Medio ambiente - Agua
Día Mundial del Agua: gestionar mejor el recurso para un desarrollo sostenible
En medio de una coyuntura global que pone en riesgo la seguridad alimentaria, el mundo mira hacia América como una alternativa de supervivencia, pero se encuentra con que el Cono Sur del continente, una de las zonas con los campos más fértiles, está seco.
El Cono Sur americano, que ha sido tradicionalmente una despensa mundial tanto de cereales como de carne, está siendo sacudido por una sequía que, si bien coincide con el verano austral actual, los expertos temen que se extienda debido al cambio climático.
La disparidad de ciclos climáticos y la mano del hombre pueden hacer que la sequía se apodere definitivamente de la región, lo que ahondará la crisis, justo en un momento en el que la pandemia y la invasión rusa a Ucrania han amenazado la cadena mundial de alimentos.
La falta de agua en el suelo condiciona la producción y la calidad de los cultivos, especialmente la de arroz, que requiere grandes cantidades del recurso hídrico.
En Perú, entre 7 y 8 millones de ciudadanos aún no tienen agua potable, y Lima es la ciudad más vulnerable: es la segunda capital en el mundo asentada en un desierto y solo llueve 9 milímetros al año. El río Rímac es el principal proveedor de luz y agua para la población de Lima y Callao, (74.5% de agua) y es la cuenca más deteriorada en términos ambientales.
Unos 1.5 millones de ciudadanos asentados en la capital peruana no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado. Existe un notorio contraste entre la zona urbana y periurbana, donde los pueblos jóvenes y pequeños asentamientos humanos no gozan del servicio de agua, ni desagüe, como el resto de zonas de Lima que sí. Estos ciudadanos son abastecidos de agua a través de camiones cisterna que les venden el recurso a un costo elevado, pagando hasta dos veces más, en comparación con las personas que tienen una conexión domiciliaria.
«Por ello, una eficiente y sostenible gestión de los recursos hídricos constituye una pieza clave para el desarrollo del país», señaló María Caballero Espejo, especialista de Adaptación al Cambio Climático del Ministerio del Ambiente, en un conversatorio organizado por el Día Mundial del Agua e impulsado por el Ministerio del Ambiente. La experta agregó que esta tarea de vital importancia se encuentra relacionada a una diversidad de factores, entre ellos, la propia naturaleza, la tecnología, los requerimientos de uso y las diferentes percepciones dentro de una misma comunidad de lo que más conviene a su bienestar.
“Las consecuencias de la escasez y estrés hídrico son amplias y afectan el equilibrio de los ecosistemas naturales de manera sistémica, lo que incluye sistemas humanos y el desarrollo de las poblaciones. Desde un punto de vista global, el acceso al agua para consumo y servicios de sanitización son esenciales para el desarrollo de la vida humana y hoy se encuentran profundamente amenazados”, dijo Caballero.
La gestión de los recursos hídricos que realiza la Autoridad Nacional del Agua (ANA) incluye la promoción de las labores en los diferentes ámbitos que integran la realidad peruana para garantizar agua en calidad, cantidad y oportunidad de manera equitativa. Sin embargo, también urge reivindicar la labor de las organizaciones de usuarios de agua para riego.
Estos actores se desempeñan dentro de una actividad fundamental para el desarrollo económico del país, como es la agricultura, ya sea de pequeña, mediana y gran escala. Son quienes administran el agua de uso agrícola conjuntamente con la ANA, toman decisiones y tienen una participación estratégica para el desarrollo de la institucionalización del Sistema Nacional de Recursos Hídricos (SNRH): su participación y acercamiento al Estado es crucial para fortalecer la gobernanza del agua del Perú y “mejorar el uso de este recurso, a través de la igualdad al acceso, disponibilidad, calidad y cantidad”, resaltó Juan Mere García, Presidente de la Junta de Usuarios del Distrito de Riego de Ica.
Las decisiones de estas organizaciones han ido cobrando fuerza, debido a sus acciones colectivas, respecto a sus estrategias de sustento de la vida, la identidad y las prácticas culturales y políticas. En este contexto, se desarrollaría la seguridad hídrica en los Andes rurales, en base a la certeza de los colectivos de tener acceso al agua en una calidad y cantidad definidas, para lograr un sustento de vida y mantener sus prácticas sociales y culturales relacionadas.
En el evento también participaron Clara Vásquez Santisteban, vicepresidenta de Usuarias Rurales de la región Lambayeque, quien instó a la promoción de políticas a favor del cuidado del agua. “Se requiere mayor inversión para desarrollar ciencia y tecnología del agua. Debería existir una clara política de estado para vincular la universidad, empresa y estado, a fin de resolver los problemas del agua en base a la ciencia, tecnología e ingeniería”, dijo.
Por su parte, Luz Calle Ortega, administradora local de Agua Chancay, pidió iniciar estudios a nivel de país para evaluar la factibilidad de trasvase de agua de cuencas amazónicas hacia cuencas deficitarias de la vertiente del Pacifico.
“Para enfrentar los futuros cambios del clima, se requiere implementar cambios en la gestión y la infraestructura para mejorar la capacidad adaptativa de los sistemas hidrológicos y de recursos hídricos”, puntualizó.