Miles de puestos de trabajo se pueden generar si es que la cartera de proyectos de energías renovables, sobre todo las no convencionales, se concreta para los próximo años. No obstante, hacer realidad esto implica contar con una correcta planificación, de la cual se carece, y aplicar modificaciones al marco regulatorio
Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe
En el Perú, de acuerdo con información brindada por el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la energía hidráulica fue durante el 2020 la principal fuente de electricidad a nivel nacional, seguida por el gas natural y las energías renovables no convencionales (ERNC). Estas últimas con un poco más del 5% en su conjunto y compuestas básicamente por energía eólica, solar, bagazo y biogás.
El antecedente deja claro la predominancia de las centrales hidroeléctricas en el país, además de su rol en favor de una matriz energética limpia que pueda contribuir a la descarbonización de la economía, por ejemplo. Sin embargo, más allá de su indudable beneficio, las cifras también dejan en evidencia la necesidad de desarrollar más las ERNC, sobre todo porque hay un enorme potencial que debe ser aprovechado en un escenario de reactivación económica.
Sandor Lukacs de Pereny, profesor de los Programas en Sostenibilidad de ESAN, menciona que fue en el año 2008 que se inició la promoción de las ERNC en el Perú, precisamente con la promulgación del Decreto Legislativo Nº 1002 que declaraba de interés nacional el tema.
“Este buscaba promover una transición energética renovable, cuyo objetivo era que para el 2013 contaramos con un 5% de la matriz energética que sea ERNC. Según datos del Minem, la matriz energética del Perú se compone en promedio casi del 60% de hidroeléctricas, 37% en termoeléctricas (gas natural), 4,7% de energías no convencionales y el resto de combustibles fósiles, que son cerca del 0.3%”, indica.
A la fecha, se han dado cuatro procesos de subastas en las que se adjudicaron ciertos proyectos para la implementación de ERNC en base a precio y cantidad. Franklin Acevedo, Country Head en Energy Development Corporation Perú (EDC Perú), señala que el último de estas fue en 2015 y, desde entonces, muy poco se avanzó en su promoción, un panorama que seguramente también se ha visto afectado por la pandemia del Covid-19.
“Además existen trabas para su desarrollo (de ERNC). Las eólicas y solares ya alcanzaron precios competitivos, pero se necesita actualizar el marco regulatorio para que puedan competir en el mercado. Y, por otro lado, nuevas tecnologías como la geotermia o la termosolar requieren de un impulso a través de una subasta para que puedan ingresar al país”, explica.
Franklin Acevedo
Country Head en Energy Development
Corporation Perú (EDC Perú)
Urge en la actualidad generar un clima favorable para la inversión de proyectos en energías renovables, con un hincapié en las no convencionales. Los factores son muchos a tomar en cuenta, los cuales van desde la lucha contra el cambio climático o el desarrollo de un transporte ‘verde’ desde la electrificación. En ese sentido, es indispensable atraer inversiones al país, especialmente cuando se observa que son las mismas compañías que deciden apostar al respecto, tal como lo sostiene Brendan Oviedo, presidente de la Sociedad Peruana de Energías Renovables (SPR).
“Incluso las compañías que le temían a las renovables ya están desarrollando proyectos en relación a ello (…) Considero que una extraordinaria referencia para ver esto, es cómo vienen las empresas petroleras haciendo una transición energética. Entienden que ya el petróleo va a reducir su consumo por lo que se abocan a invertir fuertemente en energías renovables”, manifiesta.
Brendan Oviedo
Presidente de la Sociedad Peruana de
Energías Renovables (SPR)
Enorme potencial
Los desafíos en energías renovables invitan al Perú a mayores esfuerzos.
Y es que el potencial para su incorporación es de gran envergadura y genera claros beneficios. En esa línea, Sandor Lukacs destaca que en el país el potencial para energía hidroeléctrica y eólica, por ejemplo, es de 800% y 300% de la capacidad instalada, respectivamente.
