Arequipa enfrenta el desafío de crecer y sostener su competitividad sin deteriorar el ambiente, ni la calidad de vida de su población. En este contexto, la Sociedad Eléctrica del Sur Oeste S.A. – SEAL, con más de 120 años de historia, ha evolucionado de ser una distribuidora de energía a un agente clave en el desarrollo regional, con un enfoque que integra lo institucional, lo ambiental y lo social.
“En SEAL buscamos ser una empresa eléctrica que trasciende lo operativo y se convierte en un verdadero motor de desarrollo”, señala Brigitt Bencich, presidente del Directorio de SEAL.
La empresa cuenta con la calificación crediticia AA-.pe de Moody’s Local Perú y cinco certificaciones ISO internacionales en calidad, gestión ambiental, seguridad y salud, seguridad de la información y anticorrupción. Estos reconocimientos respaldan la solidez institucional y permiten a la compañía proyectar confianza a sus distintos grupos de interés.
“Nuestro objetivo es que cada innovación se traduzca en un beneficio tangible para la ciudadanía”.

SEAL fue la primera distribuidora del sur en alcanzar el Nivel 3 de la Huella de Carbono Perú, un paso que refleja la capacidad de medir, reducir y compensar sus emisiones. Entre sus iniciativas destaca el bosque urbano de queñuales en Paucarpata, con más de 3500 árboles que funcionan como pulmón verde y espacio de aprendizaje ambiental. Este proyecto, más que un símbolo, es una inversión en biodiversidad y en la relación entre ciudad y naturaleza.

Innovación para el bienestar
La modernización tecnológica también forma parte de esta estrategia. SEAL fue pionera en el país en la implementación de transformadores de núcleo amorfo, que reducen pérdidas en la transmisión. Asimismo, instaló más de 1300 luminarias LED inteligentes en el Centro Histórico y avanza con 7500 medidores inteligentes que optimizan la gestión de la red.
“La innovación no es solo un concepto técnico, significa que un vecino pueda caminar más seguro de noche en una calle mejor iluminada, que un empresario reciba un servicio más confiable. Nuestro objetivo es que cada innovación se traduzca en un beneficio tangible para la ciudadanía”, explica.
Desde SEAL entienden que el suministro eléctrico es un habilitador clave para el crecimiento económico de Arequipa. Brigitt Bencich menciona que cada año destinan más de 100 millones de soles para fortalecer el sistema eléctrico: la mitad en inversiones que les permiten ampliar redes, digitalizar procesos y expandir infraestructura; y la otra mitad en mantenimiento, asegurando la continuidad y calidad de un servicio que crece al ritmo de la demanda de 5.25 % anual.
“Nuestra calificación crediticia AA-.pe con perspectiva estable, otorgada por Moody’s Local Perú, respalda esta estrategia. Gracias a ella accederemos a financiamiento de largo plazo para ejecutar proyectos de expansión de redes, nuevas subestaciones, electrificación rural, modernización y mantenimiento de activos. Esto garantiza inversiones sostenibles en el tiempo y refuerza nuestra capacidad de acompañar el crecimiento de Arequipa”, explica.


Con un enfoque social
Uno de los logros más significativos de SEAL se encuentra en el fortalecimiento del tejido social. La compañía ha llevado electricidad a más de 51 600 familias en los últimos tres años, alcanzando un coeficiente de electrificación de 99.05 %, uno de los más altos del país. La conexión eléctrica no se limita a iluminar hogares: abre oportunidades de educación, impulsa pequeños negocios y facilita el acceso a servicios básicos.
Además, programas como “EducaSEAL” y “La Ruta de la Electricidad” han formado a más de 30 000 niños y familias en el uso responsable de la energía y en cultura ambiental. Estas iniciativas buscan no solo informar, sino generar ciudadanía activa y consciente.
Como sostiene Brigitt Bencich, SEAL reafirma que la sostenibilidad no se reduce a cifras técnicas ni a certificaciones internacionales. Implica, sobre todo, cuidar el entorno natural, acompañar el crecimiento económico y fortalecer las relaciones sociales que sostienen el desarrollo de Arequipa. La empresa se proyecta como un actor que ilumina hogares, pero también acompaña a la ciudadanía en la construcción de un futuro más inclusivo y sostenible.









