Por Stakeholders

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Micaela Rizo Patrón, gerente general de Perú 2021, comenta acerca del décimo aniversario del Distintivo Empresa Socialmente Responsable (DESR), los cambios que han tenido en este tiempo y sus compromisos de cara al Bicentenario del país.

POR ILLARI LOAIZA CÓRDOVA
iloaiza@stakeholders.com.pe

Recientemente el Distintivo Empresa Socialmente Responsable cumplió diez años. ¿Cómo han recibido este décimo aniversario?
Con emoción, es un orgullo ver la evolución del Distintivo en estos diez años, que se refleja directamente en un aumento de exigencia para potenciar las mejores prácticas de las empresas. Pasó de ser una postulación básica con un check list, donde el foco de muchas empresas era el sello reputacional, a ser una herramienta de gestión muy exigente que evalúa a las empresas bajo criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y les permite medir su avance e identificar oportunidades de mejora a través de indicadores claros.

Con respecto al aumento de la exigencia, ¿Cuál ha sido la respuesta de las empresas frente a los estándares cada vez más ambiciosos?
Ha sido más difícil para las empresas obtener el Distintivo en los últimos años porque claramente la exigencia es mayor. Uno tiene que demostrar con evidencias que cumple cada uno de los criterios. Sin embargo, vemos con orgullo que la participación de las empresas se ha visto constante y sólida en el tiempo, lo cual nos confirma que realmente les aporta como un instrumento para su gestión.

Acerca del camino de la sostenibilidad de las empresas, ¿cómo crees que las organizaciones van a enfrentar la crisis climática en los próximos años?
La ruta de la sostenibilidad implica que las empresas conecten desde el propósito y el eje central del negocio con el triple impacto y el valor compartido que puedan generar para asegurar un desarrollo resiliente en el tiempo. Sin ello, será difícil que una empresa opere en el largo plazo.

En esa línea, son cada vez más las empresas que reconocen las amenazas del cambio climático, sus riesgos y vulnerabilidades. Se estima que en el 2017, se perdieron US$3.124 millones a causa del Fenómeno de El Niño Costero (Fuente Profonanpe). Frente a los desafíos de cambio climático que enfrentamos, el costo de la inacción es alto. Hoy resulta esencial para las empresas realizar acciones de mitigación y adaptación con un enfoque de riesgo conectando con sus entornos y grupos de interés. Justamente esta es una temática que aborda el Distintivo y en la que hemos visto que las empresas aún tienen varias oportunidades de mejora. Para ello, les aportamos recomendaciones y ejemplos de referencia para que optimicen sus prácticas.

¿Consideras que se han dado cambios en cómo las empresas piensan en sostenibilidad hoy en día?
Sí, creo que hay una clara evolución en pasar de la responsabilidad social a la sostenibilidad. Si bien la RSE implica acciones positivas como voluntariados o donaciones, en la mayoría de casos se lleva a la práctica como algo aislado al eje central del negocio. El cambio a la sostenibilidad implica que la empresa se reconoce como parte de un sistema más amplio, interconectado con su entorno y grupos de interés. Esta interconexión parte de una matriz de materialidad, de entender y profundizar en los riesgos para la operación en todas sus aristas vinculadas a temas sociales, ambientales y de gobernanza.

«Lo que no se mide, no se gestiona»

¿La pandemia tuvo que ver con ese cambio?
Creo que hay muchos aprendizajes valiosos que nos ha traído la pandemia. El reconocer la importancia de esta interconexión e interdependencia con nuestros grupos de interés es uno de ellos. La única forma de reactivar la economía y mantener las cadenas de pago vivas ha sido a partir de trabajar de la mano con proveedores y clientes, asegurando que los demás estén bien y operando para que la empresa pueda estar bien también.

El otro aprendizaje para las empresas es la importancia de tener un propósito claro, tener ese norte que te guía, te va a dar resiliencia para volver a tu centro después de la crisis y los grandes retos que vivimos en múltiples niveles.

¿Consideras que la visión de sostenibilidad en una organización ayuda a adaptarse a los cambios?
La tendencia va claramente hacia eso. Justamente las empresas que han logrado adaptarse mejor a los retos de este último año, y han tenido más resiliencia, han podido salir adelante más rápido, a partir de una visión y propósito claros. Han sabido responder a las crisis y adaptarse de mejor manera. De todas formas, son tiempos complejos que implican cambios en múltiples niveles, y es esta visión de sostenibilidad, desde el corazón del negocio el que potencia esa resiliencia y trascendencia para que pueda ir de la mano con la adaptación necesaria para afrontar los retos que enfrenta cada empresa tanto a nivel interno como externo.