“Del mismo modo, tenemos la energía geotérmica en el sur, principalmente en Arequipa y Moquegua, que tienen un gran potencial que no se está trabajando todavía. Es una fuente de energía que emplea Islandia con mucha potencia, de hecho la energía de este país es netamente geotérmica”, añade el docente de ESAN.
Por otro lado, el desarrollo de proyectos de este tipo trae consigo un flujo positivo para la economía peruana. Estimaciones realizadas, a partir de fuentes oficiales por parte de la SPR, reflejan lo que significa dar ‘luz verde’ al portafolio de proyectos de energías renovables en el Perú, en pos de un crecimiento y desarrollo nacional en medio de la reactivación económica.
“Nosotros hemos calculado que si estos proyectos se desarrollan van a generar más de 68 mil puestos de trabajo. También hicimos estimaciones de más de 10 mil millones de dólares en inversión. Es una forma de reactivar la economía de todas maneras. Y para este fin uno tiene que proyectar y estimar el crecimiento de la demanda que habrá, por ejemplo, con la electrificación del parque automotor”, resume.
¿Qué necesitamos?
Uno de los aspectos a tratar es el financiamiento de los proyectos. Dependiendo del caso, implementar toda una infraestructura en energías renovables requiere tiempo y capital financiero, para lo cual las empresas deben tener al alcance facilidades en la inversión. Para Brendan Oviedo, es necesario generar procedimientos que permitan llevar los proyectos a los bancos y accedan a préstamos.
“Estos (proyectos) son de 100, 200, 300 millones de dólares. Muchas de las empresas grandes no tienen toda esta cantidad. Al final todos van al banco y piden prestado. Para eso necesitas contratos que te garanticen que, cuando el proyecto esté operativo, vas a recibir un monto que te va a permitir pagar tu préstamo, la deuda. Tenemos que establecer reglas transparentes que permitan licitar contratos”, sostiene.
Asimismo, menciona que en el corto plazo es indispensable que haya una separación de los mercados de energía y potencia, para que así los recursos eólico y solar, que varían en estos conceptos porque están sujetos a condiciones externas, puedan tener un marco regulatorio más adecuado y flexible debido a la naturaleza de su disponibilidad.
“En un primer momento estamos viendo que la eólica y la solar puedan participar en las licitaciones de las distribuidoras, que se haga una separación de potencia y energía, que se empiece evaluar formas en las cuales el sistema de transmisión sea fortalecido para poder recibir más renovables”, dice.
Sandor Lukacs de Pereny
Profesor de los Programas en
Sostenibilidad de ESAN
Agrega, en ese sentido, que también es esencial que se apruebe de una vez el Reglamento de Generación Distribuida, que se espera desde el 2006 cuando fue contemplado por la Ley 28832 y que posibilitará inyectar energía a las redes de transmisión a partir de la autogeneración de electricidad (de usuarios y empresas) provenientes de renovables.
Hacer partícipes a las ERNC en las licitaciones del mercado regulado o convocar a una quinta subasta son tareas en la que el Estado tiene capacidad regulatoria normativa importante, dado que brinda las condiciones necesarias para que se lleven a cabo. Sandor Lukacs plantea, por otra parte, algunos mecanismos de los que pueden valerse las entidades públicas correspondientes.
“Por parte del Estado se podría promover mayores incentivos que posibiliten una transición energética más acelerada hacia fuentes de energías no convencionales. Por ejemplo, incentivos fiscales, financiamiento de proyectos a tasas preferenciales, concursos de oferta públicas con contratos de país a país, que es una alternativa muy atractiva y profesional con resultados concretos”, asevera.
