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El deporte es uno de los pilares de la salud del ser humano, y si se habla del desarrollo de los niños, nadie pone en duda que este pilar cobra una importancia mayor.


Por Emma Pérez

El deporte es uno de los pilares de la salud y el bienestar del ser humano, sin importar la edad que éste tenga. Pero si se habla del crecimiento y desarrollo de los niños, nadie pone en duda que este pilar cobra una importancia mayor. Daniel Ahmed, Director General de la Unidad Técnica de Menores de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), comenta que “el deporte no solo aporta a la salud física, mental y emocional, sino que ayuda al autoestima del niño o joven y permite la interacción, socialización y disciplina.

Además de contribuir en la consolidación de los valores.Practicando deportes se aprende a apreciar el éxito y sobrepasar los fracasos, trabajar en equipo, respetar a otros y seguir reglas.” En esto se basa la necesidad de que el niño cuente con una actividad deportiva adicional a sus clases regulares. La ganancia en valores y principios es mayor tanto para el niño como para su familia.

El tiempo bien invertido, la disciplina, el trabajo en equipo y el respeto a los compañeros, tienen una influencia directa en la prevención de hábitos como drogas, alcohol y tabaco, comenta Ahmed. Y esto además irradia al núcleo familiar, “generando unión, tanto con los padres como del entorno familiar. Además, la participación del niño en cualquier deporte, crea un espacio de comunicación importante entre los integrantes de la familia y fortalece el vínculo con otras familias”, agrega el representante de la FPF.

Pero, ¿se valora en Perú la enseñanza del deporte? Para Ahmed “en el Perú, hoy por hoy, no se entiende al deporte como parte de la formación. Se ve como un complemento y no como una parte importante de un todo educativo. Para alcanzar esto, hay que tomar consciencia que el tiempo que el joven utiliza en la práctica del deporte, es tan importante como el tiempo que utiliza en su formación intelectual.

Y ambas tienen un rol determinante en el desarrollo formativo del joven.” Sin embargo, crear esa conciencia implica tiempo y dedicación, además de apertura por parte de aquellos que tienen en sus manos la decisión sobre la convivencia del deporte con la educación. “La práctica del deporte no debe ser una iniciativa del joven, debe ser de la comunidad, la familia, los maestros, la escuela y los espacios deportivos; todos tienen que facilitarle al joven la opción de desarrollarse en la educación intelectual y física.

Todos esos actores tienen la responsabilidad de crear los espacios para que el joven, con comodidad, acceda al deporte”, sostiene Ahmed. La idea de que convivan ambas disciplinas, parte de la idea que el programa de formación integral de un niño contemple el desarrollo mental (a través del estudio) y el desarrollo físico (a través del deporte y la actividad física). Esto es lo que, en la opinión del Director de la FPF, garantiza la evolución educativa. Pero en Perú, esto se une en con un problema adicional: la diferencia entre escuelas privadas y públicas y el acceso a ellas.

Para el representante de FPF, “existen diferencias porque la escuela privada entiende la formación del joven, además de como un espacio formativo, como un espacio recreativo. En el caso de la escuela pública esto aún no ocurre y por ello no lo valoran igual”; esto quizás por algunas brechas en su presupuesto. Sin embargo, esto no sería una excusa si los directivos y las instancias competentes consideraran la formación deportiva como uno de los pilare de la educación integral, dándole peso similar.

Dentro de este aspecto, es importante hacer la diferencia entre “el deporte que nace propiamente en la escuela, que está estipulado en el horario escolar de acuerdo a las horas académicas; y el deporte que hace el niño o joven, vinculado a la alta competencia e indiferentemente a cuál sea la disciplina”, agrega Ahmed.

En esa diferencia hay que detenerse. Para un joven que se dedica al deporte (o cualquier otra disciplina complementaria, y a la vez separada, de su educación formal), lograr equilibrar los horarios demandantes de ambas áreas con las responsabilidades que cada una tiene, puede ser una tarea muy difícil.

Lamentablemente en el Perú, a diferencia de algunos países asiáticos y europeos, no existen “beneficios” de parte de la escuela formal para con estos niños que ejecutan alguna disciplina deportiva o artística. Se habla de la flexibilidad de horarios, presentación de exámenes o trabajos, de caras a la demanda de tiempo que tienen por parte de su actividad complementaria.

“Estos jóvenes necesitan un tiempo adicional de entrenamiento y si no tienen un apoyo especial del colegio, seguramente será complicado que lo lleven de la mejor manera. Incentivar el crecimiento y la evolución de estos jóvenes deportistas, que representarán al país, es tarea y deber de los espacios e instancias educativos”, comenta Ahmed. La falta de apoyo o de programas que ayuden en ese equilibro entre disciplinas y escuela, es lo que en muchos casos lleva al joven a desertar de su actividad.

Hay que tener en cuenta, que además de lo difícil que pueda ser para él encarnar las exigencias de ambas partes, también conviven con una presión social y familiar que los lleva a valorar más la formación intelectual (y más tarde profesional), que la deportiva o artística. Para superar esta situación, Ahmed propone unificar sistemas de competencias en todas las disciplinas. Esto permitirá que todos los deportistas del país tengan acceso a las mismas competencias, saltando así las brechas entre el ámbito público y privado.

Y a su vez, “será el incentivo para que se armen equipos y se contraten profesores, que garanticen el adecuado entrenamiento de acuerdo al deporte que desarrollen. Estos campeonatos pueden ser el punto de encuentro y de fomento de la actividad deportiva, para que comience a generarse el cambio en la percepción de éste en su rol educativo”, agrega el entrenador.

El objetivo es que el Perú pueda contar con niños, jóvenes y adultos con formación integral, que garantice que exploren el mundo intelectual pero también el deportivo, el artístico y otras disciplinas que le ayuden en su desarrollo. Hay experiencias a nivel mundial, donde el deporte juega un rol fundamental en la vida del niño y del joven. Ejemplo de ello está en Rusia, donde los niños deportistas cuentan con el apoyo de su escuela, facilidades y flexibilidad de su parte y del Estado para que alcancen sus objetivos.

No en vano que sea uno de los países con mayores atletas olímpicos, que además tienen una continua y destacada participación en las olimpiada. Ahmed concluye con la reflexión de que “si se crea el hábito de hacer deporte desde jóvenes, es probable que éste se mantenga en la etapa adulta y, por ello, que se extiendan a sus hijos, generando así un ciclo de bienestar.”

Lee la revista completa de CADE por la Educación 2016 en este link.






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