Asimismo, durante el 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre, se conversó sobre la necesidad de encontrar un derrotero de soluciones para la conflictividad alrededor de los proyectos mineros. Especialistas coincidieron en una mayor articulación ante este panorama.
En la segunda jornada del evento, especialistas abordaron diversos temas en el 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre. Entre ellos resaltaron el compromiso del sector minero para contribuir desde sus actividades a afrontar el cambio climático, su rol en el desarrollo de la sociedad y la importancia de la gobernabilidad en torno a los conflictos sociales.
Manuel Pulgar Vidal, líder de la Práctica Global de Clima y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza, señaló que la industria minera debe considerar ciertas perspectivas a la hora de desplegar acciones en favor de la acción climática.
Algunas de ellas tienen relación con la necesidad de ver cómo trabajar mejor en una agenda de resiliencia mayor a un área geográfica determinada. Además, mencionó que la minería debe tener en cuenta la nueva economía del clima que está emergiendo; escenario en el que, por ejemplo, se viene desarrollando iniciativas sobre políticas de precio al carbón.
En esa línea, resaltó que es preciso reflexionar en torno a cómo estamos en el Perú en el tema. Para él, “la verdad es que no andamos muy bien. La mirada política del país es muy ciega, a diferencia de Colombia que tiene una clara visión al 2050 y Chile que ya puso su primera piedra para una planta de hidrógeno verde”.
Energías renovables y mercado
Desde las energías renovables hay un gran potencial para generar una economía de cero emisiones. En Perú, la capacidad es enorme y, durante la misma sesión, Brendan Oviedo, presidente de la Asociación Peruana de Energías Renovables, indicó que se debe mejorar la regulación que hay en torno a ciertos contratos empresariales.
“El mensaje es que tiene que haber un cambio regulatorio en el Perú, con el fin de hacer efectivo los beneficios de las energías renovables no solo desde un punto de vista medioambiental, sino también de seguridad energética”, sostuvo.
Desde la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía manifestaron la ardua labor que ejecutan para que los asociados visualicen en su gestión y actividades la acción climática. Fabiola Sifuentes, presidente del Comité de Agua del gremio, detalló que el objetivo no solo se trata de lo fundamental que es ser carbono neutral al 2050.
“Tiene también que ver con oportunidades porque la industria minera va a ser proveedora de esos metales base que serán el insumo para la generación de energías limpias. ¿Cómo nos mantendremos en el mercado? Siendo estos proveedores, al mismo tiempo que eficientes y limpios”, aseguró.
En otro momento, Danielle Martin, directora de Social Performance del ICMM, se refirió a los beneficios que trae la minería en los países que realizan preponderantemente esta actividad. A raíz de una investigación, indicó que la minería ha contribuido en 12 de los ODS de las Naciones Unidas.
“Los países dependientes de la minería han mostrado avances en promoción de bienestar y buena salud, la introducción de educación de calidad, mejor acceso a agua limpia y saneamiento, energías más limpias y mejorar el acceso a infraestructura”, afirmó.
Martin añadió que estas estadísticas contradicen la percepción de que la minería impide el progreso de las poblaciones donde se desarrolla. Para ella, lo anterior se evidencia en las mejoras de países como Bolivia, Botswana, Indonesia, Ghana y, por supuesto, Perú.
Conflictividad que preocupa
En el Simposium, también hubo lugar para disertar sobre lo vital que es solucionar la conflictividad que existe alrededor de los proyectos mineros. Sobre la mesa, la discusión estuvo en relación a que en el Perú falta orden y compromiso para mejorar la situación.
Beatriz Alva, ex viceministra de Trabajo, argumentó que la problemática se condice con que en el país el Estado tiene escenarios pendientes con las comunidades, no solo a nivel de compromisos, sino también en obligaciones para satisfacer las necesidades. “Es necesario un cronograma de acciones para convocar a los sectores concernidos en el tema”, dijo.
Por su parte, Iván Lanegra, secretario general de la Asociación Civil Transparencia, manifestó que el Estado ha tenido históricamente problemas muy serios para construir capacidad de gobernanza territorial, es decir, articulación de todas sus áreas de intervención dentro de un territorio concreto.
Ante la falta de una solución, Paola Bustamante, consultora independiente en gestión
de organizaciones, negociación y políticas públicas, sostuvo en el panel que es indispensable un liderazgo para la articulación, así como una planificación de los procesos y un adecuado sistema de gestión de conflictos.
“Conflictos siempre van a haber, lo que se tiene que evitar es que se le traslade al sector privado la resolución de todos los problemas sociales que existen en el territorio y la satisfacción de las expectativas”, complementó.
Las consecuencias no tienen límite en la para de los proyectos. Un caso concreto es Las Bambas que ha venido bajando su productividad dado los conflictos en la región. Al respecto, Carlos Castro, gerente de Asuntos Corporativos y Desarrollo de Negocios de MMG Las Bambas, aseguró que, en los últimos cinco meses, en 33 días no hubo producción alguna.
“De un tiempo a este se ha normalizado el bloqueo. Ahora esto viene evolucionando a una situación más compleja. (…) la producción de las bambas en el 2017 fue de 454 mil toneladas de cobre en concentrado. El año pasado, como consecuencia de la conflictividad, solo se produjeron 290 mil toneladas de concentrado de este metal”, apuntó.