¿Cómo es la relación entre el Distintivo y las empresas que lo obtienen?
Las empresas que postulan al Distintivo acceden a una plataforma especializada, en la cual van subiendo su información en respuesta a diferentes criterios con indicadores clasificados en ejes. Luego de que su información es evaluada al detalle, reciben una calificación por cada indicador que viene acompañada de recomendaciones y herramientas específicas.

Este proceso permite que la empresa tenga una matriz de todas sus acciones, que según sus resultados evalúe su desempeño año a año y se compare con el promedio de su sector y que según las recomendaciones implemente acciones concretas para continuar su avance de mejora sobre su gestión de sostenibilidad. Estas características convierten al DESR en una herramienta dinámica e integral.Además de la evaluación anual en la que obtienen el Distintivo, las empresas oficialmente pueden usar el sello del Distintivo durante todo el año, como reconocimiento de sus buenas prácticas sociales, ambientales y de buena gobernanza.

¿Hay alguna especie de seguimiento o acompañamiento que se realice a las empresas una vez entregado el Distintivo?
Según los resultados de cada edición, nos enfocamos en aportar a que las empresas mejoren en las temáticas donde el desempeño promedio ha sido más débil. Por ejemplo, diversidad e inclusión fue uno de los temas donde se encontraron puntajes más bajos, por ello nos aseguramos de organizar sesiones especializadas donde se aborden los puntos más débiles y donde también se muestren los casos de las empresas que destacaron. De esta manera, el DESR no es solo una herramienta de medición para las mismas empresas, si no también para que desde nuestro rol podamos aportarles en su aprendizaje y desarrollo en sostenibilidad.

En estos diez años de camino, deben haber encontrado algunas dificultades…

Una de las dificultades que resaltaron algunas empresas, hace tres años, era que en nuestro proceso de mejorar el Distintivo como herramienta, optimizamos y cambiabamos los indicadores, y esto complicaba el hacer seguimiento año a año a sus avances. A raíz de ese inconveniente, hemos asegurado que haya una trazabilidad al 100% manteniendo constantes los indicadores, ejes temáticos y los temas evaluados.. Constantemente se mejoran criterios específicos, sin embargo, esto no representa un inconveniente para comparar el desempeño todos los años de manera que funciona efectivamente como una herramienta de gestión para las empresas.

En un futuro próximo, ¿están en sus planes expandir el alcance del Distintivo?
Sí, 100%. Creemos que el Distintivo es una herramienta de gestión que sirve en múltiples niveles, no solo para empresas grandes, sino también para PYMEs. Estamos convencidos de que es a través de la medición y gestión que vamos a lograr aportar a la mejora continua del sector empresarial peruano. Es esencial promover este tipo de herramientas a nivel país para lograr mayor impacto reforzando prácticas que atiendan las brechas sociales para mejorar la calidad de vida de las personas, que promuevan un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, y que promuevan institucionalidad y transparencia a través de la buena gobernanza. Precisamente, para poder regenerar ese ‘tejido’ de confianza, ese bienestar social que se ha quebrado con lo que venimos viviendo.

¿Cómo reciben el Bicentenario desde el Distintivo Empresa Socialmente Responsable?
De cara al Bicentenario siento que es importantísimo reforzar el rol esencial de las empresas como motores de desarrollo para el país. Como motor de progreso, como generadoras de bienestar. Las empresas no van a parar porque tienen este compromiso con sus colaboradores, con sus clientes, con sus proveedores, con su entorno. Nos toca restablecer esa confianza y la esperanza también. Para salir adelante como peruanos tenemos que engranar y avanzar juntos y justamente, las empresas cumplen un rol esencial en esa reactivación y generación de bienestar.

¿Y desde Perú 2021?
Desde Perú 2021 reafirmamos nuestro rol articulador para activar a las empresas como agentes de cambio para el desarrollo sostenible.

Hemos llegado a este año tan emblemático para nosotros, en el que reforzamos nuestra visión original: Perú 2021 nació en el año 1995 con una visión de un Perú próspero, un Perú pacífico, democrático y justo. Hoy esa visión trasciende hacia un Perú Sostenible. En este año complejo que vivimos, nos llevamos la tarea de visibilizar las mejores prácticas de las empresas como motor de desarrollo de nuestro país, avanzando en la ruta de la sostenibilidad, guiados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible.







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