Es una realidad que en los últimos años el sector empresarial es cada vez más consciente sobre la necesidad de gestionar los denominados riesgos ambientales, sociales y gobernanza (ASG) para alcanzar sus objetivos y metas en el mediano y largo plazo, asegurando de esta manera el éxito y sostenibilidad de sus organizaciones.
Asimismo, en cierto grado de convencimiento, la alta gerencia de las organizaciones reconoce que la aparición de diversos eventos ambientales y climáticos con mayor intensidad o frecuencia en el mundo, afectan no solo la sostenibilidad del planeta, sino también ocasionan impactos sociales y económicos a los negocios.
Es a raíz de esta problemática que estos temas van ganando mayor relevancia y participación en las agendas de los directorios de las empresas, pero solo en aquellas realmente comprometidas con desarrollar una gestión estratégica que promueva un verdadero cambio hacia un Perú sostenible.
Tendencia global
A través de entrevistas a directores en diferentes países, Deloitte identificó cierta tendencia hacia la transformación de roles y temas tratados en los diferentes órganos de gobierno, incluido el directorio, pasando de discutir factores habitualmente tratados como prioritarios para el negocio, como son el crecimiento de ventas, costos, rentabilidad, entre otros; hacia otros aspectos más relacionados a la sostenibilidad y los riesgos del cambio climático, como los cambios en la calidad y cantidad del agua, efecto de El Niño o La Niña en la pesca, ganadería, agricultura y producción de alimentos, por citar algunos sectores productivos.
Este cambio hacia nuevos temas de revisión en los directorios es resultado de la continua evolución de las empresas hacia un modelo de negocio sostenible, elevando la necesidad de priorizar inversiones de gran valor e impacto positivo para la sociedad y el planeta.
Es evidente que existe un mayor interés y exigencia de los inversionistas para que las empresas definan su estrategia de sostenibilidad, cumpliendo con informar de manera transparente el cumplimiento de sus objetivos ambientales y sociales específicos.
Al respecto, podemos mencionar que ya está vigente en la Unión Europea una directiva referida a la información corporativa en materia de sostenibilidad (Corporate Sustainability Reporting Directive – CSRD) para que las empresas cumplan con comunicar de forma transparente su impacto en el cambio climático a instituciones e inversores.
Por su parte, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) de fundación International Financial Reporting Standard (IFRS) publicó el 2023 sus dos primeras Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) sobre sostenibilidad, iniciando así una nueva era en la información corporativa internacional sobre esta materia.
De igual modo, somos testigos del rápido auge de las llamadas finanzas verdes y sostenibles, financiamiento promovido por los bancos y entidades financieras en general para contribuir con el crecimiento sostenible, y el apoyo directo e indirecto de inversiones bajo el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como el orientado a financiar actividades o proyectos relacionados a la mitigación de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y/o la adaptación al cambio climático.
Este esquema ya ha sido adoptado por importantes bancos peruanos, financiando grandes montos de inversión para proyectos verdes y sostenibles de empresas que rápidamente han identificado este mecanismo como una gran oportunidad de innovar y modernizar sus operaciones para un Perú más sostenible. En apoyo de este mecanismo, contamos con la aprobación de la “Hoja de ruta de finanzas verdes para el Perú”, herramienta de coordinación impulsada por el Minam y que está contribuyendo en orientar un adecuado tratamiento de la economía y las finanzas verdes, trabajando en una taxonomía de finanzas verdes que abordará tres ejes principalmente: cambio climático, biodiversidad y economía circular.
Adaptarse a los cambios
Ante estos nuevos elementos hoy, la alta dirección debe asumir la responsabilidad de garantizar que la sostenibilidad esté integrada en los procesos y alineada a la estrategia empresarial, definiendo los objetivos y metas de desempeño para una mejor supervisión y control; además de promover y trasmitir estos elementos a toda la organización y generar impactos positivos con visión de largo plazo.
En base a mi experiencia de los últimos 20 años, acompañando de cerca al empresariado peruano en alinear el desarrollo de sus actividades bajo un enfoque de sostenibilidad, el énfasis estuvo centrado en delegar a la gerencia general la responsabilidad de ejecutar y supervisar la gestión sostenible del negocio. En el camino algunas empresas han implementado un comité específico para ello; sin embargo, hoy personalmente considero que la hoja de ruta de la sostenibilidad en el negocio deberá ser trazada desde el directorio.
“La realidad nos demuestra que la sola participación de la gerencia general, sin el debido respaldo del directorio, es insuficiente”.
La realidad nos demuestra que la sola participación de la gerencia general, sin el debido respaldo del directorio, es insuficiente para asegurar la integración de la sostenibilidad en los procesos que sustentan la estrategia empresarial. En este sentido, es importante y urgente que el directorio asuma con mayor firmeza y seguridad, el liderazgo para convertir a las empresas peruanas en un verdadero agente de cambio hacia la sostenibilidad del país, sobre todo en una coyuntura de mejores expectativas de crecimiento económico y mayor interés por invertir en el Perú.
Un estudio de KPMG, realizado el año pasado, reveló que, si bien el 79 % de directores en América Latina considera que la junta directiva es responsable de supervisar los asuntos ASG, solo el 9 % cree que está muy bien preparado para ejecutarlo. En al caso de Perú, se tuvo como resultado que solo el 28 % de los directorios tiene un rol activo en brindar lineamientos estratégicos sobre sostenibilidad, versus un promedio de 64 % en la región.
Importancia de los directores
El nuevo escenario económico es motivo suficiente para que los directorios de las empresas peruanas, en función al tamaño o alcance de sus operaciones, adopten un mayor compromiso y convencimiento sobre la importancia que sus directores se involucren, actualicen y capaciten en los diferentes elementos que componen la sostenibilidad.
También pueden optar por crear comités de sostenibilidad, donde participe algún director, con el objetivo de establecer las estrategias que permitan gestionar los riesgos con mayor diligencia en toda la organización.
Tanto el rol del directorio, como de los directores que lo conforman, cumplen una función clave en orientar la estrategia para alcanzar los objetivos y metas, así como supervisar y garantizar la gestión sostenible de la organización integrada en todos sus procesos.
Un primer paso hacia la sostenibilidad debería empezar con hacer un recuento de las acciones y medidas implementadas en la organización, y por lo menos dar respuesta a las siguientes preguntas: 1) ¿la empresa ha realizado un análisis de riesgos en sostenibilidad?, 2) ¿cuenta con políticas enfocadas a garantizar una gestión estratégica de sostenibilidad bajo la supervisión y control del directorio?, 3) ¿cuentan con metas claras y evalúan su progreso en esta materia?
Es el momento de que los directorios de las empresas peruanas asuman con mayor firmeza y convencimiento la responsabilidad de profundizar su conocimiento sobre las tendencias de la gestión sostenible, para promover una eficaz gestión de los riesgos ASG integrada a una verdadera estrategia de cambio hacia un Perú sostenible.