Aumenta a 44% la población que no llega a fin de mes, revela estudio "1000 Peruanos Dicen"

Derechos humanos - Desarrollo económico

Aumenta a 44% la población que no llega a fin de mes, revela estudio «1000 Peruanos Dicen»

Según la última ola del estudio realizado por Omnicom Media Group, cuatro de cada diez peruanos no logran cubrir sus gastos mensuales sin endeudarse o recurrir a sus ahorros. El malestar económico va de la mano con la incertidumbre política, la corrupción y el miedo a la pobreza.

Por Osmaro Villanueva

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En un país donde las preocupaciones crecen al ritmo de la inflación, el miedo a la pobreza y la corrupción, la economía doméstica se ha vuelto un campo de batalla. Así lo revela la XI Ola del estudio “1000 Peruanos Dicen”, elaborado por Omnicom Media Group (OMG), que muestra un deterioro sostenido en la situación financiera de los hogares peruanos: el 44% de la población ya no logra llegar a fin de mes sin hacer sacrificios significativos.

Este 44% se descompone en dos segmentos en franco crecimiento: un 21% que reconoce haber tenido que reducir sus gastos para llegar al último día del mes, y un 13% que ya recurre a sus ahorros como último recurso. Ambos indicadores han subido respecto a la medición anterior, lo que evidencia un desgaste constante en la economía de los hogares.

Mientras tanto, el porcentaje de peruanos que logra ahorrar cada mes ha caído del 41% al 33%, y quienes dicen ahorrar “bastante” representan apenas un 5%. El optimismo económico está en retroceso y la planificación financiera ha tomado el lugar del consumo espontáneo.

«Cada vez se llega más justo a fin de mes. Las personas están reorganizando sus consumos, no solo recortando productos, sino estirándolos o priorizando a otros miembros del hogar», refuerza Catalina Niño, líder de Insights Humanos en OMG.

Ajuste, creatividad y soluciones informales

Frente a este panorama de estrechez, las estrategias para enfrentar emergencias financieras son tan diversas como reveladoras. Si un gasto imprevisto golpeara el presupuesto, el 31% echaría mano de sus ahorros; un 13% pediría prestado a un familiar o a una entidad financiera; y un 10% recurriría a Yape para solicitar un microcrédito. Incluso hay quienes organizarían polladas o rifas (6%), venderían pertenencias (5%), o pedirían un adelanto de sueldo (4%).

Los préstamos informales también aparecen como alternativa: un 3% acudiría a prestamistas tradicionales, y otro 3% a los temidos esquemas «gota a gota», lo que refleja hasta qué punto algunos peruanos están fuera del sistema bancario o lo evitan.

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Aunque el 84% de encuestados asegura tener al menos un producto financiero formal, el vínculo con el sistema bancario no es del todo fluido. Solo el 47% cuenta con una tarjeta de crédito y apenas el 6% tiene un crédito hipotecario. Entre quienes están fuera del sistema, el 30% indica que no tiene historial crediticio y un 27% señala los altos intereses como principal motivo. Además, el 19% confiesa no confiar en las entidades financieras.

La inclusión financiera, entonces, no es solo un asunto de acceso, sino de percepción: muchos prefieren tener el dinero “en mano”, aún a costa de renunciar a oportunidades de crédito o ahorro formal. La autogestión económica es, para muchos, un reflejo de una economía incierta y de un Estado ausente.

«Las billeteras digitales como Yape se están consolidando como opciones reales de financiamiento al mismo nivel que pedirle dinero a un familiar o amigo», comenta la especialista.

Corrupción, pobreza y desconfianza política: el telón de fondo

El malestar económico no se explica por sí solo. En paralelo, el estudio revela un aumento significativo en las preocupaciones sociales y políticas. La corrupción aparece como el principal motivo de angustia para el 66% de los peruanos, seguida por la inseguridad ciudadana (60%), la falta de empleo (52%) y la pobreza (50%), esta última incrementándose en 10 puntos respecto a la medición anterior.

La percepción de estancamiento es predominante: más de la mitad (53%) cree que el país no progresa, mientras que solo el 19% considera que va por buen camino. La confianza en la democracia también se resiente: solo un 15% cree que el Perú es “muy democrático”, y la mayoría percibe un país atrapado en una institucionalidad frágil y desigual.

«Hay una sensación generalizada de estancamiento. La mayoría siente que el país está igual o peor que hace seis meses, y no ve señales claras de mejora en el corto plazo», resalta Niño.

Planes para 2025: persistencia en tiempos difíciles

Pese a este escenario de incertidumbre, los peruanos no abandonan sus metas personales. El 35% aún espera emprender un negocio este año, el 33% desea mejorar su estilo de vida y el 28% planea tomarse vacaciones. Sin embargo, todas estas cifras muestran una leve caída respecto a mediciones anteriores, lo que sugiere una ciudadanía golpeada, pero no vencida.

Planes más ambiciosos, como comprar una vivienda (15%), estudiar (18%) o independizarse (17%), se mantienen, aunque con menos fuerza. Incluso propuestas como iniciar terapia psicológica, casarse o tener hijos aparecen con porcentajes marginales, lo que podría ser reflejo de la precariedad emocional que acompaña a la inestabilidad económica.

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