la Sunat, las exportaciones de productos acuícolas, principalmente de langostinos y conchas de abanico, representaron una cifra de US$ 402.8 millones durante el periodo enero – noviembre del 2022 con un total de 48 527 ™ exportadas.

Producción regional

La acuicultura se distribuye a lo largo del territorio nacional. Desde IMARPE señalan que en la costa predomina el cultivo de langostino, especialmente en los departamentos de Tumbes y Piura, y conchas de abanico en Áncash e Ica. En la sierra, prevalece el cultivo de trucha que se concentra en los departamentos de Junín y Puno.

“En la selva, se destaca el cultivo de peces amazónicos (paiche, gamitana, paco y boquichico), principalmente en los departamentos de Ucayali, San Martín y Loreto; y la tilapia se concentra en el departamento de San Martín”, añaden.

Especies como la trucha tienen un gran porcentaje de producción. En el 2023, se reportó un total de más de 20 000 ™. El paco, asimismo, contó con una producción de más de 3000 ™. Respecto a las especies marinas, las conchas de abanico y los langostinos destacaron con 47 000 ™ y 35 200 ™, respectivamente.

“Las condiciones oceanográficas por la influencia de la corriente de Humboldt favorecen el desarrollo de especies con potencial acuícola, ya que su gradiente de temperaturas permite el cultivo de especies importantes a considerar en su selección, como la chita y el lenguado. Asimismo, se podría considerar especies marinas como el erizo, macha, concha negra, ostra nativa, macroalgas, entre otras”, resaltan.

“Las condiciones oceanográficas por la influencia de la corriente de Humboldt favorecen el desarrollo de especies con potencial acuícola».

Perú tiene una gran capacidad para hacer de la acuicultura una fuente económica en el marco de una economía azul. Desde el instituto resaltan, además, que gran parte de la zona marino costera peruana cuenta con un perfil batimétrico y plataforma continental con profundidades entre 40 a 50 m, en distancias menores a las 3 millas náuticas de la orilla, lo cual favorecería la existencia de granjas marinas.

Promoción y desarrollo acuícola

La ciencia y la tecnología son fundamentales para la escalabilidad de esta actividad económica. Desde la institución sostienen que los tres sistemas de cultivo que se han consolidado en el país (conchas de abanico, langostino y trucha arco iris) son adaptaciones exitosas de tecnologías introducidas con el apoyo de instituciones científico-técnicas.

“No obstante, la base científica de Perú, según los indicadores relacionados con el CTeI, coloca al país entre los últimos lugares del continente; concluyendo que no se está en condiciones para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrecen las diferentes tecnologías disponibles a nivel mundial para el desarrollo de la acuicultura”, mencionan.

Por ello, detallan que es fundamental el apoyo financiero para la investigación e innovación tecnológica como factor clave para el desarrollo sostenible de la actividad acuícola nacional como un motor de crecimiento económico.

“Esto permite mejorar la eficiencia de los procesos de producción en las especies comerciales (trucha, langostinos, tilapia), así como promover la diversificación productiva (desarrollo de tecnologías de cultivo escalables) hacia especies potenciales (chita, lenguado, corvina, ostra nativa, erizo, etc.)”, finalizan.







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