El Santuario Histórico de Machu Picchu continúa liderando el camino hacia un turismo sostenible al ser reconocida, por segunda vez, como un destino Carbono Neutral. Esta distinción, otorgada por Green Initiative, confirma que la ciudadela sigue siendo la única de las siete nuevas maravillas del mundo en lograr esta certificación.
Este logro se obtuvo por primera vez en septiembre de 2021. Y tres años después, el santuario incaico no solo mantiene esta distinción, sino que se prepara para recibir una nueva certificación que ratifique su compromiso continuo con la sostenibilidad. En las siguientes semanas, se desarrollará una ceremonia con el fin de oficializar el reconocimiento.
Cabe mencionar que esta distinción es resultado del esfuerzo conjunto entre la sociedad civil, el sector público y el privado, enfocados en la conservación del patrimonio natural y cultural de la región.
Un modelo de economía circular y reciclaje
El anuncio de la posible renovación de la certificación fue realizado por Gianina Jiménez Escudero, líder de Comunicaciones, Sostenibilidad y Asuntos Corporativos en AJE, durante una visita a las plantas de reciclaje que operan en Machu Picchu. Jiménez destacó que el proyecto nació en 2014, cuando la Unesco advirtió sobre el riesgo de incluir al destino turístico en la lista de patrimonio natural en peligro debido a la mala gestión de residuos.
En respuesta, la Asociación de Hoteles Inkaterra y la municipalidad de Machu Picchu se unieron al grupo AJE para implementar un modelo de economía circular que permitiera gestionar localmente los residuos. En 2015, se establecieron cuatro plantas de procesamiento de residuos que han transformado la gestión de desechos en la región.
Una de las iniciativas más destacadas es la planta de pirolización, donde se procesan diariamente cuatro toneladas de residuos orgánicos generados por el turismo, restaurantes y hoteles de la zona. Esta planta, desarrollada en colaboración con la Universidad de Cusco, convierte los residuos en biochar, un carbono natural que enriquece los suelos y ayuda a retener dióxido de carbono.
Además, se cuenta con plantas de compactación de PET, segregación de cartón y procesamiento de vidrio. Las botellas plásticas son compactadas y enviadas a una planta de reciclaje en Lima, donde se transforman en nuevas botellas, como las de Cielo Alcalina, fabricadas 100% con material reciclado. Las botellas de vidrio son pulverizadas y utilizadas para crear adoquines y reforzar las riberas del río Vilcanota, evitando así la contaminación del río.