El acceso a energía limpia sigue siendo una deuda pendiente en el Perú. Según el estudio “Pobreza Energética y Rol del GLP”, elaborado por Macroconsult para Solgas, más de 1.7 millones de hogares en el país viven en situación de pobreza energética. Esto significa que carecen de acceso a fuentes de energía modernas y dependen de combustibles contaminantes como la leña y el carbón para tareas diarias como la cocción de alimentos.
El informe revela que el 70% de los hogares rurales en la sierra y selva aún utiliza estos combustibles sólidos, siendo las regiones más afectadas Huancavelica (51%), Cajamarca (48%), Huánuco (45%) y Apurímac (58%).
Además, el 46% de la población ya padece los efectos nocivos de esta exposición prolongada, lo que podría derivar en una crisis de salud pública. Enfermedades respiratorias y cardiacas, derivadas de la inhalación de gases tóxicos, se suman a las consecuencias de la pobreza energética.
GLP: una alternativa viable con barreras de acceso
Expertos del sector energético destacan que el Gas Licuado de Petróleo (GLP) podría ser una solución eficiente y accesible para mitigar esta problemática. «El GLP es el recurso más utilizado por los hogares peruanos y cuenta con una red de distribución amplia que llega a comunidades remotas», señala Mario Matuk, gerente general de Solgas.
El informe destaca que este combustible no requiere infraestructura fija de distribución y puede ser transportado vía terrestre y fluvial, lo que facilita su acceso a las zonas más alejadas del país.
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A pesar de estos beneficios, su distribución enfrenta desafíos logísticos y costos elevados, especialmente en regiones rurales. Según el estudio, es fundamental que el Estado y el sector privado trabajen en conjunto para garantizar la expansión de su almacenamiento y distribución.
«Es necesaria una coordinación intersectorial para atender la demanda de GLP en las zonas más alejadas del país y fomentar su accesibilidad con políticas públicas efectivas», enfatiza Matuk.
Energía limpia: Un reto que requiere políticas urgentes
La falta de acceso a energía limpia no solo impacta la salud de las familias peruanas, sino que también limita el desarrollo económico y social de las comunidades. En el marco del Día Internacional de la Energía Limpia (26 de enero), la urgencia de universalizar fuentes de energía seguras y sostenibles cobra mayor relevancia.
«Los indicadores actuales son alarmantes y nos exigen pensar en soluciones concretas que permitan llevar energía limpia a los sectores más vulnerables del país», señala Alessandra Dentone, Directora Comercial de Solgas. Para ello, el informe sugiere el diseño de estrategias de financiamiento para que las familias más afectadas puedan acceder a combustibles más seguros, reduciendo su dependencia de opciones contaminantes.
El acceso a energía limpia es un derecho básico y una necesidad urgente para reducir brechas sociales, mejorar la calidad de vida de miles de peruanos y avanzar hacia un país más sostenible. Sin una intervención decidida del Estado y la articulación con el sector privado, millones de familias seguirán atrapadas en la pobreza energética, pagando con su salud la falta de soluciones estructurales.