Por Stakeholders
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Hoy en día son cada vez más empresas que incluyen sistemas de refrigeración en sus modelos de negocio como parte del compromiso contra el calentamiento global.
El cambio climático, las actividades negativas producidas por los hombres, los refrigerantes, entre otras actividades que dañan cada vez el medio ambiente, ha incentivado al mundo entero y a las empresas en tomar acciones con el fin de incentivar tecnologías más limpias.
En este sentido, las empresas han optado por sistemas de refrigeración cada vez más evolucionados, por ejemplo, restringiendo total o paulatinamente el uso de ciertos refrigerantes con compuestos que dañan la capa de ozono. Dicha evolución, está enfocada al uso de materiales que, además de significar un avance de ingeniería,
sean más eco amigables.
De acuerdo a Cynthia Córdoba, jefe comercial del área de Industria de Grupo Hidráulica, este cambio reduce paulatinamente la huella de carbono y aporta al uso de contenidos más amigables.
“Es por ello que las tradicionales líneas metálicas de refrigeración secundaria recubiertas con espuma aislante a base de caucho y, en algunos casos, enchaquetadas de acero, vienen siendo reemplazadas por tuberías plásticas de tipo ABS o HDPE, con aislamiento de poliuretano y revestimiento plástico de HDPE. Este cambio a materia prima plástica reduce considerablemente el consumo de aceite y la huella de CO2 utilizados para su fabricación en comparación con la metálica”, comentó Córdoba.
Importancia de contar con este sistema
Este tipo de tecnología permite hasta un 30% más de eficiencia energética minimizando las pérdidas de presión y manteniendo la conductividad térmica baja que un sistema tradicional básico.
También, los sistemas pueden llegar a tener una vida útil mayor de alrededor de 25 años, sin la necesidad de cambiar continuamente el mismo.
Este sistema conforma un gran avance en el mundo empresarial y reafirma, de esta forma, el compromiso ambiental de las mismas.
