Benjamín Montoya Vélez
Psicólogo y Director de Gestión Social en ONG Cabani Salud
La violencia de género es un problema interseccional que afecta a millones de mujeres a nivel mundial, con consecuencias devastadoras para las víctimas y la sociedad. Frente a esta situación, cada uno de nosotros podemos ser agentes de cambio. Como líderes de empresas, no es solo una obligación moral sino también una estrategia imperativa para combatir esta problemática. Más allá de la responsabilidad social de las empresas, entender los aspectos psicológicos de la violencia de género es clave para crear espacios seguros e inclusivos en ambientes laborales los cuales tienen que promover bienestar y productividad.
La violencia de género proviene de creencias y actitudes profundamente arraigadas a la cultura y las normas sociales (ej. machismo) que nos rodean a diario, y – en el Perú – perpetúan la desigualdad y la discriminación de las poblaciones más vulnerables. Cuando hablamos del ámbito laboral-empresarial, este ciclo de violencia usualmente se manifiesta de formas psicológicas sutiles con el uso de estereotipos de género, desequilibrios de poder y ambientes laborales hostiles cuyas víctimas son sobre todo mujeres y diversidades.
Es importante reconocer el factor psicológico subyacente que implica la violencia de género en espacios laborales. Por ejemplo, las microagresiones y la exclusión crean ambientes hostiles que exacerban aún más desigualdades de género. Tomando consciencia de estos temas, los líderes pueden crear o reestructurar culturas organizacionales que vayan más allá de talleres de sensibilización que se den un par de veces al año en fechas importantes. Sin minimizar la importancia de dichos talleres, es importante tomar acción todo el año y aún más importante crear una cultura organizacional de respeto, igualdad e inclusividad.
Existen algunas acciones para líderes del sector privado que se pueden tomar de una forma semi-inmediata como:
- Concientización y educación: invertir en programas de sensibilización comprensivos para generar consciencia sobre la violencia basada en género y su impacto psicológico. Estos programas ayudan a colaboradores a reconocer y desafiar conductas perjudiciales, promover empatía, y una cultura de apoyo y entendimiento.
- Implementación de políticas de tolerancia-cero en contra de cualquier forma de violencia laboral: establecer canales claros para reportas incidentes y asegurar confidencialidad y protección para las víctimas que reporten dichos incidentes.
- Promover igualdad de género: examinar prácticas actuales de la empresa y rectificar disparidades de género. Promover la representación y participación de mujeres en liderazgo, equipos más diversos han demostrado mejores resultados. Según un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte en Pembroke, el 75% de las empresas con equipos diversos llegan a superar sus objetivos financieros.
- Promover intervención de espectadores: empoderar a colaboradores para crear una cultura en donde todos se sienten libres de reportar casos de cualquier tipo de violencia o indicio de violencia presenciado.
- Proveer apoyo y recursos: ofrecer consejería y servicios de apoyo a colaboradores que han experimentado algún tipo de violencia.
- Liderar a través del ejemplo: encarnar los valores que buscan promover dentro de sus organizaciones. Demostrando respeto e inclusividad, los líderes establecen el tono de todo el ambiente laboral.
En síntesis, la violencia de género no es solo un problema de mujeres y diversidades con base legal, se trata de una problemática compleja con factores socioculturales y psicológicos que requiere de un enfoque integral. Empresarios y gerentes de empresas tienen un rol clave en el desafío de las normas de género al reconocer y aceptar el aspecto psicológico subyacente de la violencia de género y es su responsabilidad promover ambientes inclusivos, libres de discriminación y violencia, con mayor igualdad no solo para colaboradores, sino también para la sociedad. Unámonos para crear un futuro mejor para todos.