Por: Ricardo Zevallos Árevalo
Director General de Sense Internacional (Perú)
La sordoceguera es una discapacidad sensorial que afecta, significativamente, los órganos de la visión y la audición, de manera gradual, residual o total, limitando el ejercicio de derechos como la comunicación, el acceso a la comunicación, el libre tránsito, la movilidad y genera situaciones de exclusión y marginación social. Es una condición importante a considerar, debido a que los órganos de la visión y la audición captan el 90% de la totalidad de la información que percibimos los seres humanos, por lo que las limitaciones severas en dichos órganos restringen, notoriamente, el desarrollo de procesos de integración, interacción e inclusión social.
De acuerdo a los resultados de la Primera Encuesta Nacional Especializada sobre Discapacidad – ENEDIS del año 2012, en el Perú existen más de 1 millón 600 mil peruanos y peruanas con alguna discapacidad. Este estudio señala, además, que, 6 de cada 10 personas con discapacidad presentan más de una limitación. Podemos estimar entonces, que la proporción podría abarcar a las personas con sordoceguera en un 30,3% del total.
En el año 2010 se aprobó la Ley No. 29524 que reconoce la sordoceguera como discapacidad única y en el año 2011 se aprobó su reglamento. Las normas establecen la necesidad de crear el servicio de guía interpretación que promueve y favorece el acceso a la información y la comunicación de las personas con sordoceguera. A pesar de ello, los programas sociales a cargo del Estado Peruano (salud, educación, trabajo y protección social), no han incorporado los ajustes razonables que permitan el acceso, permanencia y disfrute de los programas sociales por parte de las personas con sordoceguera.
La situación es más crítica aún, pues muchas de las entidades obligadas por ley a brindar el servicio de guía interpretación, no lo realizan. No se trata de un escenario ideal para el Estado Peruano que se ha comprometido, recientemente, en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia el 2030 bajo el enfoque de “no dejar a nadie atrás”. En este sentido, se hace necesaria una estrategia que permita articular los problemas evidenciados, con reales posibilidades de apoyo y soporte. Esta estrategia debería ser un esfuerzo conjunto que involucre a diversos actores sociales, y de manera especial, al sector corporativo.
A la fecha se han reportado avances importantes en el área de discapacidad y Responsabilidad Social Empresarial en el Perú. Existen, incluso, empresas que han sido reconocidas en el medio a partir de estrategias que involucran a algunos colectivos de personas con discapacidad en sus propios giros de negocio. Lo cierto es, sin embargo, que a pesar de los esfuerzos, el colectivo de las personas con discapacidad sensorial, especialmente las personas con sordoceguera, sigue siendo un grupo poco considerado que no ha sido, aún, “visto ni escuchado” por el sector corporativo, lo que agudiza aún más su frágil integración social.
Las personas con sordoceguera cuentan con habilidades y destrezas distintas y diferenciadas en donde el elemento “táctil” es preponderante. Esta característica, con voluntad y creatividad, podría calzar bien dentro de una estrategia de Responsabilidad Social Empresarial que incorpore dicho componente en alguno de sus nichos de mercado o bajo la forma de talleres productivos o bajo un enfoque de apoyo social que aumente el valor de una empresa.
Para lograr un verdadero cambio social, se hace necesaria la colaboración de empresas comprometidas con el Desarrollo Sostenible y que apoyen y/o complementen, responsablemente, las intervenciones en sectores sociales vinculados con los mencionados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente, en lucha contra la pobreza (ODS1), salud y bienestar (ODS3), educación de calidad ODS4), trabajo digno con crecimiento económico personal y familiar (ODS8) y reducción de desigualdades (ODS10). Creemos firmemente en que la participación de todos y todas permitirá reducir las situaciones de inequidad y aislamiento social fomentando la igualdad y equidad.