El río Tambo, vital para la provincia de Islay en Arequipa, enfrenta una grave crisis ambiental: sus niveles de arsénico sobrepasan en un 2000% los límites establecidos para consumo humano, según reveló un reciente estudio del Gobierno Regional de Arequipa (GORE). Además, se reportaron concentraciones alarmantes de cadmio (240% por encima del límite) y boro (200%), entre otros metales pesados.
Estos preocupantes datos fueron presentados durante una reunión técnica en Islay, encabezada por el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, y el gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez. El encuentro también contó con la participación de autoridades locales, quienes analizaron posibles soluciones para mitigar el impacto de la contaminación que afecta a aproximadamente 60,000 personas en la región.
Una crisis con propuestas en desarrollo
El gerente regional de Medio Ambiente, Fernando Mejía Vargas, subrayó que las aguas del río Tambo actualmente se clasifican como A3, aptas solo para riego, a pesar de que su uso incluye abastecimiento humano.
Frente a esta situación, el GORE Arequipa propone adquirir 23 plantas potabilizadoras que permitirían eliminar el arsénico y el boro, garantizando agua segura para el consumo. Sin embargo, esta iniciativa requiere la aprobación del Ministerio de Vivienda y fondos adicionales, motivo por el cual el gobernador Sánchez solicitó ampliar la declaratoria de emergencia.
Causas y desafíos históricos
El problema de contaminación en el río Tambo no es nuevo. Estudios previos han señalado posibles causas naturales, como emanaciones de géiseres volcánicos, y actividades humanas, como los vertimientos provenientes de la mina Florencia Tucari en Moquegua. A pesar de la urgencia, las soluciones integrales han enfrentado barreras técnicas, políticas y sociales.
Durante la reunión, los pobladores del Valle de Tambo también hicieron sentir su preocupación, demandando la cancelación del proyecto minero Tía María. Las tensiones en la zona reflejan la complejidad de equilibrar las necesidades económicas y ambientales en una región con gran dependencia de sus recursos naturales.
La contaminación del río Tambo no solo afecta la salud y calidad de vida de la población de Islay, sino que también representa un desafío para la sostenibilidad ambiental y económica del sur peruano. La propuesta de implementar plantas potabilizadoras podría ser un paso hacia un manejo más responsable de los recursos hídricos.