Por Santiago López, director ejecutivo para América Latina y el Caribe del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA por sus siglas en inglés).
Las bodegas de barrio son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria de los países de la región, pues su existencia permite el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad de millones de hogares.
Sumado a lo anterior, el bodeguero se constituye en un actor fundamental en la interacción al interior de los barrios; ya que es mucho más que un vendedor, pues cumple un rol social en el barrio, al ser el amigo de todos, fundamentando su relación en la confianza que los posiciona como líderes de las comunidades que congregan.
A lo largo de América Latina y el Caribe, cientos de miles de familias se desarrollan de la mano de los más de 4 millones de pequeños comercios formales existentes en la región, que son atendidos por más de 10 millones de personas, de las cuales el 60% de son mujeres. Cerca del 40% de las ventas de bebidas y alimentos no perecibles es atendido por este tipo de tiendas, que hoy constituyen el canal de distribución más grande de comercio formal, siendo así un puente vital entre la canasta básica de productos y el ciudadano.
En el Perú más de 400 mil negocios han atendido el día a día de los peruanos, supliendo sus necesidades básicas, resaltando que las bodegas han diversificado sus portafolios, sus medios de pago y estableciendo servicios adicionales para convertirse en los canales idóneos de abastecimiento en sus barrios. En promedio, un establecimiento es responsable de domiciliar a 40 familias con más de 45 categorías de productos de consumo masivo y del campo.
El canal tradicional sigue siendo clave, no solo para la reactivación económica o como generador de dinamismo de las economías locales, sino también como ejemplo de resiliencia y capacidad de adaptación a los cambios extremos para el retail en Latinoamérica. A pesar de la digitalización constante de los consumidores y los canales de venta y la aparición de una pandemia que puso a prueba hasta los negocios más sólidos y obligó a cambiar nuestra forma de vivir, los bodegueros siguen ahí, trabajando y aportando al país.
Por esta razón, el crecimiento y desarrollo social del canal tradicional es fundamental, para que de esta manera puedan seguir comercializando sus productos con seguridad y se correspondan con las necesidades de los consumidores.
Para la industria de alimentos y de bebidas, esto es una prioridad y es por esta razón que hemos hecho grandes esfuerzos de la mano de las familias que trabajan en estos emprendimientos de barrio (llamados bodegas, quioscos, colmados, negocios de cercanía o pulperías en diversos países de la región), y lo seguiremos haciendo, entendiendo que el abastecimiento de cientos de miles de familias dependerá de que estos negocios se mantengan en pie.
Así pues y a propósito del Día del Bodeguero que se celebra este 12 de agosto en el país, queremos hacer una exaltación a todas las familias bodegueras y extenderles una invitación para todos que los apoyemos.