La contaminación provocada por el plástico en los océanos ha aumentado considerablemente en los últimos años, representando una de las mayores amenazas para los ecosistemas marinos, ya que equivalen aproximadamente el 85% de los desechos en el mar.
El fondo de los océanos alberga entre tres y once toneladas métricas de plástico, equivalente a un camión de basura por minuto, de acuerdo con un estudio desarrollado por la Agencia de Investigación Científica Gubernamental de Australia (CSIRO) y la Universidad de Toronto.
Cada vez se producen más objetos de plástico, que terminan en los océanos, como platos, vasos, botellas o bolsas. Se calcula que entre 1950 y 2017 se produjeron en a nivel global 9.200 millones de toneladas de plástico, llegando en la actualidad a cerca de 400 millones de toneladas anuales.
En la actualidad, solo el 9% de todo el plástico que se ha producido y consumido se ha reciclado, el 12% se ha incinerado, mientras que el 79% ha acabado en vertederos o en el medio ambiente.
Los resultados de la agencia muestran que el uso de plástico dejará un acumulado de 600 millones de toneladas de residuos en el océano, que una vez que llegan al medio marino tardan entre décadas y cientos de años en degradarse.
El ecosistema marino en peligro
Los plásticos, además de contaminar los océanos, también afectan la fauna y la biodiversidad marina, que son las víctimas más vulnerables de la contaminación plástica. Más de 1,5 millones de animales marinos como tortugas, peces y ballenas, entre otras especies mueren cada año estrangulados, asfixiados y heridos de muerte por estos desechos.
Además, la contaminación marina, causada principalmente por la actividad humana, puede alterar los hábitats y los procesos naturales, minimizando la capacidad de los ecosistemas para adaptarse al cambio climático.
Esta problemática, también ha generado que los corales, los manglares y los pastos marinos se encuentren sofocados por desechos plásticos que no les permiten recibir oxígeno y luz.
El plástico en los mares y océanos no solo afecta la biodiversidad y a los animales que hacen vida en los océanos, sino también a los seres humanos, quienes se ven expuestos a micropartículas liberadas por los desechos plásticos ingeridos por las distintas especies marinas como mariscos, el mejillón azul o las ostras, que pueden alterar la seguridad alimentaria y poner en riesgo la salud de quienes los consumen.
Se requieren medidas urgentes
En 2024, de acuerdo con las estimaciones de CSIRO, de no tomarse las medidas necesarias, la cantidad de plástico que entra en el mar cada año se triplicará de 11 a 29 millones de toneladas.
Encontraron también que un 46% de la masa de plástico que se calcula está depositada en el fondo marino, por encima de los 200 metros de profundidad. El otro 54% se deposita entre los 200 y los 11.000 metros de profundidad oceánica.
La agencia pronostica que el plástico continuará terminando en las profundidades del océano, que se convierte en un lugar permanente o sumidero para la contaminación plástica marina. Advierten que la contaminación plástica en el fondo del océano podría ser hasta 100 veces mayor que la cantidad de plástico que flota en la superficie del océano.
Para los investigadores, comprender los motivos detrás ayudará a informar los esfuerzos de reducción de fuentes y remediación ambiental, reduciendo los riesgos que la contaminación plástica puede significar para la vida marina.