Mariela García de Fabbri, vicepresidenta de Empresarios por la Integridad, dialoga con Stakeholders sobre la importancia de la implementación de un modelo de prevención de corrupción para las empresas. Refiere también que el sector privado puede ser un agente de cambio que influya en comportamientos más éticos, inclusive más allá de su cadena de valor.

Por Renzo Rojas

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¿Cuál es su experiencia en torno a pertenecer a Empresarios por la Integridad?

Tengo el honor de ser vicepresidenta de Empresarios por la Integridad, cargo que asumí con mucho compromiso pues en Ferreycorp, donde soy directora gerente general de la corporación, somos convencidos del rol activo que debe asumir la empresa privada en erradicar la corrupción en empresas de todo tamaño, y a la vez para impulsar la integridad incluso en espacios que trasciendan a las empresas, promoviendo un cambio cultural profundo en el país.

¿Cuál considera que es la relevancia de una cultura de integridad y ética en una empresa?

Las empresas pueden ser agentes de cambio, ya que tienen relación con diferentes stakeholders: proveedores, clientes, colaboradores, accionistas, entre otros. Por lo tanto, tienen capacidad de llevar mensajes e influir en el comportamiento de otros. Deben partir del liderazgo y ejemplo de sus funcionarios y colaboradores, que se irradie en toda su cadena de valor y más allá en las comunidades donde actúa, donde puede ser un referente.

¿Cómo impacta en la comunidad en la que opera este liderazgo?

Una empresa que actúa con integridad será un referente de actuar íntegro, de hacer lo correcto y generará un cambio en los otros agentes económicos que se interrelacionen con ella. Si tiene en su agenda la prevención de la corrupción, puede desplegar acciones para ayudar a su cadena de valor en esa misma agenda y generar diálogo constructivo entre empresas, Estado y sociedad para lograr acciones colectivas.

Con este actuar ejemplar, las empresas incluso proyectamos esta luz de integridad hacia los diversos ámbitos de la sociedad, desde nuestro rol de ciudadanos corporativos.

¿Qué tipo de acciones o sistemas de prevención se pueden implementar en una empresa u organización para mitigar la potencial materialización de un riesgo a la ética e integridad?

En Perú, desde el año 2016 ya existe legislación que define y describe la forma de mitigar riesgos de corrupción dentro de las empresas, y a esta forma se le llama el Modelo de Prevención de Delitos. Dicho modelo sugiere en primer lugar la identificación de los riesgos y su evaluación, para luego definir la manera en que serán controlados. Los procesos deben ser documentados, con políticas, un código de ética y conducta, y normativa complementaria.

¿Qué aspectos son importantes considerar para su efectivo despliegue?

Para una correcta y efectiva implementación se requiere establecer en la empresa la función de cumplimiento (compliance), así como un canal de denuncia. La capacitación y difusión es también elemento importantísimo en un sistema de prevención, más aún en un país en que requerimos un cambio cultural importante. Algunos de estos controles son fáciles de implementar, otros no tanto; por eso la implementación debe partir de una convicción de los accionistas y de la alta dirección, que sean claros con el mensaje y mandato en la organización.

¿La rigurosidad en el tema irá aumentando en el tiempo para las empresas?

Es muy importante que el liderazgo de las empresas (grandes, medianas y pequeñas) les den importancia a estos controles y se pongan metas para irlos implementando. La normativa sobre la “responsabilidad administrativa” de la persona jurídica va a seguir aumentando la cantidad de delitos sobre los cuales las empresas se hacen responsables, por ello no hay que esperar a que sea muy engorroso comenzar a implementarlos, el momento es ahora.

“En empresas de todo tamaño, el compromiso con la ética y la integridad requiere un trabajo en el corazón de la cultura de las organizaciones”.

¿Cómo la aplicación del gobierno corporativo y ética puede ayudar a lidiar los problemas que viven las empresas modernas en los últimos tiempos?

La experiencia nos ha demostrado que el gobierno corporativo y la ética tiene un impacto trascendental en múltiples ámbitos para las empresas. Por ejemplo, potencia el valor de las organizaciones, agrega valor en la relación con los inversionistas al robustecer su confianza en la empresa, e impulsa la sostenibilidad de la organización con una mirada de largo plazo.

El despliegue de un sólido gobierno corporativo implica exposición y transparencia en toda la gestión, respetar a los grupos de interés, adoptar buenas prácticas y generar confianza. Todo ello sin duda permite a las empresas enfrentar mejor las mayores exigencias que viven.

¿Qué retos se deben superar las empresas para alcanzar una auténtica cultura en gobierno corporativo, ética e integridad?

En empresas de todo tamaño, el compromiso con la ética y la integridad requiere un trabajo en el corazón de la cultura de las organizaciones, requiere un gran esfuerzo de comunicación y difusión, que incluya casuística así nadie tenga duda de lo que es un actuar correcto e íntegro. A la vez demanda un esfuerzo de establecer normas, procesos y estructuras muy claros. En todo este camino, el actuar de los líderes es fundamental, y su convicción debe acompañar cualquier reto para superarlo.

Por otra parte, cuentan con el reconocimiento Certificación Antisoborno. ¿Qué criterios se evalúan para su entrega?

Los criterios están plasmados en un estándar que hemos desarrollado en Empresarios por la Integridad y la certificadora SGS. Para ello, nos basamos en la legislación peruana, específicamente en la ley que regula la responsabilidad administrativa de la persona jurídica en sede penal, los lineamientos de la SMV para la implementación y funcionamiento del Modelo de Prevención y también en estándares internacionales.

¿Quiénes pueden ser acreedoras de algunas de sus certificaciones?

Aquellas empresas que cumplan con haber implementado controles antisoborno o anticorrupción en todas las áreas o procesos de la empresa que presenten riesgo de incurrir en delitos de soborno y corrupción, y que cuenten con evidencias de implementación y de su funcionamiento, pueden optar a alguna de nuestras certificaciones.

Por otro lado, desde este año, tenemos, además de la certificación antisoborno, la certificación anticorrupción, que tiene mayor alcance, ya que certifica controles de prevención en 12 delitos versus los 5 delitos que incluye la primera. Del universo de 84 empresas que al día de hoy que se han certificado, 11 de ellas han logrado la certificación anticorrupción.







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