
El acceso a energía limpia sigue siendo un reto en el Perú. Más de 3.6 millones de hogares viven en pobreza energética, sin acceso al Gas Licuado de Petróleo (GLP) y dependiendo de combustibles contaminantes como la leña y la bosta. Esta realidad no solo impacta su calidad de vida, sino que representa un riesgo grave para la salud y el medio ambiente.
Durante la XIV Conferencia Perú GLP 2025, expertos del sector energético discutieron los desafíos que enfrenta el país para garantizar un acceso equitativo al GLP. A pesar de que este combustible ha mantenido un crecimiento interanual superior al 3%, consolidándose como la fuente de energía más extendida en los hogares peruanos, su distribución no es equitativa.
Sonia La Torre, especialista en el sector, destacó la importancia del GLP en las zonas más vulnerables: «En estos rincones olvidados, el GLP es el único combustible limpio accesible. El Gobierno debe priorizar su expansión para reducir la brecha energética».
Infraestructura y subsidios: retos clave para el GLP
Uno de los principales desafíos para garantizar el acceso al GLP es la falta de infraestructura adecuada. Fabricio Duarte, director ejecutivo de la Asociación Iberoamericana de GLP, resaltó que el Perú necesitará importar más GLP en el futuro, lo que hace urgente invertir en almacenamiento y terminales marítimos para asegurar un suministro estable. «La inversión privada solo llegará si hay estabilidad jurídica y predictibilidad», señaló.
Otro punto crítico es la insuficiencia de los subsidios. Jovan Pastor, presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL), subrayó que es necesario ampliar el Programa Vale FISE, el cual subsidia el acceso al GLP en sectores vulnerables. «El 25% de los hogares peruanos aún depende de combustibles contaminantes. Expandir este programa es clave para garantizar el acceso a energía limpia», afirmó.
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El impacto de la informalidad en el sector
Además de la falta de infraestructura y subsidios, la informalidad es otro obstáculo en la distribución del GLP. Actualmente, más de 3.5 millones de cilindros adulterados están en circulación, un problema que ha aumentado un 50% en los últimos años.
Nikitza Chávez, gerente legal de Solgas, advirtió sobre la urgencia de mayor fiscalización por parte de Osinergmin y otras entidades regulatorias. «La adulteración de cilindros no solo afecta la seguridad de los consumidores, sino que también debilita el mercado formal del GLP», expresó.
Hacia una transición energética más equitativa
Los especialistas que participaron en la conferencia coincidieron en que la solución pasa por una combinación de reformas estructurales:
- Mayor inversión en infraestructura para garantizar el suministro de GLP.
- Expansión del Programa Vale FISE para llegar a más familias en pobreza energética.
- Endurecimiento de las medidas contra la informalidad en la comercialización de GLP.
Con un crecimiento proyectado del 4% en los próximos años, el sector energético peruano enfrenta el desafío de convertir al GLP en una alternativa accesible, segura y sostenible. La transición energética no puede dejar atrás a millones de hogares que aún dependen de combustibles contaminantes.