La 29ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) comenzará el próximo 11 de noviembre en Baku, Azerbaiyán, y aunque las expectativas son altas, aún el panorama es incierto. Esta cumbre se presenta como una oportunidad crucial para avanzar en la lucha contra el cambio climático, especialmente en lo que respecta a la financiación climática, pero también con la sombra de desacuerdos pasados y la falta de compromisos vinculantes.
La financiación climática como eje central
Uno de los temas clave de la COP29 será la financiación para la transición energética y la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo. Según un grupo de expertos internacionales, se estima que serán necesarios 2,4 billones de dólares hasta 2030 para apoyar programas de transición energética justa, adaptación, resiliencia, y conservación en los países emergentes. Aunque el Fondo para Pérdidas y Daños aprobado en la COP27 ofrece algo de esperanza, la financiación necesaria sigue siendo insuficiente y carece de un acuerdo internacional claro sobre su implementación.
¿La COP29 será una oportunidad para la descarbonización?
A pesar de las esperanzas de que se avance en la descarbonización global, la realidad es que países como Azerbaiyán, cuya economía depende del petróleo, no están dispuestos a discutir la eliminación de los combustibles fósiles. De hecho, la agenda de la COP29 ni siquiera menciona este tema crucial. La influencia de países como Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, añade un factor de incertidumbre. Durante su mandato, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París, reflejando la postura ambigua del país hacia los compromisos climáticos.
Con la ausencia de varios líderes mundiales clave, como el presidente de Francia y el presidente de la Comisión Europea, la COP29 podría no ser lo que se espera. Las próximas semanas determinarán si la COP29 puede ser más que una reunión protocolaria o si, como muchos temen, se quedará corta frente a la magnitud de los desafíos climáticos.
El papel de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas
Aunque las cumbres de la COP no suelen generar acuerdos vinculantes, las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CDN), que son los compromisos individuales de cada país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, continúan siendo el foco. Este año, se espera que varios países actualicen sus CDN, en particular los grandes emisores como China, India y la Unión Europea, cuyas contribuciones son esenciales para cumplir con el objetivo global de limitar el calentamiento a 1,5°C.