Desde otra perspectiva, el docente de ESAN propone también un modelo de trabajo tripartito para fomentar un mayor desarrollo de energías renovables, quizá similar a lo que viene siendo la iniciativa Obras por Impuestos, en el que las empresas se involucran directamente en la ejecución de servicios públicos. Indica que Estado, sector privado y academia deben unir esfuerzos en este propósito.
“Entonces tienes la oportunidad desde el sector privado, que mediante los ejes de sostenibilidad corporativa (…) cada empresa podría tomar proyectos geotérmicos y eólicos con gran potencial. Las mineras podrían generar proyectos de energía alterna para contribuir a la electrificación de zonas aledañas o población de influencia directa, lo cual fortalecería la legitimidad de las compañías”, sostiene.
En cuanto a la academia, añade que en su papel “hablamos de investigación, una de enfoque científico y humanista que permita coadyuvar a estos esfuerzos, tanto del Estado como del sector privado, mediante investigación rigurosa y sólida que haga posible tomar mejores decisiones”
Perú en América Latina
Consultado sobre cómo se ubica Perú en la región, Franklin Acevedo dice que Chile, Ecuador, Colombia e inclusive hasta Bolivia han tenido y tienen una política energética más clara y agresiva. Menciona que los esfuerzos de estos países se han enfocado en la diversificación de sus respectivas matrices energéticas, que ha ido más allá de las eólicas y solares y han apostado también por la geotermia. Además, a raíz de lo anterior, resalta la generación de empleos e inversión.
“Nuestro país, bajo el discurso de sobre exceso de capacidad o sobreoferta de energía, no ha avanzado y somos sin lugar a dudas el peor país en la región en aprovechamiento de sus recursos naturales. Esperemos que esto cambie, dado que las energías renovables no implican para nuestro país solo el cumplimiento de metas ambientales, las energías renovables constituyen hoy la mejor manera de luchar contra el centralismo energético y la falta de diversificación de nuestra matriz”, menciona.
ERNC para descarbonizar la economía
Un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) revela que se requiere acelerar la transición energética hacia una matriz limpia en el mundo. En el World Energy Outlook 2021, que se publicó tras finalizar la COP 26, el organismo dio a conocer que lo establecido en la actualidad en las Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) ni siquiera llega a cubrir el 20% de la brecha existente en reducción de emisiones con miras al 2030.
Franklin Acevedo reflexiona sobre el rol de las energías renovables en la descarbonización: “Sin duda (tienen) un papel protagónico. Actualmente el sector que genera mayor contaminación en nuestro país es el sector transporte (no el sector de generación eléctrica dado que tenemos una matriz relativamente limpia). Autos, camiones, buses, etc., emiten una gran cantidad de CO2 por lo que hoy Lima es considerada la segunda ciudad con mayor contaminación en Latinoamérica”.
Por su parte, Sandor Lukacs recalca el potencial de las ERNC en la búsqueda de mitigar las emisiones contaminantes: “También existe un potencial fototérmico en el Perú. Las energías renovables para la descarbonización tienen un rol importantísimo porque van a suplir esa demanda energética que no se logra de manera limpia con los combustibles fósiles. Hay que considerar, además, la energía mareomotriz a lo largo de la costa”.
Al respecto, Franklin Acevedo considera que parte de esa transformación energética, vital para la descarbonización, tendrá relación también con atender la demanda energética desde la electrificación del transporte en un futuro cercano, siendo así, entonces, que ese abastecimiento deberá ser sostenible para un verdadero cambio.
“La alta demanda de energía eléctrica que se requerirá en nuestro país en los siguientes años para cubrir la demanda del sector transporte deberá ser cubierto a través de energías renovables. Sería un error cubrir esa demanda de energía con fuentes fósiles, solo trasladaríamos un problema a otro sector. Por ello, es necesario una política energética sostenible a todo nivel que implique la descarbonización como meta país, no solo de ciertos sectores”, explica.
El escenario puede ser más preocupante si es que se tiene en cuenta que al aumento de esta demanda le seguiría una crisis energética para los próximos años, la cual ni siquiera los tradicionales combustibles fósiles podrán atender.
