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Empaques sostenibles: entre la intención y la acción

El avance hacia empaques sostenibles en el Perú refleja una transformación cultural y empresarial que va más allá de una tendencia ecológica. La adopción de materiales circulares, el ecodiseño y la educación ambiental se perfilan como claves para lograr un consumo responsable y un mercado competitivo con propósito.

Por Renzo Rojas

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La preferencia por los empaques sostenibles viene ganando protagonismo en el mercado peruano, aunque todavía enfrenta diversas barreras para consolidarse. La falta de información, el costo económico y la escasa culturización ecoamigable son algunos de los factores que impiden que más consumidores opten por productos sostenibles.

En los últimos años, la conciencia ambiental en el Perú ha crecido de manera constante, especialmente entre los consumidores jóvenes —millennials y de la Generación Z—, señala Marcos Alegre, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.

“Las campañas de educación ambiental, la normativa que prohíbe el plástico de un solo uso, la presión social por reducir plásticos y el surgimiento de marcas nacionales con enfoque ecológico han fortalecido esta conciencia”, remarca.

Estudios respaldan este cambio de mentalidad. Datos de la consultora NielsenIQ revelan que el 78 % de los consumidores en América Latina se preocupan por el medio ambiente; mientras que, según Kantar Ibope Media, el 82 % de los peruanos espera que las marcas sean responsables con su impacto ambiental.

“La cultura del consumo en Perú ha evolucionado en los últimos años. Antes, los criterios de compra estaban enfocados principalmente en el precio. Actualmente, aspectos como el origen de los materiales y la posibilidad de reciclaje o reúso empiezan a ser considerados, especialmente entre los consumidores más jóvenes, quienes muestran una mayor preocupación ambiental”, sostiene Gabriela Velarde, gerente de sostenibilidad de Pamolsa.

Gabriela Velarde – Gerente de sostenibilidad de Pamolsa

Esta tendencia, explica, responde también a un movimiento global impulsado por el cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación de recursos naturales.

Conectar emocionalmente

Hablar de empaques sostenibles implica una corresponsabilidad entre todos los actores de la cadena: productores, distribuidores y consumidores. El rol del consumidor es decisivo, pues sin su participación activa ningún modelo circular logra cerrar el ciclo. Así lo destaca Milagros Quillama, coordinadora de proyectos en Economía circular de DEUMAN, quien reconoce un cambio gradual en la conciencia ambiental del país, especialmente entre los jóvenes.

“Cada vez más personas reconocen el impacto de sus decisiones de compra y muestran disposición a preferir productos con empaques reciclables o retornables, siempre que la experiencia de uso sea equivalente y el precio accesible”, complementa.

Un estudio de ALPLA Norteamérica refuerza esta propensión: el 67 % de jóvenes entre 18 y 34 años está dispuesto a incorporar hábitos diarios que les permitan adquirir productos con envases sostenibles. No obstante, pasar de la intención a la acción sigue siendo un reto, sobre todo en el Perú.

Velarde comenta que esta ecotendencia está condicionada por la capacidad económica de los consumidores y por la percepción del valor que estos productos ofrecen frente a sus costos.

“Si bien un informe de Kantar IBOPE (2023) reveló que el 65 % de los peruanos está dispuesto a pagar más por productos sostenibles, la realidad muestra que el costo sigue primando sobre la sostenibilidad; la mayoría opta por la opción más económica si la diferencia de precio es significativa”, añade.

La disposición a pagar un precio adicional continúa siendo un factor determinante. En ese sentido, Marcos Alegre coincide en que todavía estamos en un proceso de cambio: “Muchas personas quieren elegir opciones sostenibles, pero no siempre están dispuestas a pagar más, sobre todo cuando el presupuesto es ajustado”.

Marcos Alegre – Profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico

Más allá de los costos, existen otras barreras. Según Gabriela Velarde, la falta de información sobre los beneficios ambientales y la desconfianza respecto a si los productos son realmente sostenibles generan incertidumbre en los consumidores.

“Además, muchas opciones sostenibles no están disponibles en todos los segmentos del mercado ni en todas las regiones del país, lo que limita su acceso”, puntualiza.

