Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40 % de las zonas terrestres del planeta están degradadas, situación que afecta directamente a la mitad de la población mundial.

Por Stakeholders

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En diferentes partes del mundo las tierras que eran fértiles han pasado a convertirse en espacios áridos y desérticos, hecho que amenaza los ecosistemas, la biodiversidad y el bienestar de la humanidad. Enfrentar este panorama requiere un esfuerzo conjunto, de toda la sociedad, sin exclusiones.

Con el objetivo de revertir esta situación, los países están enfocados en restaurar las tierras, detener la desertificación y reducir la vulnerabilidad ante la sequía. Precisamente, las Naciones Unidas promueve para este año el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la Generación Restauración”, para conmemorar el Día Mundial del Ambiente, que se realiza cada 5 de junio.

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40 % de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. Asimismo, el número y la duración de los períodos de sequía han aumentado en promedio un 29 % desde el año 2000. Esto puede agravarse si no se toman medidas urgentes.

Retos y oportunidades

En nuestro país existen amplias extensiones de ecosistemas degradados. Para restaurarlos y recuperarlos se requieren acciones conjuntas, con el involucramiento de los sectores público y privado y de todos los actores sociales.

Tenemos grandes retos y oportunidades para reducir los 22 millones de hectáreas de tierras degradadas para alcanzar la denominada “Neutralidad de Degradación de las Tierras”, que es el compromiso voluntario del Perú ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Este proceso cuenta con 52 medidas voluntarias que se están implementando y podrían fortalecerse aún más mediante Proyectos de Inversión Pública, Obras por Impuestos, la optimización de prácticas agropecuarias para la reducción de gases de efecto invernadero y el fortalecimiento del manejo forestal, entre otras acciones.

Para lograrlo, es importante considerar que la desertificación está vinculada a la acción climática y a la conservación de la diversidad biológica. En ese sentido, de las 150 medidas que forman parte del compromiso climático del país, 26 contribuyen directamente a alcanzar la meta de restaurar nuestras tierras.

A la fecha, hemos alcanzado un avance aproximado de 52 % en la implementación de las 52 medidas para restaurar las tierras, en el marco del compromiso ante la Convención antes mencionada.

Pequeñas acciones, grandes cambios

Especialistas del Minam presentan algunos consejos sencillos que puedes aplicar en tu día a día para contribuir a la lucha contra la desertificación en el Perú:

En casa:

– Ahorra agua: cierra el caño mientras te cepillas los dientes o te afeitas. Toma duchas cortas y repara las fugas de agua en tu casa. Cada gota cuenta.

– Planta y conserva árboles: siembra árboles en tu jardín o en un espacio público. Los árboles son pulmones verdes que capturan CO2 y liberan oxígeno, combatiendo el cambio climático y la deforestación.

– Utiliza bolsas reutilizables: evita usar las bolsas de plástico desechables y opta por bolsas de tela o reutilizables. Reduce tu consumo de plástico en general.

– Transforma tus residuos orgánicos en abono natural (compost): convierte tus restos de comida en abono para nutrir tus plantas y reducir la cantidad de basura que va a los rellenos sanitarios.

– Consume productos locales: apoya a los productores y agricultores locales comprando productos frescos de temporada. Esto reduce la necesidad de transporte y la huella de carbono de los alimentos.

En el campo:

– Practica la agricultura sostenible: aplica técnicas de cultivo que conserven el suelo y el agua (rotación de cultivos, la siembra en hileras y cobertura del suelo).

– Protege tus pastos: evita el sobrepastoreo y rota los animales en diferentes áreas para evitar la erosión del suelo.

– Conserva el agua: utiliza sistemas de riego eficientes y recolecta agua de lluvia para regar tus plantas.

– Planta árboles nativos: elige especies de árboles adaptadas a tu región para restaurar la cobertura vegetal y proteger la biodiversidad.

– Participa en iniciativas de conservación: involúcrate en las acciones que promueve tu gobierno regional y local para la lucha frente a la desertificación y la sequía. Junto a ello, únete a grupos o programas locales que trabajan para combatir la desertificación en tu comunidad.







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