“Según el Comité de Operación Económica del Sistema (COES), a partir de los años 2022-2023 se necesitará quemar diésel -un combustible fósil, caro y muy contaminante-, para cubrir el aumento en la demanda de electricidad. En los años siguientes, esta se seguirá incrementando, hasta que en el año 2028 ni siquiera las centrales a diésel disponibles serán suficientes para cubrirla”, señala Franklin Acevedo, quien también pertenece a la SPR.
Brendan Oviedo enfatiza en que sobrellevar los desafíos que tiene el Perú debe sustentarse en una planificación energética que convoque a todos los sectores, para llegar a consensos y también a políticas de Estado que, independientemente del gobierno de turno, devengan en en mejoras sostenibles que beneficien a todos los peruanos. Para él, el hecho de que las ERNC sean solo cerca del 5% de la matriz energética del Perú demuestra que aún se está “lejos de formar parte de una transición energética de un proceso de descarbonización”.
Hidrógeno verde
El hidrógeno verde es otra de las energías limpias en las que varias naciones ya vienen trabajando. También conocido como “el combustible sostenible del futuro”, su gran versatilidad la hace aplicable al transporte o almacenamiento de energía, por ejemplo, configurándose así como una pieza clave en la descarbonización de las economías, como la Unión Europea (UE).
En Latinoamérica, los primeros pasos los ha dado Chile, quien ha sido el primero en contar con un plan nacional para el hidrógeno verde. Sandor Lukacs destaca la labor que viene realizando el país sureño: “Hay un tema de hidrógeno verde que está desarrollando Chile de manera pionera. Colombia está siguiendo los pasos. Perú todavía recién está muy en el inicio”.
Vale recordar que en el país este año se instituyó la Asociación Peruana de Hidrógeno (H2 Perú), la cual, mediante el estudio “Potencial del Hidrógeno Verde en el Perú”, ha dado a conocer las oportunidades que presenta el país para el desarrollo de este recurso. Entre sus conclusiones resalta que el “Perú se encuentra bien posicionado a nivel mundial en el desarrollo de la economía del hidrógeno a bajo costo”.
Diversificar y descentralizar
Si diversificar la matriz energética a partir de ERNC es clave, descentralizar la misma a lo largo del territorio nacional también lo es. Franklin Acevedo sostiene que a la fecha el 80% de electricidad se genera en el centro del Perú, siendo preciso promover que el norte y sur puedan producir su propio recurso, ya que influye en el desarrollo industrial de esas regiones al verse susceptibles a la inestabilidad e inseguridad del suministro eléctrico.
“Hay que descentralizar, construir centrales eléctricas en zonas del territorio nacional que son deficitarias. Y en el caso de la diversificación, actualmente dependemos básicamente de dos fuentes de generación: el gas natural y el agua, con las hidroeléctricas. Entonces, si ocurriera una sequía severa o hubieran problemas con el sistema de transporte del gas natural, tendríamos el riesgo de dejar a la mitad del país a oscuras”, subraya.
Finalmente, Brendan Oviedo mantiene buenas expectativas en cuanto poder ir progresando en el fomento de las ERNC. Resalta la presencia del presidente Pedro Castillo en la inauguración del proyecto eólico Duna y Huambos en Chota (Cajamarca), por lo que observa disposición desde el Gobierno, aunque claro está que tiene que ser bajo un marco de resultados tangibles.
“Soy siempre positivo. Considero que sí vamos a poder avanzar. Si uno rescata las primeras declaraciones del presidente Pedro Castillo, se refirió a descarbonizar la economía al 2050. Si estás hablando de descarbonizar, esto tiene una relación directa con cambiar el modelo económico del consumismo a uno de sostenibilidad. Y para ser sostenibles tienes que generar energías renovables, eso va de la mano”, concluye.