Para Milagros Quillama, cerrar la brecha entre intención y acción requiere que las empresas y las autoridades faciliten la experiencia circular, mediante envases claramente identificables, sistemas de devolución simples y recompensas tangibles —como descuentos o programas de fidelidad—.

“Las campañas de comunicación también son cruciales: no basta con informar, hay que conectar emocionalmente con el sentido de impacto positivo que genera cada gesto del consumidor”, afirma.

Milagros Quillama – Coordinadora de proyectos en Economía circular de DEUMAN

Asimismo, una mayor apuesta de los consumidores por los empaques sostenibles dependerá no solo de un cambio de mentalidad, sino también de factores externos.

“La sostenibilidad se está convirtiendo en un requisito en cadena, y no solo en una diferenciación voluntaria. Esta tendencia seguirá creciendo con el tiempo, impulsada por una mayor conciencia ambiental global, el acceso a la información y la evolución de la regulación tanto a nivel local como internacional”, explica Gabriela Velarde.

Costos e infraestructura

Empresas como Pamolsa, dedicada al diseño, fabricación y comercialización de empaques y envases para alimentos, la agroindustria y otros sectores, vienen implementando estrategias de economía circular mediante un enfoque integral que abarca todo el ciclo de vida del producto, desde su diseño hasta su disposición final.

“Diseñamos empaques con un enfoque de ecodiseño, fabricando productos monomaterial y con uso de plástico reciclado en su composición, con hasta 100 % de resina reciclada. Además, evaluamos constantemente atributos sostenibles para incorporar en nuestros productos, todo esto de la mano de nuestros clientes”, detalla Gabriela Velarde.

Sin embargo, la compañía enfrenta retos significativos, como la limitada infraestructura de reciclaje en varias regiones del país y la alta informalidad en el sector.

Milagros Quillama señala que, tanto en el Perú como en gran parte de América Latina, las empresas afrontan desafíos similares para avanzar hacia empaques circulares.

“A pesar de los avances normativos, aún existe una brecha importante en la capacidad de recojo, clasificación y trazabilidad de materiales. Muchos empaques que son técnicamente reciclables no llegan a reincorporarse a nuevos ciclos productivos por falta de sistemas eficientes de retorno”, sostiene.

Otro obstáculo es el costo y la percepción del riesgo, ya que transitar hacia empaques circulares implica rediseñar procesos, invertir en nuevos materiales y ajustar las cadenas de suministro.

“En un contexto económico desafiante, muchas empresas medianas y pequeñas priorizan la continuidad operativa sobre la innovación ambiental, lo que retrasa la adopción de soluciones más sostenibles”, menciona.

Desde Pamolsa reconocen la creciente preocupación de los clientes por contar con empaques sostenibles. No obstante, también identifican una contradicción importante: aunque existe demanda, muchos clientes no están dispuestos a pagar un precio adicional.

“Esto representa un reto significativo, ya que actualmente el desarrollo e implementación de soluciones sostenibles suele implicar una inversión mayor en innovación, materiales y procesos. Además, reconocemos que la sostenibilidad todavía no es un factor decisivo de compra para algunos consumidores”, apunta Velarde.

Finalmente, Milagros Quillama subraya otro desafío clave: la falta de articulación entre regulación, mercado e innovación. Si bien la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor representa un avance importante, su implementación aún es incipiente.

“Por otro lado, muchas empresas carecen de guías técnicas claras sobre ecodiseño, materiales compatibles o estándares, lo que dificulta decisiones seguras y escalables”, enfatiza.

El avance hacia un mercado verdaderamente sostenible en el Perú requiere del compromiso conjunto de todos los actores de la cadena de valor. Las empresas tienen hoy la oportunidad de liderar esta transición a través de la innovación, el ecodiseño y la implementación de modelos circulares que reduzcan el impacto ambiental sin sacrificar la competitividad.

Por su parte, los consumidores —cada vez más informados y exigentes— están llamados a consolidar esta transformación con decisiones de compra responsables. En ese sentido, apostar por empaques sostenibles no solo representa un compromiso con el medio ambiente, sino también con el futuro de una economía que busca crecer de manera responsable y con propósito.




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