Por Stakeholders

Lectura de:

Belen Falla
Coordinadora de Responsabilidad Social

Perú es un país agroexportador y la agricultura es una de nuestras principales industrias por las que
somos reconocidos con productos de calidad en el mundo. Asimismo, la agricultura moviliza recursos y genera empleo, en muchos casos es fuente de subsistencia de familias enteras, sobre todo en zonas rurales.

Para que la agricultura tanto la a gran escala como la pequeña agricultura surjan y prosperen; es necesario asegurarnos de que las plantas estén protegidas frente a las enfermedades, las plagas y pueden desarrollarse de forma sostenible en su hábitat natural. La disciplina que se encarga de esta tarea se llama Sanidad Vegetal.

Esta disciplina ha cobrado especial relevancia, ya que, debido al cambio climático, la erosión del suelo y las actividades antrópicas, como el comercio y grandes cantidades de viajes internacionales; diversos ecosistemas han sido alterados, reducido su biodiversidad y se han creado nuevos nichos donde las plagas pueden prosperar. Es por eso ello que Naciones Unidas dispuso que el pasado periodo comprendido entre el 2020 hasta julio del 2021, reciba la denominación de “Año de la Sanidad Ambiental”, para dar a conocer y sensibilizar a la población en la importancia de esta disciplina que apuesta por la sostenibilidad para asegurar los recursos naturales de cara al futuro.


Sanidad Ambiental y sus vínculos con los ODS

De acuerdo con los informes de la FAO, la dieta de una persona está conformada en 80 por ciento de los alimentos de origen vegetal. Sin embargo, las plantas sufren un ataque constante de plagas y enfermedades que destruyen del 20 al 40 por ciento de los cultivos alimentarios cada año. Esto supone una gran pérdida anual de alimentos que pudieron llegar a las mesas de millones de familias.


Por otro lado, muchas personas que producen la comida del mundo viven en la pobreza por condiciones estructurales. Es la producción de alimentos a través de la micro y la pequeña agricultura lo que los ayuda a subsistir. En estas condiciones de vulnerabilidad, la pérdida de alimentos a manos de plagas tiene efectos más graves en esta población.


Podemos vislumbrar la relación de la Sanidad Ambiental con dos objetivos de desarrollo sostenible: El segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible, “Hambre Cero” que busca terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Y el primer objetivo “Fin de la Pobreza” que busca poner
fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.

Las pérdidas de alimentos por plagas afectan directamente la consecución de estos objetivos. Es por ello el uso de plaguicidas, con un manejo integral, seguro y responsable, sigue siendo relevantes en la agricultura moderna, tanto industrial como tradicional. Estos mantienen o aumentan el rendimiento de las cosechas, especialmente importante en los países que sufren escasez de alimentos. Sumado a esto
el enfoque de Sanidad Ambiental también apuesta por la prevención de la introducción y propagación de plagas y enfermedades vegetales que es mucho más eficiente y económico que enfrentarse directamente a los brotes.

Sanidad Vegetal una tarea en conjunto

Para que podamos desarrollar una industria agrícola sostenible, la Sanidad Ambiental tiene que ser promovida por todos los actores involucrados. Uno de estos frentes es empujado por las entidades fitosanitarias internacionales como la división de la FAO para la protección vegetal y las organizaciones regionales como el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (COSAVE).


A nivel local encontramos a diversos actores, siendo el principal destacado del estado, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), quien se encarga de velar por la prevención frente a plagas y enfermedades, para preservar nuestra riqueza agrícola y ganadera del país. También se encarga de la supervisión de la producción y comercialización de agroquímicos en el territorio peruano. En el interés de preservación de la salud de las personas y reducción de impacto en el medioambiente, los productos agroquímicos con mayor toxicidad, los de etiqueta roja, fueron prohibidos el año pasado a nivel nacional.


Por otro lado, cabe resaltar que en las empresas en el sector de agroquímicos existe una apuesta mayor por investigación y desarrollo de productos para la protección vegetal de etiqueta verde, es decir de origen biológico. Asimismo, actúan en conjunto con el Estado para promover el uso correcto y seguro de Plaguicidas de Uso Agrícola con una meta de capacitación anual. Otro ejemplo interesante de acción en conjunto es “Campo Limpio”, una fundación que vela por el manejo responsable de los envases vacíos de agroquímicos contribuimos con el cuidado de la salud humana y animal, la protección del ambiente y el cumplimiento de las normas, una apuesta por la economía circular en el sector.


Cada actor cumple un rol relevante para posicionar la Sanidad Ambiental en agenda y poder desarrollar agricultura responsable y resiliente. Menos residuos, más alimentos, más vida.


Bibliografía
Declaración sobre pesticidas OMS https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/pesticide-residues-in-food
Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas (FAO, 1990) https://www.fao.org/3/w1604s/w1604s04.htm
Campo Limpio https://www.fao.org/3/ca6992es/ca6992es.pdf
Senasa https://www.senasa.gob.pe/senasa/sanidad-vegetal







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