Medio ambiente - Economía verde

El eslabón verde de la sostenibilidad: emprendimientos que transforman

Más que un vínculo comercial, los pequeños negocios con propósito sostenible se convierten en aliados estratégicos que generan competitividad, confianza y nuevas oportunidades para un desarrollo empresarial responsable.

Por Renzo Rojas

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Los emprendimientos con impacto social y ambiental son una fuerza clave para nutrir de manera sostenible las cadenas de valor en distintas industrias. Su presencia en el Perú es cada vez más sólida, impulsada por un espíritu emprendedor que marca la diferencia. Solo entre 2020 y 2024, el Sernanp financió 133 negocios con un enfoque sostenible, mientras que la Red Kunan agrupa hoy a más de 400 emprendimientos provenientes de todas las regiones del país.

Desde la economía circular hasta la inclusión social y la transformación digital, estos emprendimientos, al incorporarse como proveedores, fortalecen no solo su propia sostenibilidad, sino también la de grandes empresas en el Perú. Para Tita Zúñiga, subdirectora de Emprende UP y coordinadora del proyecto Climatech, este tipo de negocios son una fuente de innovación y de soluciones que ponen en el centro el respeto por el medio ambiente.

“Como proveedores de grandes empresas, contribuyen a que estas reduzcan su huella de carbono, diversifiquen sus insumos y fortalezcan prácticas de comercio justo. Estas prácticas, además de responder a marcos regulatorios cada vez más exigentes, generan cadenas de valor resilientes, transparentes y alineadas con los ODS”, explica.

Tita Zúñiga – Subdirectora de Emprende UP y coordinadora del proyecto Climatech

Un ejemplo claro es Recidar, una organización que apuesta por dar una segunda vida a objetos usados provenientes de familias y empresas. Estos artículos llegan a su bazar ecosocial, donde se convierten en una alternativa de compra segura para poblaciones en situación de vulnerabilidad económica. Con este modelo, la iniciativa no solo fomenta el acceso a bienes de calidad a bajo costo, sino que también impulsa la sostenibilidad ambiental bajo un enfoque de economía circular, en alianza con distintas compañías.

Boris Gamarra, gerente general de Recidar, resalta que las empresas aliadas obtienen un valor añadido: reciben mediciones sobre el impacto ambiental positivo que generan, lo que les permite fortalecer sus estrategias de sostenibilidad y avanzar en el cumplimiento de los ODS, así como en procesos de certificación internacional como las ISO.

“Les proporcionamos información sobre los ítems reutilizados, los kilogramos evitados en rellenos sanitarios y el CO 2 mitigado, así como de un resumen anual del impacto social. Estos resultados los comunicamos de manera constante en nuestras distintas redes, con el fin de mejorar la visibilidad y el alcance de lo que venimos realizando en conjunto”, manifiesta.

Un vínculo con impacto

Los emprendimientos socioambientales suelen surgir a partir de una problemática concreta que buscan transformar, siempre con un propósito claro y bien definido. Sin embargo, en su proceso de crecimiento requieren del apoyo de otras empresas o de aceleradoras que les permitan escalar su impacto, explica Cinthia Varela, cofundadora y presidente de The Family Business School.

“Sin las herramientas de gestión adecuadas, no logran escalar. Considero que debe haber mucha capacitación técnica y de gestión. Ahí es donde cumplen un rol fundamental no solo las redes, sino también las incubadoras y aceleradoras”, menciona.

Cinthia Varela – Cofundadora y presidente de The Family Business School

En este punto, las empresas tractoras pueden tener un rol decisivo. Según Cinthia Varela, los emprendimientos necesitan una formación sólida, práctica y aplicable en aspectos clave como ASG, gestión de calidad, eficiencia y certificaciones. Además, requieren orientación para aprender a trabajar de manera efectiva con corporativos y así potenciar sus oportunidades de crecimiento.

“En la actualidad, debe existir una correlación entre lo que hacen los emprendimientos y la estrategia de sostenibilidad de las compañías. Ese vínculo tiene que generar un impacto que vaya más allá de lo mediático o reputacional”, indica.

Convertirse en proveedor de una gran empresa representa un reto para los emprendimientos, sobre todo porque los mercados globales exigen altos estándares. Tita Zúñiga explica que las certificaciones y los estándares de sostenibilidad funcionan como un verdadero puente de confianza entre emprendedores y corporaciones, al garantizar calidad, trazabilidad y el cumplimiento de prácticas responsables.

“Les aseguran su inclusión en procesos de compras corporativas y el ingreso a mercados internacionales, en la medida en que se les exige profesionalizar su gestión, mejorando así su eficacia operativa y competitividad”, añade.

Del mismo modo, las empresas pueden potenciar a este tipo de emprendimientos no solo mediante programas, talleres o capacitaciones en los aspectos mencionados, sino también facilitando innovación y acceso a liquidez, por ejemplo. Como subraya Cinthia Varela: “Un financiamiento adecuado y flexible. Que ayude a los emprendimientos tengan capital semilla o fondos”.

El impulso corporativo

Boris Gamarra reflexiona que los emprendimientos de impacto social y ambiental se desarrollan en un mercado que aún requiere incentivos para crecer y consolidarse. Al mismo tiempo, destaca la importancia de fortalecer el alcance de su impacto para que su contribución sea más significativa.

“Las grandes compañías aún deben comprender mejor este tipo de mercado y los beneficios que les genera, ya que un alto porcentaje todavía no quiere invertir en él dentro de sus procesos, pues no perciben su rentabilidad a mediano y largo plazo”, remarca.

Boris Gamarra – Gerente general de Recidar

Las grandes compañías pueden marcar el paso en esta relación. Según el estudio Corporaciones y empresas sociales con impacto en el Perú (2021), elaborado a partir de encuestas y entrevistas a emprendedores sociales, el 47 % de emprendimientos afirmó haber tomado la iniciativa para iniciar la conversación con una gran empresa. Además, cerca del 76 % señaló que su principal motivación para vincularse fue el desarrollo de proyectos conjuntos.

Más allá de un simple vínculo comercial, existe un enorme potencial en la creación de programas que generen beneficios tanto para el negocio como para la compañía. Desde el ámbito corporativo, aspectos como la formalización de proveedores representan una de las áreas clave donde se puede aportar valor.

“Es vital que el corporativo promueva e impulse el ecosistema, especialmente con miras a contar con proveedores de impacto, ya que cada vez se busca implementar con mayor fuerza políticas de compras sostenibles”, enfatiza Cinthia Varela.

Afortunadamente, programas como “Negocios Competitivos” del GRI han acompañado a empresas de todos los tamaños en la elaboración de sus primeros reportes de sostenibilidad, facilitando así su inclusión en cadenas de valor globales a través de compañías ancla. En una de sus ediciones, esta iniciativa permitió que 377 empresas publiquen su primer informe, de las cuales más del 80 % eran proveedores —micro, pequeñas y medianas empresas— de grandes corporaciones.

El reto ahora es que más compañías apuesten decididamente por cadenas de valor sostenibles, integrando no solo a pequeños negocios, sino también a emprendimientos con impacto social y ambiental. Apostar por ellos significa fortalecer el modelo de negocio de las grandes empresas y, al mismo tiempo, ampliar el alcance del impacto positivo. La ruta ya está trazada.




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