Sudamérica está experimentando un calentamiento climático a un ritmo similar al promedio global. En ciertas regiones, como el norte de la Amazonía, el panorama es aún más preocupante. Un estudio reciente publicado en Communications Earth & Environment revela que la cantidad de días con condiciones meteorológicas extremas —caracterizadas por altas temperaturas, sequías y baja humedad— ha aumentado drásticamente, triplicándose en los últimos años.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Chile, liderados por Raúl Cordero y Sara Feron, analizaron datos de 1971 a 2022 y encontraron que las condiciones cálidas y secas pasaron de estar presentes menos de 20 días al año en el periodo de 1971-2000 a más de 70 días en la actualidad en regiones vulnerables como la Amazonía, Maracaibo y el Pantanal brasileño. Esta tendencia no solo eleva el riesgo de incendios forestales, sino que también representa un grave peligro para la salud pública debido a la liberación de carbono negro en la atmósfera.
El estudio también destaca cómo fenómenos climáticos como El Niño y La Niña influyen en el riesgo de incendios en diferentes partes del continente, lo que subraya la necesidad de un enfoque regional para enfrentar esta crisis. Los investigadores advierten que es fundamental centrarse en los extremos climáticos en lugar de solo considerar promedios, para comprender completamente el impacto del cambio climático en los ecosistemas, la infraestructura y las comunidades humanas.
La creciente frecuencia de estas condiciones climáticas extremas pone de manifiesto la urgencia de implementar estrategias efectivas que mitiguen sus efectos y promuevan la sostenibilidad en la región. En este contexto, expertos señalan que la colaboración entre gobiernos, organizaciones y comunidades locales es crucial para hacer frente a una de las crisis más apremiantes de nuestro tiempo.