Foto: Envato Elements

Por Stakeholders

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El trabajo infantil es uno de los males que más afecta a la sociedad, por lo que erradicar esta práctica es una prioridad para regiones como Latinoamérica. En ese sentido, recientemente se oficializó el 2021 como el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en las Américas, una decisión que la Asamblea General de las Naciones Unidas tomó anteriormente para reforzar la labor que se hace al respecto.

A través de un evento virtual, Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo, se mostró entusiasta con las oportunidades que se presentan a lo largo de este año. En esa línea, resaltó que los actores involucrados deben continuar actuando con firmeza ante este problema, especialmente con lo que significa la pandemia por el nuevo coronavirus.

Las expectativas son alentadoras. Ryder señaló que 100 millones de niños, niñas y adolescentes dejaron de trabajar entre los años 2000 y 2016  en el mundo. Asimismo, añadió que en el 2020 el Convenio 182, un mecanismo que clarifica las formas del trabajo infantil y compromete a los países a combatirla, fue ratificado a nivel mundial. Todo ello configura avances importantes en la materia.

Por otro lado, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, sostuvo que la pandemia puede hacer retroceder la labor hecha. Y es que entre 109 mil y 326 mil menores están en riesgo de ingresar al mercado de trabajo en América Latina. En la actualidad, más de 10 millones se encuentran en esta situación.

“Ahora más que nunca los niños, niñas y adolescentes deben estar en el centro de las prioridades de acción y por ello es urgente revitalizar las alianzas entre los gobiernos, los empleadores, los trabajadores, la sociedad civil y la cooperación internacional para intensificar los esfuerzos para que en un futuro muy cercano América Latina y el Caribe sea la primera región en el mundo en poner fin al trabajo infantil”, manifestó.

El trabajo infantil genera retraso en el desarrollo de los niños, lo cual se refleja también en el futuro  de un país y su progreso. Justamente, el caso de la peruana Sofía Mauricio, quien fue trabajadora doméstica infantil, se expuso durante la conferencia para visibilizar no solo las oportunidades que se pierden con este problema social, sino también el maltrato y la violencia que sufren los más pequeños en estas circunstancias.

“El maltrato y la violencia y el dolor me hacía sentir que no valía para nada y cuando mi madre venía a verme y me preguntaba cómo me sentía, yo le decía que estaba bien por dos razones: una para que ella no se fuera triste y otra porque era amenazada”, expresó.

Ella instó a que se trabaje en la eliminación del trabajo infantil, para que así niños y niñas puedan tener “una infancia con recuerdos felices, no una cómo la que tuve yo”, subrayó.

El lanzamiento del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil contó con la participación de autoridades de altas jerarquías. Entre ellas estuvieron Francisco Sagasti Hochhausler, presidente de Perú; Marvin Rodríguez Cordero, vicepresidente de Costa Rica; y Cícero Pereira da Silva, secretario de Políticas Sociales de la Confederación Sindical de las Américas (CSA).

De esta manera, se asumió el compromiso para implementar medidas que reduzcan la tasa del trabajo infantil en la región, mediante la legislación, los servidores públicos o la aplicación de mecanismos adecuados. Asimismo, se recordó que erradicar el trabajo infantil es contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030, específicamente en el inciso 7 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 8.







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