Por Stakeholders

Lectura de:

Manuel Carpio Rivero
Profesor de Pacífico Business School

Hace algunos años, mientras navegaba durante varias horas en un “ponguero” sobre el río Urubamba hacia a una base petrolera en la Selva Sur del país, atravesando paisajes que parecieran ser sacados de la maravillosa novela de Vargas Llosa: “El sueño del Celta”, tuve una conversación enriquecedora y a la vez significativamente reafirmante, -pensando en la responsabilidad que tenemos como líderes de diferentes organizaciones en este país- con el patrón de la embarcación: 

– ¿Cómo estás Pedro? – le pregunté. 

– Preocupado Inge – me dijo. 

– ¿Por qué? – le pregunté. 

– Simple Inge. Hoy estamos bien, la petrolera nos da trabajo, y he podido enviar a mis tres hijos a Pucallpa; estudian en la universidad, algo que no imaginé lograr ni en mis mejores sueños. Pero ¿qué pasará cuando la petrolera no esté acá, o se acabe el gas, y no haya más trabajo? 

– Eso no va a pasar – le respondí – Tenemos reservas de gas para muchos años, y no veo por qué tendrías que preocuparte Pedro. 

– Usted no me entiende Inge. Justamente por eso me preocupo. Ustedes creen que por darnos trabajo hoy resuelven nuestros problemas y no es así. Nosotros no queremos trabajo para hoy. Queremos aprender, en base a lo que hacemos, a trabajar para siempre. Así, cuando ustedes no estén, o las cosas no vayan bien, podamos seguir generando ingresos. 

– ¿Ahora me entiende Inge? – me pregunto.

– Sí – le respondí pensativo – y me quedé en silencio por el resto del viaje. 

Pedro no tuvo educación, no sabía leer, le costaba articular frases y por ende expresarse; sin embargo, me dio una lección de Desarrollo Sostenible y Gestión de Capital Humano en menos de 15 minutos. Pasaron solo dos meses de esa conversación y el precio del barril de crudo se desplomó, la empresa petrolera congeló sus proyectos y los patrones de las embarcaciones se quedaron sin trabajo. Pedro tenía razón, las cosas podían salir mal. 

Es un error conceptual y de principio pensar que Desarrollo Sostenible se limita o refiere a dar apoyo social, oportunidades de trabajo temporales y/o apoyo en la construcción de infraestructura. Sin embargo, es más crítico aún, que algunos ejecutivos responsables de liderar estas operaciones en entornos social y ambientalmente frágiles adolezcan de lo que yo denomino “Inteligencia y Sensibilidad Socio-cultural”; ambas competencias esenciales en la búsqueda del tan ansiado Desarrollo Sostenible. 

Gran parte de los conflictos sociales de los últimos 20 años, y que se vienen generando en el país actualmente, así como la mala reputación de algunas empresas extractivas, es consecuencia directa de la falta de dichas competencias. 

Hace algunos años, conversando con un líder de una importante mina de cobre en el norte del Perú, me contaba sobre su iniciativa; sabiendo que el proyecto minero tendría fin, y que ello afectaría directamente a varias empresas a las que habían formado y desarrollado como socios estratégicos (proveedores actuales), desarrollaron un proyecto que se llama Exportando Ancash (actualmente en marcha). 

La iniciativa consistía en ayudar, a través de sus redes de contacto, a desarrollar nuevos mercados a sus proveedores en diferentes industrias y sectores a lo largo del país. Buscaban darles sostenibilidad a las empresas de las comunidades creadas como consecuencia de su actividad extractiva, para que no se vean afectadas por la finalización del proyecto minero. 

No llegué a contarle a Pedro sobre esta iniciativa, pero estoy seguro que él estaría de acuerdo y muy contento. Me diría: – Inge, esa es la forma, !ya ve! ¿ahora entiende? – Sí, Pedro. “Pasonki” Pedro, “Pasonki”.







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