Gracias a esta iniciativa, Disal busca promover la gestión ecoeficiente de los recursos y la valorización de los residuos en toda su cadena de valor.
Cifras alarmantes
El estilo de vida que está llevando el ser humano está poniendo en riesgo la capacidad de la Tierra de proveerle los recursos naturales que requiere para satisfacer sus necesidades.
Tal es así, que según el Global Footprint Network, el pasado 22 de agosto se habría agotado todas las reservas naturales correspondientes al 2020. Y si la población no mantiene hábitos de consumo responsable para el 2050 se necesitaría de 3 planetas.
Tomando acción
Disal apuesta por el cambio, por ello a través de su programa “Construyamos por el planeta” busca promover una cultura ambiental, que propicie el uso responsable de los recursos y la valorización de los residuos para enfrentar el cambio climático en toda su cadena de valor.
Bajo este enfoque, Disal en conjunto con el Ministerio del Ambiente (MINAM), viene realizando un circuito de talleres con el objetivo de promover el cuidado del planeta en sus colaboradores y proveedores.
En esta oportunidad, Disal junto a la Dirección General de Calidad Ambiental del MINAM llevó a cabo el taller “Gestión de ecoeficiencia” dirigido a sus colaboradores, quienes pudieron conocer la importancia de aplicar hábitos de consumo responsable en el uso de energía, agua, papel y residuos durante sus actividades del hogar y el trabajo. Asimismo, llevó a cabo un concurso en el que motivó a sus colaboradores a elaborar Ecoladrillos a base de residuos no reciclables como envolturas de alimentos, bolsas de plástico o papel de aluminio, los cuales pueden ser empleados en la construcción de mobiliario e infraestructura sostenible.
Por otro lado, Disal de la mano con la Dirección General de Cambio Climático y Desertificación del MINAM desarrolló el taller “Gestión ambiental en la cadena de valor” con el que capacitó a sus proveedores en materia de buenas prácticas ambientales y el uso de la herramienta HC-Perú del Ministerio del Ambiente para medir y gestionar las emisiones de efecto invernadero que propicien sus actividades.
Lorenzo Eguren, coordinador de Proyectos de la Dirección de Mitigación de Gases de Efecto Invernadero del MINAM, destacó “es fundamental que más empresas tomen la iniciativa de involucrar e integrar a sus proveedores dentro de su gestión ambiental como una medida para propiciar un desarrollo empresarial con impacto positivo”.
A su turno, Joseph Espejo, gerente de Sostenibilidad de Disal, precisó “apostamos por hacer industria de manera responsable y estamos convencidos que es posible tomar acción por el planeta propiciando un trabajo colaborativo entre todos los actores con los que trabajamos”.
Apostando por la valorización
Diariamente en el Perú se generan más de 19 mil toneladas de residuos sólidos en el ámbito municipal, el equivalente a llenar tres estadios nacionales. De estos, el 48% termina en los botaderos, es decir, en lugares informales que ponen en riesgo la salud de las personas y del ambiente, según el Ministerio del Ambiente.
Frente a esta realidad, Disal apuesta por un modelo de negocio donde el residuo sea visto como un recurso para reutilizarlo, transformarlo o elaborar nuevos productos que le permitan a las compañías reducir su impacto en el planeta y contribuir a la generación de puestos de trabajo verdes.
“En Disal entendemos la importancia de tomar acción inmediata por el ambiente, por ello incentivamos a nuestros clientes a apostar por soluciones ambientales que los ayuden a reducir los desechos que generan, mediante la valorización de sus residuos sólidos y líquidos”, afirmó Joseph Espejo, gerente de Sostenibilidad de Disal.
Para ello, Disal gestiona distintos residuos tales como: chatarra, madera, botellas de plástico, aceite, entre otros.
Por ejemplo, los residuos como botellas de plástico, parihuelas de madera y otros pueden ser reutilizados como insumos para la construcción de oficinas bioclimáticas, calefacciones solares, aulas bioclimáticas, mobiliario sostenible o biohuertos.
Asimismo, los desechos orgánicos como cáscaras de frutas o verduras son convertidos en abono natural que luego puede ser empleado en la agricultura, mejoramiento de tierras, jardinería y otras actividades donde su uso es de vital importancia.
Gracias a iniciativas como éstas, Disal contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al evitar el traslado de este tipo de desechos a rellenos sanitarios, y además, aumenta el tiempo de vida útil de los mismos.