En el Perú, 9 de cada 10 personas (3.3 millones) no tienen agua potable y 8 de cada 10 (6.4 millones) no tiene desagüe. Así lo informó el presidente ejecutivo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), Mauro Gutiérrez.
Según indicó, la falta de este servicio «es una desventaja corrosiva», ya que afecta la salud, la educación, al acceso al trabajo y otras capacidades del ser humano.
De acuerdo a diversas investigaciones, en los hogares que cuentan con el servicio de agua potable, los casos de diarrea se reducen en 10% y si además tienen instalaciones sanitarias la tasa disminuye en 20%. Estudios también han corroborado que el acceso al agua potable y alcantarillado acorta en 13% la desnutrición crónica infantil, porque contribuye a prevenir las enfermedades diarreicas agudas. Además, al incrementarse en 10% la cobertura de agua potable, se reducen los casos de anemia en 7.9% en una comunidad.
“En el ámbito rural 2 de cada 10 niños menores de 5 años tiene desnutrición, y 5 de cada 10 infantes de 6 a 36 meses tiene anemia. He ahí la importancia del acceso al agua segura, pues está comprobado, con evidencia, que disminuye los episodios de diarrea en la niñez y por ende el riesgo de desnutrición crónica infantil”, indicó Fanny Montellanos Carbajal, viceministra de Políticas y Evaluación Social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Asimismo, Katia Anahí Granados Guibovich, directora ejecutiva de la Unidad de Desarrollo de Investigación, Tecnologías y Docencia del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, resaltó que con el acceso al agua las infecciones intrahospitalarias disminuyen con el lavado de manos y destacó cómo se mejoran los indicadores de salud cuando se cuenta con agua segura. Afirmó que, además, la falta de agua potable y saneamiento se relaciona con el incremento de enfermedades transmitidas por vectores, como dengue, zika y chikungunya.
Educación y agua
En el ámbito rural sólo 3 de cada 100 personas recibe agua adecuadamente clorada. Se ha comprobado que, en este ámbito, al acceder a los servicios de saneamiento, un grupo de estudiantes mejoraron sus calificaciones, se enfermaron menos y no faltaron a clase. Asimismo, que el beber agua saludable durante la jornada escolar, mejora el rendimiento de los alumnos y les ayuda a concentrarse hasta 8 minutos adicionales.
“Según los datos del último Censo Educativo, el porcentaje de locales públicos conectados a la red de agua potable es de 83% en el ámbito urbano y 25% en el rural. Las regiones con menores porcentajes de conexión a la red de agua potable son Huánuco 25%, Ucayali 15%, Loreto 10%”, precisó Daniel Alfaro Paredes, fundador de PIRKA Consultoría.
Se requieren de políticas públicas
Por otro lado, un estudio desarrollado por el Senamhi y la Sunass, reveló que entre los años 2036 y 2065 la disponibilidad de las cuencas que aportan agua a las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS), y abastecen a la población de las ciudades, se reducirían hasta en un 25 %, como producto de los efectos del cambio climático.
“Las políticas públicas bien hechas requieren continuidad para un Estado sólido. La gestión de los servicios ecosistémicos hídricos en los servicios de saneamiento es estratégica, así como la calidad de fuente y calidad del servicio. Es importante estar muy cercanos al debate para visibilizar al recurso hídrico con una voz más fuerte”, indicó Manuel Pulgar-Vidal, líder de la Práctica Global de Clima & Energía de WWF Internacional.
Foro “Las Caras del Agua”
La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), junto a la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), desarrollaron el foro “Las Caras del Agua”, en el que se evidenció el impacto de los servicios de agua potable y alcantarillado en la salud, educación, economía y el ambiente.
“Hemos tomado la decisión de formar una alianza estratégica con la Sunass, porque nos parece que desde hace décadas el sector requiere un shock de gestión que permita mejorar la prestación del servicio”, precisó Flavio Ausejo Castillo, director de Formación Continua de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP.