Por José M. Sainz-Maza del Olmo
Editor y Director de Contenidos de la revista Staiy Edit
Vivimos en una época en la que se espera de las empresas un claro compromiso ético con cuestiones que nos afectan a todos, como el cambio climático. Cada vez más consumidores demandan productos sostenibles e inspeccionan meticulosamente las etiquetas de aquellos bienes que están a punto de adquirir, de modo que puedan asegurarse de estar apoyando con sus acciones marcas cuyos valores comparten. En lo tocante a la moda, un sector tradicionalmente vilipendiado por la contaminación asociada a su actividad y las condiciones de trabajo de quienes fabrican las prendas en países en desarrollo, esta tendencia es palpable.
Staiy nació en Berlín en 2019 de la mano de cuatro jóvenes emprendedores italianos (Chiara Latini, Adrian Leue, Alessandro Nora y Ludovico Durante) que tenían claro que, más allá de vender ropa, había que promover hábitos de consumo más responsables. En la cosmopolita, bohemia y siempre cambiante capital alemana, una gran cantidad de personas buscan constantemente nuevas formas de reducir su huella de carbono y contribuir a un futuro más verde. La respuesta de los cuatro amigos, que en aquel momento estaban concluyendo sus estudios de grado en una escuela de negocios internacional, fue crear un marketplace de moda ética que pusiera en contacto a consumidores concienciados con decenas de pequeñas marcas europeas que comparten ciertos principios y se esfuerzan por ofrecer productos sostenibles.
Dos años después, y tras diversas apariciones en medios de comunicación —bien generalistas, o bien relacionados con el mundo de la moda y de las startups—, la plataforma ha crecido para dar cabida no solo a marcas de ropa y complementos, sino también a pequeños fabricantes de mobiliario y productos de decoración y cosméticos. Se ha avanzado igualmente en la construcción de una comunidad de artistas que trabajan con la sostenibilidad como uno de los elementos centrales de su obra, ya sea en el plano material o en el del significado, y se ha lanzado una revista online.
De este modo, la misión de la marca se ha expandido y sus valores han cobrado un peso manifiesto, siendo estos los que vertebran las diferentes actividades de la empresa. Staiy vende productos, sí, pero busca ante todo generar un cambio positivo en la forma en que compramos.
Estas son cuestiones, por otro lado, que no deben quedar ocultas en la maraña de documentación ligada a las operaciones diarias de la plataforma. Los clientes valoran hoy más que nunca la transparencia, algo que en Staiy decidió abordarse potenciando sus aspectos diferenciadores a través de varias herramientas: un glosario de términos relacionados con la moda y la cosmética sostenibles, un apartado en el que se explica el proceso de evaluación inicial a través del cual la empresa selecciona aquellas marcas cuyos productos se venderán en el marketplace, y un sistema de puntos que aparece como consecuencia de dicho proceso y detalla en una escala del 1 al 5 el resultado de cada marca respecto de ciertos parámetros debidamente definidos (agua, aire, materiales, compromiso ético y condiciones de trabajo).
Toda esta información se puede encontrar fácilmente en la web y se muestra de una manera clara y sencilla durante el proceso de compra.
Hoy contamos con la información y los instrumentos necesarios para poner en marcha proyectos que establezcan una diferencia con la forma en que se han hecho las cosas hasta ahora. Tecnologías como el blockchain, plataformas de micromecenazgo y servicios de pagos online cada vez más baratos y accesibles se conjugan con un momento en que el conjunto de la sociedad parece estar apostando por un giro hacia modos de vida más responsables con el medio ambiente.
Las pequeñas empresas deben responder con audacia y decisión a estos cambios, haciéndolos suyos desde el comienzo y evitando que todo quede en la aplicación de una capa superficial de sostenibilidad sobre prácticas ya caducas. Es el momento perfecto para poner los valores de marca por delante y ser parte de una transformación tan necesaria como ineludible.