Yvon Chouinard, un empresario de 83 años, ha renunciado al control de la compañía para donarla en defensa del planeta. «La Tierra es ahora nuestra única accionista», escribió en una carta.

Por Stakeholders

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Yvon Chouinard, fundador de la icónica marca de ropa estadounidense Patagonia, ha decidido donar su negocio para proteger el medioambiente y luchar contra el cambio climático: transfirió su propiedad a un fideicomiso y a una organización sin ánimo de lucro que dedicará todo lo recaudado a esta causa ecologista.

Valorada en unos 3.000 millones de dólares, Patagonia tiene beneficios de unos 100 millones de dólares al año y desde su creación, hace medio siglo, se ha distinguido por su especial énfasis en la conservación de la naturaleza: elige con cuidado sus materias primas y dona el 1% de sus ventas cada año a organizaciones medioambientales.

Chouinard, un amante de la escalada devenido multimillonario gracias al negocio que fundó en 1973, explicó en un comunicado que optó por esta vía como una forma de dedicar más dinero a la crisis climática y mantener «intactos los valores de la compañía».

«La Tierra es ahora nuestra única accionista (…) Si tenemos alguna esperanza de un planeta próspero —y de un negocio próspero— dentro de 50 años, será necesario que todos hagamos lo que podamos con los recursos que tenemos. Esta es otra manera que hemos encontrado para hacer nuestra parte», ha dicho el empresario, tras ponerse de acuerdo con su esposa y sus dos hijos.

En una misiva a puño y letra, explicó que el 100 % de las participaciones con derecho a voto de Patagonia fueron traspasadas a un fideicomiso creado para proteger los valores de la empresa —controlado por la familia Chouinard— y el 100 % de los títulos sin derecho a voto quedaron en manos del Holdfast Collective, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a proteger la naturaleza.

«Cada año, el dinero que ganemos después de reinvertir en el negocio se distribuirá como un dividendo para ayudar a combatir la crisis» medioambiental, añadió Chouinard, de 83 años. De esa manera, él y los suyos renuncian al control de la firma con sede en California, mayor parte de su fortuna.

De momento, el actual consejero delegado, Ryan Gellert, continuará al mando de las operaciones y Patagonia —que vende principalmente ropa y equipos para actividades al aire libre— mantendrá su política de donar un 1 % de sus ventas a iniciativas medioambientales.

Dos caminos

De acuerdo con el comunicado, Patagonia barajó dos opciones: vender la empresa o donar todo el dinero. Sin embargo, desecharon esta última porque “no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario conservara nuestros valores o mantuviera empleado a nuestro equipo de personas alrededor del mundo”.

Otro camino era hacer pública la compañía. “Qué desastre hubiera sido. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones se ven bajo demasiada presión por generar ganancias en el corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo”, señaló el empresario. Por ese motivo también desecharon la alternativa. 

La siguiente pregunta es: ¿Qué otras empresas emularán lo hecho por Patagonia en beneficio del planeta?







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